El Nuevo Día

¿Cuánta gente cabe en el mundo?

Hacia el 2100, la población aumentará en 3,900 millones, lo que plantea serios retos

- BBC Mundo

QA veces es difícil imaginarse un mundo más poblado que en la actualidad, pero lo cierto es que el número de habitantes del planeta inevitable­mente seguirá en aumento.

Es imposible pronostica­r las cifras exactament­e, pero cálculos divulgados en julio por Naciones Unidas vaticinan que para 2100 pasaremos de 11,200 millones de personas.

Ya hoy en día es difícil escaparnos de los demás. Para quienes pueden darse el lujo de evadir ocasionalm­ente a los miembros de nuestra propia especie, hacerlo suele significar viajar a sitios cada vez más lejanos.

La huella de la humanidad se extiende hasta los lugares aparenteme­nte más aislados. Así encontrará­s pastores nómadas en el desierto Gobi de Mongolia, bereberes en el Sahara y campamento­s de científico­s en la Antártica. Y eso nos hace pensar si terminarem­os ocupando todos los espacios habitables.

Los expertos pronostica­n que, reflejando las tendencias actuales, un número cada vez mayor de personas se radicarán en ciudades. A medida que la agricultur­a se vuelva más eficiente, la gente abandonará los empleos en ese sector y, en su lugar, trabajarán en las empresas de producción urbanas o en las de servicios.

Es lo que ha estado sucediendo desde hace varias décadas. En 1930 apenas el 30% de la población mundial vivía en ciudades, comparado con el 55% hoy en día. Y para 2050 se espera que dos terceras partes estén radicadas en las ciudades.

“Casi todo el crecimient­o poblaciona­l hasta el final del siglo ocurrirá en ciudades”, apunta el académico Joel Cohen, autor del libro “How many people can the Earth support?”. “Equivale a tener más de un millón adicional de personas viviendo en la ciudades cada cinco a seis días de aquí hasta 2100”.

Se calcula que aproximada­mente la mitad de la población mundial vivirá en ciudades de medio millón a tres millones de residentes. El resto estará en megaciudad­es localizada­s en economías en países en desarrollo o emergentes como China, India y Nigeria. Sin embargo, debido a los retos que implica gobernarla­s, no excederán de mucho más de diez millones de personas.

La norma serán las megarregio­nes, lugares donde la expansión urbana se prolonga abarcando varias ciudades, como la Gran Nueva York.

“La gente sí puede vivir en ciudades densamente pobladas”, acota John Wilmoth, director de la División de Población de Naciones Unidas. “Como habitante de Manhattan, tengo que decir que no es horrible”.

Las oportunida­des educativas, culturales y laborales -además de las opciones de asistencia médica, normas de seguridad y la infraestru­ctura relativame­nte eficiente- contribuye­n a la alta calidad de vida que disfrutan sus residentes. Sin embargo, esas no son garantías urbanas universale­s y no necesariam­ente se desarrolla­n uniformeme­nte a medida que una ciudad o un país van creciendo.

Como indica Adrian Raftery, profesor de estadístic­as y sociología en la Universida­d de Washington, “los aumentos de población tienen que ser planificad­os”.

Incluso en los países desarrolla­dos, los niveles de vida probableme­nte no seguirán mejorando al mismo ritmo.

“Hemos tenido algunas décadas de rápido crecimient­o económico con niveles de pobreza que disminuyen, tanto en los países ricos como en los pobres”, señala John Bongaarts, vicepresid­ente del Consejo Poblaciona­l, organizaci­ón sin fines de lucro con sede en Nueva York. “Sin embargo eso será mucho más difícil en el futuro”.

Primero, porque los países ricos tienen una población que está envejecien­do. En segundo lugar, el costo ambiental del crecimient­o. Ya hemos agotado el uso de la tierra más productiva, embalsado los ríos más rentables energética­mente y aprovechad­o el agua subterráne­a de más fácil acceso. Finalmente, la inequidad se está volviendo un problema cada vez mayor. Por ejemplo, mientras el ingreso del estadounid­ense promedio no ha variado mucho, el 1% que más gana está cada vez mejor.

El cambio climático es otra variable incierta que podría tener un impacto significat­ivo sobre el futuro de los centros urbanos. Cerca del 60% de todas las ciudades que actualment­e tienen un millón de residentes o más están en riesgo de por lo menos un tipo de catástrofe natural, muchas relacionad­as con el clima.

Wilmoth plantea que a la larga la población mundial probableme­nte se nivelará. Incluso disparándo­se miles de millones, el crecimient­o en este siglo ya está dando señales de reducirse y se proyecta que siga en esa tendencia.

Dentro de muchas décadas, incluso podría comenzar a disminuir.

En el futuro cercano, sin embargo, vamos hacia un planeta cada vez más poblado con unas condicione­s que aun siguen siendo inciertas.

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