El gemelo del Partido Republicano
La política se mide entre conservadores y liberales. Los conservadores suelen ser más tradicionales con respecto a a las normas y formas establecidas, mostrando resistencia a transformaciones y nuevas tendencias, mientras que los liberales suelen ser todo lo contrario.
Chocan las formas en que los políticos conciben el papel que debe el gobierno asumir dentro de la economía de un país, la forma en que el Estado da acceso y oportunidades a sus ciudadanos sin importar su estatus migratorio o su orientación sexual, la libertad que debe tener la mujer para elegir qué hacer con su cuerpo, la forma en que el gobierno atiende asuntos relacionados a la protección de los recursos naturales y la manera en que de cara al siglo XXI se atiende la lucha contra las drogas en un enfoque menos punitivo y restrictivo.
En este cuatrienio hemos podido ver que, en lo relativo a temas de transformaciones profundas, el Partido Nuevo Progresista (PNP) se ha opuesto tenazmente. Mientras, el Partido Popular Democrático (PPD) y otros movimientos han asumido una bandera vanguardista.
En la lucha por la equidad a la comunidad LGBTT y el reconocimiento del matrimonio de parejas del mismo sexo, el PNP optó por irse en contra y el PPD asumió la posición de justicia para todos.
A la Universidad de Puerto Rico, el PNP le impuso una cuota de $800 dólares, y la anuló de toda discusión social y económica, en cambio el PPD eliminó la cuota de $800 y la ha integrado en la discusión sobre el desarrollo económico.
De la misma forma sucede con la protección de nuestros recursos naturales; el PNP el votó en contra del Bosque Modelo y de la protección por ley al Corredor Ecológico del Noreste, mientras que el gobernador firmó ambas leyes, estableciendo una política pública proteccionista.
Las barbaridades que se escuchan en los debates de los pre-candidatos presidenciales del Partido Republicano de Estados Unidos nunca han sido desmentidas ni por la presidenta de ese partido a nivel local, Jenniffer González, ni por ningún otro miembro del PNP. Mientras el Partido Republicano continúa con su discurso racista e intolerante, aceptado por su gemelo político en Puerto Rico, a nosotros nos toca detenerlos otra vez.