La crisis fiscal de la Isla sirve de motor en Florida
Tiene el potencial de sacar a votar en mayores cantidades a los boricuas residentes en ese estado
La crisis fiscal de Puerto Rico tiene el potencial de ser el tema que finalmente despierte a un alto número de electores boricuas de Florida y que, en busca de enviar un mensaje a los aspirantes presidenciales estadounidenses, les motive a votar con mayor fuerza en las elecciones de 2016, según líderes de la diáspora.
“Hasta ahora las campañas políticas no han apelado a nuestra gente”, dijo el organizador sindical Jimmy Torres, portavoz del grupo Iniciativa Acción Puertorriqueña y de la campaña “Boricua Vota”, que desde Orlando busca ponerle un acento boricua a las campañas del centro de Florida.
Torres fue uno de los participantes en un foro sobre el poder político de los boricuas de Florida, como parte de la conferencia "Somos el futuro", organizada por el Caucus de Legisladores Puertorriqueños e Hispanos del estado de Nueva York.
Con más de un millón de boricuas en Florida y una emigración que no cesa, el voto de los puertorriqueños, muchos de ellos independientes, puede decidir qué candidato a presidente gana uno de los estados clave de las presidenciales estadounidenses.
El reto es inscribir a buena parte de los más de 300,000 puertorriqueños de Florida que -generalmente más pendientes a lo que ocurre en la Isla-, no se han interesado en la política electoral estadounidense.
En los últimos años, los activistas boricuas de Florida han ansiado encontrar temas que movilicen a los electores puertorriqueños a las urnas. En 2012, solo el 62% de los hispanos de Florida inscritos salió a votar en las presidenciales. En 2014, durante las elecciones legislativas y estatales, el porcentaje se quedó en un 32%. Menos de la mitad de los puertorriqueños con derecho al voto está inscrito.
“Tenemos que ser puertorriqueños primero. Pero, es importante que nos mantengamos promoviendo temas bipartidistas”, dijo el abogado republicano Anthony Suárez, quien fue el primer legislador estatal boricua en Florida. Para Betsy Franceschini, directora de la oficina de Florida de la Administración de Asuntos Federales de Puerto Rico (PRFAA), la tarea pendiente es identificar “los asuntos que van al corazón del elector puertorriqueño”.
Robert García, excongresista de- mócrata por Nueva York, reconoció que es clave que haya boricuas activos en los dos partidos principales estadounidenses, pero sostuvo que debe haber voluntad para enfrentarse dentro de esas colectividades a las posiciones contrarias a la Isla.
“Los cubanos han dado un buen ejemplo. Han controlado la política pública del GOP (Grand Old Party)” sobre Cuba, dijo García.
Tras hacer un llamamiento a actuar con rapidez, el escritor y exlegislador estatal de Nueva York Nelson Denis, sostuvo que en momentos en que el Gobierno de Puerto Rico da espacio a la privatización de funciones de corporaciones como la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y los “fondos buitre” ejercen influencia en los esfuerzos por reestructurar la deuda pública, las oportunidades se achican.
Denis abogó por prestar atención a la precandidatura presidencial demócrata del senador independiente Bernie Sanders (Vermont), quien, a diferencia de los principales aspirantes a la Casa Blanca –incluida Hillary Clinton-, no ha recibido donativos de ejecutivos de fondos de cobertura.
En momentos en que se genera consenso, además, en contra de las normas federales de cabotaje, Denis propuso organizar “una marcha en Jacksonville (Florida)”, el principal puerto de carga para las embarcaciones que llevan productos a la Isla.
La diáspora ya tiene en agenda “invadir” el 2 de diciembre las oficinas del Congreso estadounidense para reclamar la aprobación de las propuestas legislativas del presidente Barack Obama, que incluyen permitir reestructurar toda la deuda pública de Puerto Rico, crear una junta federal de supervisión fiscal sobre ese pro- ceso, encaminar la paridad en Medicaid, y extender los créditos contributivos federales por ingresos devengados y niños dependientes.
El exrepresentante Suárez confía que, a partir de 2016, se duplicará el número de funcionarios electos boricuas. “Vamos a ganar -dijo-, poder político. El poder económico vendrá detrás”,