IMPROPIOS Y ENVUELTOS
Ayer le expliqué, con ternura, que los verbos unipersonales son propios o impropios (Bello les llamaba verbos envueltos). Ambos tienen el sujeto implícito; no tienen con quien concordar, los desdichados. Estos infelices unipersonales impropios son verbos que “no son verbos” propiamente. Eje, ni pase la página, ni cierre el periódico que ya le desyerbo el Bocadillo. ¿Cuáles son esos envueltos impropios? Pues, le menciono “ser” y “estar” (hay otros) y el más temido de todos, “haber”. A los ejemplos. Si decimos Es tarde, Está oscuro o Era de noche, ¿puede identificar el sujeto? Ni con lupa. “Ser y estar son la cópula y el predicado nominal de un sujeto que no expresamos […]”. Lo comprobamos al convertirlos en plural: *están oscuro; *son tarde; *eran de noche. ¿Lo ve? ¿Y haber? Bendito, con ese han hecho hasta campañas de publicidad. “No se dice habían…, no se dice hubieron”. Vaquero explica que “haber” unipersonal solo se usa en la tercera persona del singular sin sujeto: había fiestas. Pero “haber” puede ser verbo auxiliar y nunca nos confundimos, como en nos habían avisado y hubieron llegado. (También se usa para denotar necesidad u obligación como en “hubieron de ser evacuados” y “hubieron de investigar”.) Los hablantes nos resistimos a los verbos unipersonales porque son una excepción. Por eso usted interpreta ese haber unipersonal como un verbo regular, para que el infeliz concuerde con un sujeto que no tiene. Hasta María Vaquero decía: “¿por qué la gramática normativa insiste en la construcción unipersonal (había/hubo personas), cuando sería tan cómodo aceptar la corriente popular de la concordancia?; ¿no será que la gramática quiere molestar a la gente?”. Sabrán Dios, …y María.