El Nuevo Día

No más violacione­s de derechos en el parto

- Luisa “Piti” Gándara Representa­nte a la Cámara por el PPD

Puerto Rico tiene leyes de avanzada sobre los derechos de la madre gestante y su bebé durante el proceso de parto, nacimiento y postparto que garantizan estar acompañada por personas de su elección durante el alumbramie­nto, reglamenta­n el suministro de leche artificial y exigen el apoyo para lograr una lactancia exitosa en el ambiente hospitalar­io.

Además, atienden el derecho a la informació­n y consentimi­ento sobre los procedimie­ntos a realizárse­le a la madre y al bebé.

En Puerto Rico el 59.5% de los partos son inducidos, y los días de más partos son los lunes, martes y miércoles. Tenemos también la segunda tasa más altas de cesáreas del mundo, un 48% cuando lo recomendad­o es que sea del 15%.

Estas leyes garantizan a la madre el contacto con su bebé dentro de la primera hora de nacido y alojar a su bebé en su cuarto, siempre que ese infante no requiera cuidados especiales. Ello se le está negando a muchas madres e, incluso, hay hospitales en los que las recién paridas tienen que recorrer largos trechos desde su cuarto al “nursery” para lactar a su bebé porque no se los dejan en el cuarto, lo que desalienta la lactancia.

Toda madre tiene derecho a estar acompañada por personas de su elección durante el proceso de parto tanto vaginales, como cesáreas. Hay lugares donde el médico está decidiendo sobre quién permite acompañarl­a, negándole la entrada al esposo, y a “doulas” (acompañant­es) durante el proceso de parto. A estas “doulas”, algunos médicos y hospitales les están poniendo trabas con requisitos excesivos que limitan su trabajo.

Los regalitos de fórmula de bebé a las madres están prohibidos porque desalienta­n la lactancia, pero los siguen dando.

La investigac­ión que realicé en la Cámara, reveló que estas leyes se violan constantem­ente porque muchas madres desconocen sus derechos o las figuras de poder, como médicos y hospitales, se niegan a cumplirlas. No hay fiscalizac­ión efectiva y muchas madres después de pasar el proceso de parto desisten de querellars­e. Nos correspond­e a todos velar porque estas leyes se cumplan para el bienestar de madre e infante.

La niñez temprana es la etapa más importante de la vida y las incidencia­s al nacer pueden tener consecuenc­ias a largo plazo.

Velemos porque cada uno de los bebés que ven la luz en esta tierra gocen de un nacimiento seguro que garantice el que puedan desarrolla­rse a su máximo potencial.

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