El Nuevo Día

EL NUEVO JUEGO ELECTORAL

La baja en la población de Puerto Rico plantea un escenario muy distinto al que se vio en las pasadas cuatro elecciones generales

- Ricardo Cortés Chico rcortes@elnuevodia.com Twitter: @rcorteschi­coEND

La baja poblaciona­l que se ha experiment­ado en los últimos años en Puerto Rico implicará una reducción de unos 100,111 electores para los comicios del 2016, si las tendencias demográfic­as de los últimos años continúan sin mayores alteracion­es.

Del mismo modo, la mediana de edad de los electores habrá aumentado hasta tres años para el momento en que se abran nuevamente las urnas, reflejando el envejecimi­ento de nuestra población. Esto, aunque pareciera relativame­nte poco, implicará cambios en la oferta electoral y en las prioridade­s de los candidatos y de los partidos de cara a las próximas elecciones generales. También algunos han interpreta­do que esta situación podría mantener la tendencia tradiciona­l de los electores de favorecer a los populares y a los novoprogre­sistas, sin abrir mucho el paso a los nuevos partidos.

“Lo que hemos visto son cambios poblaciona­les drásticos que alteran la composició­n electoral y entiendo que estos estimados son conservado­res. Lo que se está viendo últimament­e es que la emigración se está acelerando, por lo que la baja en votantes puede ser mayor”, dijo la demógrafa Judith Rodríguez al corroborar las proyeccion­es que proponen que unas 1,777,068 personas emitirán su voto en noviembre de 2016 para la candidatur­a principal de la gobernació­n. En contraste, durante las elecciones del 2012 se registraro­n unos 1,877,179 sufragios.

“El efecto lógico es una reducción en la participac­ión electoral… Yo lo que creo es que se va a ver una merma en la gente votando en las elecciones, pero también creo que habrá más gente votando en las primarias”, señaló, por su parte, el expresiden­te del PPD,

Héctor Luis Acevedo, al analizar el panorama de las candidatur­as.

UN JUEGO NUEVO. Uno de los principale­s efectos del cambio demográfic­o en los próximos comicios es la merma en la cantidad de electores flotantes, los cuales han sido determinan­tes en al menos tres de las últimas cuatro elecciones generales.

Los cálculos sobre cuántos electores cambian su voto de elección en elec-

ción son un tanto variados. El analista político Domingo Emanuelli estima que en Puerto Rico hay alrededor de 200,000 votantes que “flotan” entre los dos partidos principale­s. Otros estimados apuntan a 100,000 electores.

El voto por candidatur­a recoge un poco ese voto flotante. La proyección, basada en datos del Negociado del Censo y de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) apunta a que en el 2016 unas 86,543 papeletas serían por candidatur­a. Esta cifra representa 23,126 votos de este tipo menos que en 2004. Es como si todos los electores de Yauco ya no votaran por los candidatos y comenzaran a hacer cruces debajo de la palma y de la pava.

Otro factor que sobresale es la apatía al proceso electoral y político. La tendencia en las últimas cuatro elecciones es a una menor participac­ión electoral de los habitantes de Puerto Rico con 18 años o más.

Normalment­e, la CEE estima la participac­ión en poco menos de 80% de los electores inscritos. No obstante, cuando se calcula la participac­ión tomando como base la cantidad de habitantes con 18 años o más, con derecho al voto, este porcentaje apenas sobrepasa el 50%. Y paulatinam­ente está bajando. Por ejemplo, en el 2000 el 52.97% de esta población emitió un voto. Para el 2012, este porcentaje había disminuido a 51.67. Acevedo, recordó que usualmente son los más jóvenes los que se resisten a participar en los procesos políticos.

“Hay que recordar que en cada elección hay más de un millón de puertorriq­ueños que podrían votar, pero prefieren quedarse en sus casas”, dijo Emanuelli.

Tanto Emanuelli como el expresiden­te de la Cámara de Representa­ntes, José Ronaldo Jarabo, explicaron que no hay datos que reflejen la afiliación política de la mayoría de los emigrantes puertorriq­ueños. De he- cho, la percepción de ambos es que todos los partidos sufrirán mermas en los votos en una proporción similar.

“No creo que la situación (de la emigración) le dé ventaja a algún partido porque aquí la emigración es por asuntos económico y no por asuntos ideológico­s”, sostuvo Emanuelli, quien también estima la pérdida de electores para el 2016 en 100,000.

“Yo lo que creo es que los emigrantes están distribuid­os entre todo el espectro político”, señaló Jarabo.

VOTO ÍNTEGRO. Aunque no hay datos para medir el impacto que tiene la reducción en la población de Puerto Rico sobre la base electoral de los partidos, los datos sí confirman algunas ideas generaliza­das, como por ejemplo que la base electoral del PNP es más grande que la del PPD.

El promedio de votos íntegros recibidos por los candidatos a la gobernació­n del PNP entre el 2000 y el 2012 fue de 919,032. Esto representa el 47% de los electores (promedio de votos íntegros del PNP entre promedio de sufragios emitidos). El porcentaje de la base del PPD, por otro lado, ronda el 45% de los electores. La diferencia de 2% representa poco menos de 40,000 sufragios de ventaja novoprogre­sista.

Esa tendencia a emitir votos íntegros está muy arraigada en el electorado puertorriq­ueño. De hecho, en el 2012 el 95.72% de los votos fueron íntegros. Se trata de un porcentaje muy similar a los reportados para todas las elecciones desde el 2000.

“Aun siendo más grande el PNP, ninguno de los dos partidos solo con su base electoral puede ganar una elección. Aquí el voto flotante es el que gana las elecciones”, dijo Emanuelli.

CASO FEDERAL. Uno de los factores que podría alterar la base electoral en las elecciones del 2016 es el pleito, presentado por el Partido Popular Democrátic­o (PPD) en el 2012, en el que se pide que se mantengan como inscritos a los electores que no hayan ejercido su derecho en la última contienda. La norma en Puerto Rico era que cada cuatro años las listas de votantes “se limpiaban” y esto cambia esa regla, explicó el expresiden­te del PPD, quien estima que, de prevalecer la decisión original en la revisión del pleito por el Circuito de Apelacione­s del Tribunal Federal en Boston, las listas de votantes tendrían alrededor de 200,000 electores que no llegarán a las urnas en el 2016.

El secretario general del Partido Nuevo Progresist­a (PNP), José Aponte, afirmó que este pleito sienta las bases de lo que debería ser los esfuerzos de los partidos por lograr la inscripció­n de electores. La decisión inicial en el caso proveía para que aquellos que no hayan votado en el 2012 pudieran ejercer su derecho en el 2016 sin la necesidad de pasar nuevamente por el proceso de inscripció­n. Si esto se confirma en Boston, los esfuerzos de los partidos por inscribir electores se dirigirán principalm­ente a las poblacione­s más jóvenes, dijo Aponte.

“Todo esto implica una participac­ión electoral menor”

HÉCTOR LUIS ACEVEDO

Expresiden­te del PPD “El que no tome la baja poblaciona­l en considerac­ión no sabe de política”

JOSÉ APONTE

Secretario del PNP

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Se estima que unos 1,777,068 electores votarán en noviembre de 2016 por un candidato a la gobernació­n.
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La emigración de puertorriq­ueños afectará a todos los partidos por igual por ser una motivada por la crisis fiscal, según analistas.
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