Por la libre los deportes extremos
Tras muerte de turista en en “zipline”, operador de la atracción ha decidido cesar operaciones
La muerte de una turista estadounidense el pasado jueves mientras practicaba un deporte extremo (“zipline”) dejó al descubierto la falta de reglamentación de este tipo de práctica en Puerto Rico.
Marcha Boekeloo, una turista de 56 años, falleció el jueves tras lanzarse de un cable “zipline” en la Hacienda Campo Rico, en Carolina.
Tras llegar a la Isla a bordo de un crucero, la mujer, junto a su esposo y una cuñada, decidieron practicar “zipline”, dijo el sargento Gabriel López, director de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Carolina.
“Ella se lanzó y su esposo esperaba para hacer uso de la atracción cuando ocurrió el accidente”, explicó el oficial.
Según el informe policial, Boekeloo se deslizó cinco pies por el cable y luego “cayó al vacío a una altura de 20 pies”. La mujer, residente en Nuevo México, fue socorrida en el lugar por paramédicos que la encontraron “consciente y estable”, indica el informe policiaco. Fue trasladada al Centro Médico de Río Piedras, donde falleció.
Aunque el accidente ocurrió el jueves, no fue hasta ayer que se notificó al Cuartel General de la Policía, dijo el portavoz de prensa, Axel Valencia. “Tal vez hubo un problema de comunicación por el tipo de redacción (en el informe) que se puso ‘accidente desgraciado’. Vamos a tener una reunión con personal del centro de mando”, dijo el funcionario.
Entretanto, el CIC de Carolina comenzó ayer una pesquisa del incidente que terminó con la muerte de Boekeloo.
“Estamos investigando el suceso para descartar que hubo mano criminal”, dijo López tras visitar la Hacienda Campo Rico.
El esposo de la fémina, Terry Lee Boekeloo, fue contactado vía telefónica por este diario, pero optó por no hacer comentarios.
El Nuevo Día tampoco logró comunicación con algún encargado de la Hacienda Campo Rico.
Una empleada identificada solo como Jackeline atendió la llamada y al preguntársele por un encargado, optó por colgar el teléfono. Otro empleado, que hablaba inglés, atendió una segunda llamada de este diario. El hombre dijo desconocer quién era el encargado y ante repetidas preguntas para saber su nombre se identificó como “la persona a cargo de los paseos a caballo”.
De inmediato el Cuerpo de Bomberos y la Compañía de Turismo alertaron que en Puerto Rico los deportes extremos no están reglamentados. “No hay una agencia reguladora como tal de los deportes extremos”, dijo la directora de Turismo, Ingrid Rivera.
Agregó que su agencia se encarga de endosar compañías dedicadas a este tipo de actividad, que rutinariamente tiene demanda entre los turistas. “Ese endoso lo que busca es promover la demanda y que el turista llegue a Puerto Rico”, dijo la funcionaria, que se enteró el lunes del accidente.
En este caso, la empresa EcoQuest, subcontratada por Hacienda Campo Rico, fue la que recibió el endoso de la Compañía de Turismo, dijo Rivera.
Tanto la titular de Turismo como el jefe del Cuerpo de Bomberos, Ángel Crespo, reconocieron que el accidente pone de relieve la necesidad de reglamentación en los deportes extremos.
REACCIONA OPERADOR. Iván Purcell, operador de la atracción EcoQuest Adventures, describió como un “accidente desgraciado” el suceso que cobró la vida de Boekeloo y resaltó que es el primero que ocurre desde que inició labores hace nueve años.
“Este incidente es sumamente lamentable y estamos muy apenados con lo sucedido, nuestros pensamientos están con el esposo y familiares de la señora Boekeloo”, expresó Purcell en un comunicado. Indicó además que han decidido cesar operaciones en el parque para colaborar con la investigación que llevan a cabo las autoridades en la Isla. Aseguró que todos sus equipos son inspeccionados “rigurosamente” dos veces al año.