JENGIBRE PARA BAJAR DE PESO
Los beneficios de esta planta
El aroma y sabor picante del jengibre son sin duda muy particulares. Su nombre botánico “Zingiber” significa en sánscrito “forma de cuerno”. Pero en realidad, es una rizoma, un tallo que crece bajo la tierra.
Hace años era impensable encontrarlo en un supermercado ni menos en la feria. Pero ahora su popularidad es impresionante. Es que también es una de las plantas más recetadas por los médicos ayurvédicos y los de la medicina tradicional china.
¿Quién no ha tomado té con jengibre, limón y miel para aliviar un resfriado? Es que es un poderoso antibiótico natural, antiinflamatorio y antibacteriano, según revela María Jesús Nieto, naturópata y especialista en medicina oriental.
“Es una planta milenaria que ha sido utilizado como alimento medicinal en las culturas asiáticas y durante miles de años para curar dolencias, gracias a sus múltiples propiedades para nuestra salud”, asegura.
Dice que se usa para estimular el páncreas, aparato digestivo, para tratar enfermedades respiratorias y para disminuir el dolor.
“El jengibre es un antioxidante natural debido a su alto porcentaje en vitaminas en especial la B6 y vitamina C, y también por su alto contenido de minerales, calcio, fósforo, magnesio, potasio y zinc”, explica.
Además, sería eficaz para reducir la toxicidad de otras plantas, de manera que es esencialmente un antídoto para hierbas que producen efectos secundarios, de acuerdo a lo que afirma Carolina Geisse, experta en el uso de productos naturales.
“También favorece la salud cardiovascular o circulatoria, al permitir que la sangre se mantenga fluida y ayuda a prevenir el endurecimiento de la arterias”, asegura. Incluso, Geisse comenta que el jengibre favorece en aspectos estéticos, estimulando los folículos del cabello otorgando pro- tección e hidratación al cabello y lo hace crecer más rápido y previene su caída.
“Como está compuesto por vitaminas, zinc, fosforo es excelente para mejorar el pelo seco, quebradizo y para deshacerse de la caspa”, afirma.
¿CÓMO USARLO? Se puede ingerir a través de infusiones, licuados, jugos, ensaladas, postres, en polvo, fresco, tabletas o jarabes. También existen productos en base al jengibre como aceites comestibles y esenciales, champú, acondicionadores y cremas que sirven para atenuar manchas, granos y celulitis. “La única contraindicación que genera su consumo es la elevación de la temperatura corporal, por lo que no se recomienda a pacientes con fiebre”, advierte la naturópata.
PARA BAJAR DE PESO. “El jengibre ayuda a nuestro cuerpo a bajar de peso, ya que estimula los jugos gástricos y de esta manera, evita que se fermenten los alimentos durante su tránsito en el tracto digestivo”, explica Nieto. Esto porque el jengibre es un quemador de grasa natural y contribuiría a sentirnos satisfecho después de cada comida. Además, al tomarlo con jugo de limón, ayudaría a la desintoxicación.
“Es considerado un tónico hepático. Pero además, proporciona propiedades termogénicas, lo que significa que estimula al metabolismo para quemar calorías más rápidamente. Si los mezclamos potenciaremos nuestro metabolismo y además estaremos drenando nuestro organismo”, asevera Nieto. También se puede mezclar con aceite de coco, ya que en conjunto potencian sus efectos para mantener un adecuado nivel de colesterol y también ayudan en la baja y control del peso, de acuerdo a lo que comenta Geisse.
TÉ DE JENGIBRE. El té se puede tomar caliente o frío y se conserva hasta por tres días en el refrigerador. Sí no puedes o no quieres consumir un vaso antes de cada comida, basta con que lo consumas en el desayuno, añadiéndole miel o limón. Existen dos preparaciones simples, que detalla Nieto.
En la primera, se lava para quitarle toda la tierra y se puede pelar. Unas tres onzas y media de jengibre rinden para tres tazas de agua, y si el sabor es demasiado fuerte, puede ser diluido con más agua.
También se puede poner a hervir el agua y se añade el jengibre picado, lavado o rallado, después se cuece a fuego lento para evitar los burbujeos y se le deja reposar por 15 minutos. Se apaga la flama y se esperan cinco minutos, después de los cuales se utilizará un colador para evitar los trozos cuando éste se sirva.