En contra de la colegiación compulsoria
Actores consideran que limita su derecho a la expresión y a ejercer su profesión libremente
Que el arte de la representación actoral no se puede regular, así como no se puede regular el hacer poesía o la composición musical, fue el principal argumento que presentaron ayer, los artistas que favorecen la eliminación de la colegiación compulsoria al Colegio de Actores de Puerto Rico durante las vistas públicas realizadas en el Senado para discutir el asunto.
Solo la presidenta de la institución creada por legislación en 1986, Anamín Santiago, y el asesor legislativo Juan Ángel Gutiérrez, defendieron el Colegio como un instrumento de lucha para el desarrollo de la cultura de Puerto Rico y para la conquista de derechos en favor de la clase actoral del país.
La discusión ocurrió ante la consideración de la Comisión de Turismo, Cultura, Recreación y Deportes y Globalización del Alto Cuerpo, que evalúa el Proyecto del Senado 1302, de la autoría de Ramón Luis Nieves, que tiene el propósito de enmendar la Ley de Actores de Puerto Rico para eliminar el carácter compulsorio de la colegiación.
La legislación vigente establece los requisitos para ser certificado como actor o actriz en la Isla y apunta que quien contrate los servicios de actores no acreditados ni colegiados, así como quien actúe sin estar debidamente colegiado, incurrirá en delito menos grave y podría ser sancionado con una multa de $100 a $500 y quedar impedido de obtener su acreditación por un año.
“La colegiación obligatoria de los actores y la emisión de una licencia por el Estado propende a la violación de derechos constitucionales de libertad de expresión artística, entre otros derechos”, expuso el director ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Jorge Irizarry Vizcarrondo, el primer deponente.
Mencionó, además, que el Colegio de Actores interviene con actores que no están colegiados “de manera que ha creado un efecto de paralización en los actores, lo cual crea un clima en el cual la gestión teatral se ha visto afectada”.
Se refirió, dijo, a casos en los que actores van a presentarse en algunos de los teatros del ICP y que minutos antes de salir a escena, personal del Colegio le solicitan que paguen su membresía y advierten que no se celebrará función mientras no se pague.
El director y actor de la compañía Teatro Breve, Mikephillippe Oliveros, cuestionó la validez de la ley vigente, pues desde su existencia, señaló, muchos la han ignorado y violentado teóricamente sin ninguna repercusión documentada, con excepción de los testimonios de actores a los que se refirió el director del ICP.
Rosa Luisa Márquez profesora del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico expuso por su parte: “Imaginen un país donde el Estado decida quién es poeta y los poetas tengan que pedir permiso para versar de sus amores y desamores. Imaginen un país donde los músicos tengan que tener un certificado para cantar sus historias y los payasos, un carnet para hacernos reír”, pidió Márquez a los legisladores.
“Pues ahora, imaginen un país donde todos los actores tengan el requisito de certificarse por una junta y tengan que acatar una ley que establezca que los que pagan cuota son actores y los que no, no lo son… Ese país existe ya”.
La presidenta del Colegio de Actores, Anamín Santiago, defendió la institución y la colegiación compulsoria como un instrumento para adelantar el desarrollo económico del país y proteger a los trabajadores locales para que sus posibilidades de trabajo no sean tomadas por actores o actrices que no residen en Puerto Rico, “que vienen un fin de semana, cobran y no aportan nada o muy poco al fisco”.
Santiago enumeró múltiples batallas que ha liderado el Colegio, como la casi eliminación de la Ley 108 de descuentos a envejecientes en las funciones teatrales y la que actualmente llevan para que se exima a los teatros locales del pago del Impuesto de Ventas y Uso (IVU). Además, dijo, ha sido esencial en el reclamo de muchos actores para que se les pague un salario, en el desarrollo profesional de la clase artística mediante talleres de educación continua y en el acompañamiento de artistas que han enfermado.