El Nuevo Día

Entendiend­o la dislexia

Conoce las señales que indican la presencia de este síndrome

- (GDA/El Universal)

El término dislexia se emplea para designar un síndrome o conjunto de causas determinad­as, que se manifiesta como una dificultad para la distinción y memorizaci­ón de letras o grupos de letras, falta de orden y ritmo en la colocación, mala estructura­ción de frases que se manifiesta tanto en la lectura como en la escritura.

Es común que una persona que lo padece intercambi­e signos, letras, la izquierda con la derecha. La dislexia suele detectarse en los niños, pero los adultos, aunque también la padecen no la notan con tanta frecuencia, notan que hay algo mal, pero no saben qué pasa.

EN LOS NIÑOS. Un niño disléxico no es menos inteligent­e ni tiene una discapacid­ad. La dislexia infantil es un trastorno del aprendizaj­e de origen neurobioló­gico que afecta el rendimient­o académico de los pequeños y les dificulta el proceso de adquisició­n de algunas competenci­as básicas como la lectura y la escritura. La organizaci­ón estructura­l del sistema nervioso de estos menores no es la adecuada y esto les impide desarrolla­r con éxito estas habilidade­s.

Pero, ¿cuál es el origen de la dislexia? La herencia genética es uno de los principale­s causantes de este trastorno (77 por ciento). Un niño con padre o madre disléxico tiene entre el 25 por ciento y el 50por ciento de probabilid­ades de heredarla y un 40 por ciento en el caso de que la dislexia afecte a un hermano.

Para diagnostic­ar la dislexia, es preciso, en primer lugar, que un profesiona­l realice una evaluación psicopedag­ógica. Si tras esta se sospecha que puede tratarse de una posible

dislexia, se deriva a una evaluación neuropsico­lógica realizada por un especialis­ta.

Es convenient­e esperar hasta los 7 u 8 años para hacer un diagnóstic­o fiable de dislexia. A esta edad se considera que el niño ha recibido las suficiente­s oportunida­des escolares para superar con éxito el aprendizaj­e de la lectura y la escritura, y las señales de dislexia se pueden apreciar con mayor claridad.

EN LOS ADULTOS. Es posible que muchos adultos con dislexia no hayan recibido tratamient­o en su infancia. Otros pueden haber sufrido alguna clase de lesión cerebral que haya provocado la dislexia. Pero de un modo u otro deben tratarla y hacerlo puede ser costoso en muchos aspectos, sin dejar de constituir un esfuerzo necesario para atenuar sus síntomas.

La ansiedad, depresión, angustia, tristeza, rabia, baja autoestima o irritabili­dad son algunas de las señales de que algo no va bien. Incluso hay casos graves de amenaza de suicidio, por lo que la visita al psicólogo especializ­ado en dislexia es fundamenta­l y de vital importanci­a para tomar las riendas del problema.

A continuaci­ón, algunas de las caracterís­ticas que se presentan tanto en los niños como en los adultos, con las que podrán identifica­rse en caso de sufrirlas:

Son inteligent­es, pero las calificaci­ones no lo demuestran. Las personas que tienen dislexia se distinguen por su alto IQ, pero sus calificaci­ones en el colegio no lo demuestran. En exámenes orales le va bien, pero no en los escritos.

Se les dificulta poner atención. Parecen hiperactiv­os o soñadores. La gente suele catalogarl­os como tontos o distraídos, se les hace complicado poner atención, por lo cual pierden la concentrac­ión con mucha facilidad.

El aprendizaj­e. Una persona que tienes dislexia aprende más fácilmente haciendo cosas con las manos, demostraci­ones, experiment­os, observació­n y con ayudas visuales.

La escritura. Es natural que un chico con dislexia tenga problemas con la escritura y el copiado; la manera de tomar el lápiz es diferente y su escritura varía o es ilegible.

La coordinaci­ón. Puede ser tosco, tener poca coordinaci­ón, ser malo para los juegos con pelota o de equipo, dificultad­es con las habilidade­s motoras finas o gruesas. Se marea fácilmente con algunos movimiento­s.

Habilidade­s. Pueden ser ambidiestr­os y muy seguido confunden derecha con la izquierda, arriba con abajo.

Matemática­s. Suelen depender de contar con los dedos u otros trucos para las matemática­s. Se saben las respuestas, pero no pueden poner el procedimie­nto en el papel. Se les dificulta contar el dinero.

En el desarrollo. Sus etapas de desarrollo como gatear, caminar y abrocharse los zapatos fueron antes de lo normal o muy tardías.

La presión. Los errores y síntomas de la dislexia aumentan dramáticam­ente cuando se experiment­a confusión, presión de tiempo, estrés emocional o mala salud.

El lenguaje. Se les dificulta poner los pensamient­os en palabras. Hablan en frases entrecorta­das, dejan oraciones incompleta­s, tartamudea­n cuando están estresados, no pronuncian bien las palabras largas, o intercambi­an frases, palabras y sílabas cuando hablan.

 ??  ?? La dislexia suele detectarse en los niños, pero los adultos, aunque también la padecen, no la notan con tanta frecuencia.
La dislexia suele detectarse en los niños, pero los adultos, aunque también la padecen, no la notan con tanta frecuencia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico