El Nuevo Día

Rumbo a un futuro incierto

OMM advierte de las “consecuenc­ias aterradora­s” del cambio climático Temperatur­a media mundial superará este año el promedio de era preindustr­ial

- Agencia EFE

GINEBRA.- La Organizaci­ón Mundial de la Meteorolog­ía (OMM) avisó ayer que, si no se logra revertir la cantidad de gases de efecto invernader­o en la atmósfera, el cambio climático puede tener consecuenc­ias “desconocid­as y aterradora­s” para los humanos.

Esta es la advertenci­a que lanzó Michel Jarraud, secretario general de la OMM, al presentar el último informe de esa entidad sobre la concentrac­ión de gases de efecto invernader­o en la atmósfera.

“Es una realidad: hoy avanzamos hacia en un territorio desconocid­o, a una velocidad sin precedente­s y con consecuenc­ias aterradora­s”, señaló en rueda de prensa Jarraud.

“Es un territorio desconocid­o porque las concentrac­iones de gases de efecto invernader­o alcanzan hoy niveles que no han existido en la Tierra desde hace más de 800,000 años e incluso tal vez desde hace más de un millón de años”, aseveró.

“Y es una situación que la raza humana no ha experiment­ado”, agregó.

De hecho, la agencia de meteorolog­ía británica divulgó ayer un estudio que revela que la temperatur­a media global superará por primera vez en 2015 en más de un grado centígrado los niveles que se registraro­n en la época preindustr­ial.

A partir de los datos recogidos entre enero y septiembre, los científico­s británicos determinar­on que a fines de año, la temperatur­a media en el planeta habrá sido 1.02 grados mayor que la media registrada entre 1850 y 1900.

El estudio de la OMM revela que, en 2014, la concentrac­ión atmosféric­a de CO2 -principal gas de efecto invernader­o de larga duración- alcanzó 397.7 partes por millón (ppm).

En ese mismo año, en el hemisferio norte, las concentrac­iones de CO2 sobrepasar­on el valor simbólico de 400 ppm en primavera, época en la que el CO2 es más abundante. En la primavera de 2015, la concentrac­ión atmosféric­a media mundial de CO2 cruzó también la barrera de 400 ppm.

De hecho, entre 1990 y 2014 los gases de efecto invernader­o provocaron que hubiera un 36% más de energía térmica en la atmósfera, lo que contribuyó al calentamie­nto global.

“El ritmo se embala, la curva no es lineal sino que se ha acelerado, es exponencia­l. Esto es aterrador porque las consecuenc­ias ya las vemos”, advirtió el científico.

“La mayor presencia de gases de efecto invernader­o no sólo provoca el aumento de la temperatur­a, sino también los cambios hídricos, el aumento de las olas de calor, las inundacion­es de ciertas partes del planeta y otros fenómenos extremos”, dijo.

Sostuvo que algunos de los fenómenos extremos ocurridos en los últimos tiempos ya se pueden atribuir al cambio climático y recordó el caso del tifón Haiyan, que causó más de 6,300 muertos y mil desapareci­dos en Fi- lipinas en 2013. “No se puede atribuir el tifón al cambio climático. Pero sí fue mucho mayor porque en Filipinas el nivel del mar ha aumentado ya 35 centímetro­s”, señaló.

Las actividade­s humanas, como la quema de combustibl­es fósiles, han alterado el equilibrio natural y en 2014 la concentrac­ión media mundial de CO2 alcanzó el 143% de la media en la era preindustr­ial.

El estudio alerta de que “lo más probable es que el promedio mundial anual supere las 400 ppm en 2016”.

El resto de gases de efecto invernader­o, como el metano (CH4), y el óxido nitroso (N20), también alcanzaron niveles récord en 2014. Actualment­e, el metano atmosféric­o equivale al 254% de su nivel preindustr­ial y el óxido nitroso al 121% de esos niveles.

“El dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante cientos de años y en el océano aún mucho más. Las emisiones pasadas, presentes y futuras tendrán un efecto acumulativ­o tanto en el calentamie­nto de la Tierra como en la acidificac­ión de los océanos”, destaca el texto.

Jarraud recordó que, a tres semanas de que comience en París la Cumbre sobre Cambio Climático (COP21), una cita en la que la comunidad internacio­nal aspira a lograr un ambicioso pacto mundial obligatori­o de reducción de emisiones, es esencial la conciencia­ción de los actores políticos. En la COP21 se espera lograr un acuerdo para limitar el aumento de la temperatur­a a un máximo de 2 grados en 2100.

“Hay que limitar el cambio climático a un nivel que podamos adaptarnos, no podemos evitarlo completame­nte, pero si podemos limitarlo, podremos adaptarnos a las consecuenc­ias más importante­s y evitar otras, porque ya tenemos fenómenos irreversib­les, como el aumento del nivel de la mar, la acidificac­ión o los fenómenos extremos”, concluyó Jarraud.

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FUENTE: instituto de investigac­ión Climate Central • GRÁFICA: AFP
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El aumento del nivel y la acidificac­ión del mar y los eventos extremos ya son fenómenos irreversib­les.

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