¿YA COMPRÓ SU DISFRAZ?
¿O no lo necesita? Porque mire que está el impostor que hace orilla; andan choretas las almas que van por la vida disfrazadas todo el tiempo. En especial los puristas, granujas expertos en hacerse pasar por inofensivas ovejitas, cuando en realidad son lobos feroces y despiadados, que se creen mejores que los demás, que lo que tienen por corazón es un peñón y que, con la guachafita monga de querer enseñarle a hablar (¿?), se burlan y mofan de usted sin el menor pudor. Esos puristas policías de la lengua nos acechan como fieras, en persona, por internet, en la radio y la televisión, en campañas, en feibú y en cualquier esquina para darnos un zarpazo lingüístico y tildarnos de poca cosa o “language losers”. ¿Por qué? Por que usted usó SU LENGUA como le vino en gana. Hay quien hasta les rinde pleitesía. En fin, vamos al disfraz, que es octubre, mes de ¿¡maléficos puristas!? Mire cómo es la vida, y la lengua, de interesante… Pingarrón nos dice que “disfrazar viene por hipercorrección de una forma más antigua “desfrezar”, con el valor de “disimular, encubrir”. Esta lingüista añade que desfrezar significó originalmente borrar las huellas de un animal (¿el feroz lobo purista?). El prefijo des- unido a frezar de la latina frictiare “frecuentativo de fricare, frotar, [...] significaba andar dejando huellas [...] como hacen los animales”. ¿Ve cómo todo cae en su sitio? De disfrazar se deriva, naturalmente, disfraz, el que llevan los puristas arrogantes y estirados, todo el año. Y cambiando el tema, ¿ya le dije por qué la escoba está contenta? Hombre pues porque está barriendo … ¿puristas? Jajaja. ¡Lo dejo con esa sinalefa!