El aire borincano
La Estación de Aeroalergenos del Recinto de Ciencias Médicas fue establecida en 2005 para identificar y cuantificar los factores del ambiente exterior que desencadenaban el asma en la Isla.
La estación es dirigida por el distinguido microbiólogo Dr. Benjamín Bolaños. Por diez años, los datos generados por la estación han confirmado que el mayor número de hospitalizaciones por asma en Puerto Rico ocurre, de manera estacional, durante los meses con más altos niveles de esporas de hongos (agosto-noviembre y abril-mayo) y de pólenes de árboles (enero-abril) en nuestra atmósfera. Ambas partículas biológicas invisibles se generan en grandes cantidades tras tiempos lluviosos, las esporas siendo 600 veces más abundantes que los pólenes.
La estación mide y monitorea continuamente los niveles de alergenos en el aire. Resultados e información están disponibles en
www.aaaai.org/nab y http://alergenos.rcm.upr.edu. Altos niveles significan que el ambiente exterior es potencialmente nocivo para personas propensas, provocando reacciones alérgicas e inflamatorias de las vías respiratorias.
La prevalencia de asma en Puerto Rico es alta: 14% en menores de 18 años, 9% en los mayores, siendo más prevalente en las regiones norte y este. Los principales desencadenantes provenientes del ambiente exterior son esporas y pólenes. Las zonas lluviosas de El Yunque y de la Cordillera Central son las mayores productoras de esporas de hongos en Puerto Rico. La liberación de esporas y su dispersión y distribución por todo el aire borincano predomina en horas de la madrugada, cuando es mayor el grado de humedad en el suelo. Aunque la temporada de más altos niveles es entre agosto y noviembre, la misma puede extenderse, como ocurrió a fines de 2014 y principios de 2015.
Los árboles son la principal fuente de pólenes, esas pequeñas células tan necesarias para la fertilización de las plantas. Y como si esporas y pólenes no fueran suficiente, el polvo del Sahara viaja miles de millas a través del Atlántico para causar irritación de nuestras mucosas oculares y naso-faríngeas. El polvo del Sahara es muy visible, pero es inerte, no biológico, y no alergénico.
Un reciente estudio reveló que los medicamentos antiasmáticos constituyen el segundo mayor gasto en medicamentos de Mi Salud (primeros los antidiabetes), confirmando lo nocivo a la salud y costoso que puede tornarse el aire borincano y la necesidad de dar una mayor prioridad a todas las medidas preventivas que podríamos utilizar para minimizar su impacto en la salud de los puertorriqueños.