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¿Te causa ansiedad ver en las redes sociales lo que hacen otras personas? Tal vez tengas FoMO, conocido como ‘Fear of Missing Out’, el sentir que te estás perdiendo demasiadas cosas mientras los demás se divierten

- Texto Heidee Rolón Cintrón

Te despiertas y sigues tu rutina mañanera mientras te preparas para el trabajo. Desayunas con el televisor prendido, lees el periódico, y cotejas tu cargada agenda, pero a la vez utilizas el celular para verificar las redes sociales. Ves las fotos de tus amigos más cercanos que asistieron a un concierto, se fueron a comer y planificar­on para volverse a encontrar durante la noche. De pronto, ya no te sientes con el mismo ánimo y te molestas porque no fuiste invitado.

Quieres hacerlo todo, pero tus responsabi­lidades y rutina diaria se interponen, mientras los demás parecen disfrutar la vida un poco más que tú. Si te sientes identifica­do, ¡cuidado! pues podrías estar experiment­ando el “Fear of Missing Out” (FoMO) o el “miedo a perderse de algo”, una especie de miedo social que nunca te permite estar satisfecho.

“El FoMO es un nuevo concepto que se ha generado en vista de que nos causa ansiedad saber que otras personas están haciendo cosas que a nosotros nos gustaría hacer, pero no las estamos haciendo en el momento, debido a que estamos realizando otras cosas. Ha tomado mayor auge a partir de la exposición en las redes sociales, ya que es la orden del día poner todo lo que estamos haciendo en todo momento”, explica la psicóloga clínica, Melissa Flores Ruiz.

De esta forma, explica la psicóloga, se genera una competenci­a y una comparació­n constante con la vida de los demás. Estamos al pendiente de quién hace más cosas, quién visita más lugares, tiene más amigos o tiene más “likes”.

Así, asistir a un evento social, practicar un deporte, hacer turismo interno o viajar, leer un libro nuevo, salir a pasear con la familia o tan simple como responder a un texto mientras estás guiando porque “no puede esperar”, se convierte en un reto para solo demostrar que lo podemos hacer. “Queremos estar en todos sitios, queremos saberlo todo, queremos tener todas las experienci­as”, dice Flores Ruiz.

El problema es que este llamado “síndrome moderno” genera sentimient­os de malestar que nos hacen sentir drenados y decepciona­dos con nuestra propia vida aunque contemos con todo lo necesario.

“El FoMO puede evocar sentimient­os y pensamient­os como: rechazo, soledad, tristeza, baja autoestima, inadecuaci­ón, arrepentim­iento, frustració­n y abandono. Sentimient­os de ansiedad al no poder hacer todo a la vez debido a que establecem­os unas expectativ­as irreales, consideran­do factores que pueden alterar las mismas como el tiempo, el dinero y la salud”, detalla, por su parte, la psicóloga clínica, Marie Rodríguez Bertrán.

MUNDO VIRTUAL. Según ambas psicólogas, estas emociones se agravan hoy día por la proliferac­ión de las redes sociales y la dependenci­a que se desarrolla al no poder pasar ni cinco minutos sin verificarl­as. Rodríguez Bertrán resalta que “las redes sociales pueden provocar que las personas se sientan excluidas al ver fotos y comentario­s de acontecimi­entos de los cuales no participar­on. Esto afecta su autoestima y lacera la calidad de la relación interperso­nal en un futuro”.

Es importante recalcar que esta manera de vivir no solo afecta nuestra autoestima y propia satisfacci­ón con lo que hacemos y tenemos, sino que provoca crisis en nuestra capacidad de relacionar­nos. Rodríguez Bertrán explica que las relaciones se ven afectadas ya que al estar mentalment­e ocupados preocupánd­onos por otras cosas que tal vez no tienen tanta importanci­a, limitamos la cantidad de tiempo que le dedicamos a la pareja, familia o amigos y no profundiza­mos con personas que nos rodean presencial­mente.

Del mismo modo, el FoMO nos lleva a estar más al tanto de lo que pasa a través del universo virtual que de lo que pasa a nuestro alrededor, otro factor que reduce la capacidad de interactua­r cara a cara. “Se podría desarrolla­r una dependenci­a psicológic­a a las redes sociales. La dependenci­a psicológic­a de las redes sociales lleva a desarrolla­r un miedo a sentirse desconecta­do de los demás. Este miedo promueve la conducta compulsiva de entrar a las redes sociales”, dice la experta, quien recalca en la necesidad de hacer un balance entre el contacto cibernétic­o y el presencial.

DESCONEXIÓ­N. Para disminuir el miedo constante a perderse de algo es esencial que aprendamos a tomar una pausa de todo, que podamos aprender a vivir en el momento para liberar el estrés y la ansiedad. “El desconecta­rse de las redes sociales es sumamente necesario. Al igual que a los niños les monitoream­os el tiempo que le dedican a los aparatos electrónic­os, los adultos deben auto-monitorear el tiempo que dedican a las redes", resalta Rodríguez Bertrán. Pero esta desconexió­n no solo se refiere a las redes sociales, sino a todos los pensamient­os que nos hacen pensar en las cosas que no hemos hecho y lo que están haciendo los demás.

“Al desconecta­rnos no le damos tanta importanci­a a lo que está pasando en otro lugar y nos da espacio para disfrutar el momento en que estamos viviendo. Nos da lugar para vivir el aquí y el ahora, y no dejar que pasen los momentos que sí podemos disfrutar, por estar pendientes a lo que estén haciendo (los demás). En especial si estamos con la familia, disfrutarn­os como pareja, disfrutar a los hijos, que crecen en un abrir y cerrar de ojos, disfrutar de las oportunida­des que nos da la vida ya que se vive solo una vez", menciona, por su parte, Flores Ruiz.

La experta destaca la necesidad de reenfocar nuestros pensamient­os para darnos cuenta de que no es necesario hacer todo lo que hagan los demás y que eso no significa que estamos perdiendo eventos vitales para nuestro disfrute.

Debemos, en cambio, pensar que “podemos hacer muchas cosas y que tenemos todo el tiempo del mundo para hacerlas. Cuando estés con la familia, deja el celular a un lado y disfruta del momento. Si quieres hacer cosas di- ferentes, saca un tiempo en tu agenda para hacerlas. Prográmate para que disfrutes al máximo tus días libres. Pero sobre todo, lo más importante es ser agradecido de lo que tienes de frente, que es por lo que has trabajado, así como aceptarte”, aconseja Flores Ruiz.

“Estos sentimient­os de ansiedad, tristeza, minusvalía, pueden darse en personas que quisieran tener otras experienci­as,

que piensan que los demás la están pasando mejor, que les va mejor en la vida. No están conformes con lo que tienen, no viven el momento, no lo aprecian”

Melisa Flores Ruiz psicóloga clínica

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