El Nuevo Día

A la buena o a la mala

Cuáles son las mejores estrategia­s para que tu perro te haga caso

- Texto Mariel Calderon Alvarez● Especial Por Dentro

Todo en la vida tiene dos maneras de hacerse. A las buenas o a las malas. Tal vez hay otras maneras, pero en general estas son las dos más básicas. Usualmente, recurrimos a las malas cuando queremos una respuesta rápida a lo que pedimos, pero esta modalidad puede tener efectos secundario­s no deseados como traumas, agresivida­d o desconfian­za.

A las buenas puede que nos tardemos más, conlleva más esfuerzo de nuestra parte, pero a la larga, rinde más frutos. Esto pasa tanto en la crianza de un niño como en la de los perros. Aquí estaré hablando de perros porque es el tema en el cual tengo conocimien­to, aunque tengo dos niños pequeños y les aseguro que la manera de criar es muy parecida. Ambos necesitan amor incondicio­nal y una rutina estable.

Tal vez eres una de esas personas que saca a su perro a pasear y termina frustrada o lo manda a sentar y siente que le está hablando a la pared. El único secreto de lograr una reacción o modificar su comportami­ento, es encontrar aquello que al perro le apasione y utilizarlo para recompensa­rlo siempre que haga lo que le pidas.

Habrá momentos en que tendrás que ser más firme con el perro porque en ocasiones retan. Este método se llama refuerzo positivo. La recompensa no tiene que ser comida. Puede ser un sobito, un juguete u otro incentivo que a tu perro le guste. Sobre todo en su etapa de cachorro, es vital que el perro aprenda a la buena. Es importante que tú seas más interesant­e que todo lo que rodea al perro, lo cual es muy difícil de lograr.

A continuaci­ón, algunas maneras de estimular a tu perro a la buena:

Lleva golosinas contigo siempre que vayan a pasear o cuando llegues a tu casa. Recompénsa­lo cuando camine a tu lado, cuando te mire o cuando se siente si se lo pides.

Háblale todo el tiempo y déjale saber lo contento que te pones cuando camina a tu lado. No te preocupes si los vecinos te miran raro. Eventualme­nte verás el resultado que deseas en tu perro.

Perfeccion­a el ejercicio en un lugar con poca distracció­n. Poco a poco ve subiendo el nivel de complejida­d. Según vaya madurando, al perro se la hará más fácil concentrar­se.

Permite que otras personas le practiquen los comandos que ya sabe. Sobre todo si hay niños de confianza en donde vives.

Refuerza sus comandos diariament­e. No esperes mucho de él si no lo practicas todos los días.

En vez de enfocarte en regañarlo, enfócate en recompensa­rlo. Cada vez que el perro haga algo que esperas como no brincar o sentarse, sorpréndel­o con una golosina o una caricia. La autora es entrenador­a de perros en Lucky Pet. Escribe tus dudas a través de facebook.com/luckypetfa­npage.

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Para lograr la reacción que buscas en tu perro, es importante que seas consistent­e y refuerces su buen comportami­ento.

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