Crean el Índice de Desarrollo Humano de Puerto Rico
Informe revela altos niveles de desigualdad en Puerto Rico
Para poder medir el desarrollo de un país hace falta datos que presenten un cuadro claro de las condiciones en las que viven los ciudadanos que llaman a ese territorio su hogar. Más allá de números sobre el crecimiento económico o el ingreso de los ciudadanos, para entender las realidades de un país es necesario conocer el nivel de educación de las personas, qué situaciones afectan a las familias y hasta mirar la función de la cultura en el desarrollo de una población.
Recopilar y analizar información sobre una amplia gama de indicadores que inciden directamente en la calidad de vida de las personas es el eje central de una iniciativa que busca insertar a Puerto Rico en la tendencia mundial de mirar más allá de los asuntos económicos cuando se habla de desarrollo.
Para lograrlo, un equipo de 35 profesionales se ha dedicado durante más de un año a desarrollar el que será el primer Informe de Desarrollo Humano de Puerto Rico.
Este documento, trabajado a base de guías trazadas hace más de dos décadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), específicamente por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), permitirá hacer una comparación directa entre la realidad que se vive en Puerto Rico y otros países, indicó la catedrática de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, Ethel Ríos Orlandi.
Al momento, el comité timón a cargo del informe ya tiene listo lo que llama un preborrador que detalla las contradicciones que se viven en la Isla, un país con un nivel muy alto de desarrollo humano y con una de las tasas de desigualdad económica más altas del mundo.
AMPLIA DESIGUALDAD. Por años, el desarrollo de Puerto Rico solo se ha medido a base de datos económicos, lo que provoca que se tenga una imagen incompleta sobre las situaciones que afectan la calidad de vida de las personas, explicó el director ejecutivo del Instituto de Estadísticas, Mario Marazzi.
“Los niveles de pobreza y desigualdad de Puerto Rico son más altos que los de la mayoría de los países de América Latina y del Caribe. ¿Eso es algo que nuestro país sabe?”, indicó Marazzi.
A base únicamente del ingreso, el 43% de los hogares en Puerto Rico vive bajo el nivel de pobreza, señaló el catedrático auxiliar de la Universidad de Puerto Rico en Cayey, José Cara
ballo Cueto. Si se toman en cuenta otros factores, como hacinamiento o calidad de la vivienda, el 48% de los hogares son pobres, añadió.
“En cuanto a la desigualdad, para el año 2012, el 10% de la población tenía el 38% del ingreso total. De hecho, el 10% de la población más pobre recibe el .2%, menos de 1% del ingreso total. Y esos son temas que nuestros líderes nunca tocan, se evaden”, expresó Caraballo Cueto.
En un país donde los centros comerciales siempre están llenos, donde la construcción de megatiendas es constante y la adquisición de la última versión del celular de moda es casi tan importante como la compra de comida, parecería una contradicción hablar sobre un nivel de desigualdad económica tan grande que solo puede ser comparado con el de países en vías
“El consumerismo muchas veces es el creador de la pobreza porque descapitaliza el hogar”
MANUEL CIDRE Presidente junta de directores de Los Cidrines
de desarrollo.
Pero esa es la realidad de Puerto Rico, un escenario que durante décadas se ha escondido tras una fachada de endeudamiento e inversiones cuyos resultados son difíciles de medir, señaló la socióloga Marcia Rivera, investigadora del Instituto Latinoamericano de Educación para el Desarrollo.
“Pues uno puede decir, ¿qué importa la desigualdad? Pero a nivel mundial, los países con la criminalidad más alta son los países más desiguales. Los países que tienen los niveles de deserción escolar más altos son los países más desiguales, porque no hay oportunidades”, señaló Caraballo Cueto.
Las diferencias en las condiciones que enfrentan las personas con mayores recursos económicos y las que tienen menos recursos continúan en otros ámbitos, particularmente en lo relativo a la educación y la violencia.
El 83% de los niños en Puerto Rico vive en zonas de alta pobreza. Las familias pobres están más expuestas a las actividades que giran en torno al narcotráfico y se ha demostrado que los niños que están expuestos a “ambientes tóxicos”, rodeados de violencia o carencias físicas o emocionales, estarán en desventaja educativa pues se afecta el desarrollo de sus cerebros, explicó Marazzi.
Asimismo, aunque se reconocen los adelantos que ha experimentado Puerto Rico en términos salubristas, urge mirar las diferencias que hay en la expectativa de vida para hombres y mujeres.
En promedio, las mujeres tienen una esperanza de vida siete años mayor que la de los hombres, pero es un periodo en el que suelen padecer de enfermedades relacionadas a la obesidad o la diabetes, esbozó Rivera.
EVALÚAN RECOMENDACIONES. Además de presentar una radiografía de la realidad puertorriqueña, el comité timón destacó que espera presentar recomendaciones para atender los principales retos del País, particularmente los demográficos.
El primer documento debe estar lis- to a fines de este año, dijo Marazzi.
“Nosotros teníamos una de las mejores Juntas de Planificación en todo el hemisferio y una de las mejores unidades de investigación en el Banco Gubernamental (de Fomento) en su momento, y por diversas razones se desmantelaron. La tradición nuestra ha sido descansar en medir el país por sacos de cemento vendidos, no por las urgencias y por las necesidades del ser humano”, dijo el catedrático de sociología de la Universidad Interamericana, Manuel Torres Márquez.
“El hecho de que en Puerto Rico, trabajar no te protege contra la pobreza a mí me parece bastante dramático”
JOSÉ CARABALLO CUETO
Profesor UPR de Cayey