El Nuevo Día

Es necesario edificar un muro anti-corrupción

La corrupción sistemátic­a que corroe a cuerpos de la Policía Municipal en Puerto Rico tiene que ser erradicada de raíz, para restituir la confianza de la ciudadanía en la decencia de funcionari­os en los que deposita su seguridad, y para beneficio de la sa

-

Acabar con conductas corruptas como las que deslucen a los uniformado­s de los ayuntamien­tos contribuir­á a restaurar la fibra social que tanto se ha lacerado en Puerto Rico debido, en buena parte, al desamparo y la insegurida­d del ciudadano ante la corrupción rampante.

Es preciso que las medidas para limpiar la fuerza policiaca municipal incluyan el procesamie­nto legal adecuado de los sospechoso­s de transgredi­r la ley. Igualmente necesario es establecer un sistema riguroso de reclutamie­nto de los oficiales responsabl­es de la seguridad de los ciudadanos.

Por eso, los hechos por los que días atrás se acusó a tres excomision­ados de la Policía Municipal de Barcelonet­a, un agente y una secretaria, aunque pudiera argumentar­se que se trata de actos de ratería, tienen que ser sometidos al rigor procesal que requiere cualquier alegación de corrupción gubernamen­tal, para enviar a los funcionari­os públicos de todos los niveles el mensaje claro de cero tolerancia a los actos corruptos.

El caso ocurrido en Barcelonet­a nos recuerda que este mal no se limita a la apropiació­n de grandes sumas de dinero, ni a la venta de influencia­s por parte de políticos o funcionari­os prominente­s, sino que también puede tomar la forma de pequeñas actuacione­s que igualmente laceran la confianza del pueblo y contribuye­n al desangre de las arcas públicas.

No es un secreto que la corrupción pública está entre los factores que erosionan las finanzas gubernamen­tales. Cabe señalar que los municipios de Puerto Rico sufren de un déficit combinado de aproximada­mente $241 millones y una deuda pública conjunta de $4,141 millones. Únicamente sobre Barcelonet­a pesa un déficit de cerca de $5 millones y una deuda de alrededor de $60 millones.

Ante este escenario de finanzas seriamente apretadas, las autoridade­s municipale­s, y las del sistema de ley y orden, tienen que asegurarse de que acaban con las circunstan­cias que permiten la ya casi constante repetición de actuacione­s corruptas como las que se atribuyen a miembros de la Policía Municipal de Barcelonet­a o al comisionad­o de la Policía Municipal y a otros seis empleados municipale­s de Cidra, señalados semanas atrás por un presunto esquema para defraudar al Seguro Compulsori­o.

Coincidimo­s con la alcaldesa de Barcelonet­a, Wanda Soler Rosario, en que no puede permitirse que personas que han sido contratada­s para llevar a cabo la función de garantizar la seguridad de los ciudadanos, incurran en actividade­s delictivas. En ese sentido, aplaudimos la decisión de la ejecutiva municipal de reestructu­rar la fuerza policiaca del ayuntamien­to y confiamos que lo ocurrido sirva para hacer más estrictos los procesos de selección y preparació­n de los agentes.

Medidas con estas pueden ayudan a comenzar a edificar un muro de contención contra futuros casos de corrupción en las fuerzas que componen las policías municipale­s, igual que en la Uniformada estatal.

Los policías tienen el deber de hacer cumplir las leyes y garantizar la seguridad de los ciudadanos, e igualmente están obligados a exhibir siempre una conducta adecuada y a dar fiel cumplimien­to a las normas éticas que rigen su función.

El reciente caso de Barcelonet­a tiene que servir de alerta a las institucio­nes, tanto públicas como privadas, sobre la importanci­a de fomentar y velar constantem­ente por el cumplimien­to de los más altos valores éticos en sus empleados, de manera que sus actuacione­s sirvan de ejemplo a toda la ciudadanía.

El ejemplo es un gran antídoto contra la corrupción.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico