Salvemos nuestra nación
Nuestro país está pasando por una crisis que muchos achacan a lo puramente económico, pero el asunto es más complicado porque todos los componentes sociales inciden en la situación.
Cuando enfocamos el análisis de nuestra situación únicamente en lo económico, la percepción de muchos es que “esto está malo y se va a poner peor”.
Lo que preocupa de esto es el gran sentido de desesperanza que impera en el País.
Aunque reconocemos que la situación no es fácil, debemos señalar que toda crisis constituye un reto, un momento para sacar fuerzas y encontrar un nuevo comienzo.
Tanto las personas como los pueblos, si enfrentan la crisis y la ven como una oportunidad de crecimiento, podrán encontrar posibles vías para solucionarla, pero para hacerlo tienen que darse unos elementos fundamentales: apertura a la diversidad de ideas, transparencia, comunicación abierta y solidaridad.
Mientras sigamos limitando el análisis y búsqueda de alternativas a la ideología de la tribu a la que pertenecemos, no veremos soluciones.
En año de elecciones generales como el que se aproxima esto se complica por la tendencia a afianzarnos a aquello que expresan los líderes del partido político al que pertenecemos. Así observamos también que muchos critican, pero cuando llega el momento de ejercer su voto se alinean con aquel partido al que le ven oportunidad de triunfo, siguiendo el cambia cambia de rojos o azules.
Hoy más que nunca necesitamos unidad de propósito, y reconocer que el pueblo está por encima de intereses particulares.
En la unidad estará nuestra fuerza para encontrar el camino correcto. La inacción no es una solución: el diálogo sincero y el amor a la patria por encima de todo sí lo es.
Comencemos ya, este es el momento propicio.