Artífice de luces y sombras
El artista puertorriqueño Luis Borrero exhibe en la Isla, “Relatos”, con la que narra historias enigmáticas con una mirada casi cinematográfica En su trabajo se aprecia una fuerte influencia de los artistas barrocos, como Rembrandt, Diego Velázquez y Joha
Entrar al mundo del artista puertorriqueño Luis Borrero es sumergirse en escenas enigmáticas de la vida cotidiana de las que no se puede salir con facilidad.
Una técnica artística impresionante y un gran manejo de luces y sombras, provocan que el espectador se adentre en las obras de este pintor, las cuales narran momentos casi cinematográficos.
El trabajo de Borrero cuenta con una gran influencia de los pintores barrocos, pero sus piezas nos son una visita al pasado, sino todo lo contrario.
El artista toma elementos técnicos de grandes pintores, como Velázquez y
Rembrandt, y los reconstruye dándole un nuevo giro contemporáneo.
La narrativa artística del pintor se puede apreciar en detalle en “Relatos”, su nueva exhibición que se encuentra en la Sala de Exposiciones de Arte de la Fundación Ángel Ramos (SalaFAR), en Hato Rey.
“Con ‘Relatos’ quiero hablar de toda la gama de emociones de los seres humanos. Sí, hay momentos de bellezas y estabilidad en la exhibición, pero también de mucha contradicción, que es algo bien importante en mi pintura”, comentó Borrero.
Para entender el trabajo de este artista puertorriqueño hay que conocer un poco acerca de su historia.
Borrero nació en Puerto Rico, pero se mudó a Los Ángeles con sus padres cuando tenía 12 años de edad.
En la ciudad californiana comenzó a tomar sus primeros cursos de pintura y en la escuela superior ya dibujaba comics que lo introdujeron al mundo gráfico.
Luego llegaron los grandes maestros del barroco, de cuyas obras y técnicas se enamoró.
El cine también estuvo presente en su desarrollo artístico.
Esa combinación de elementos desembocó en la creación de su propio lenguaje artístico, donde la técnica es otra forma narrativa.
“Cuando empecé a desarrollar este tipo de pintura, me percaté que me atraía ver una pintura de una mitología renacentista y me encantaban las técnicas, pero no me hablaban a mí en términos de simbolismo porque yo no vivía en esa sociedad y no podía relacionarme a esos simbolismos. Entonces, la idea aquí es revistar ese estilo, pero con una mirada cotidiana, de ahora”.
“Es encontrar lo universal en la vida sencilla de todos los días y resaltarlo como algo metafórico, como algo que está en constante deterioro, en constante movimiento y es fugaz. Eso es algo influenciado por la idea del cine”, agregó. Borrero logra en sus piezas presentar escenas y personajes que hablan de la fragilidad de la vida, gracias a su estilo de pintura suelta y manejo en el uso de claroscuro.
“La luz en mi obra es cinematográfica, que existe en el artificio de mi pincel sencillamente”. “Cambio la luz para afectar la atmósfera, la escena, y en ese sentido soy bien cinematográfico. No es realista en ese sentido porque yo quiero transportarte a otra realidad, a una realidad que existe solamente en mi tercer ojo”.
El artista señaló que con su trabajo anhela entrar a esos espacios cotidianos, donde puede crear un mundo alterno lleno de contradicciones, sarcasmo, ironía y profunda soledad, en fin, lugares enigmáticos donde el espectador no quiera salir.
“Es un espacio donde yo quiero que la gente entre y explore y quiera quedarse ahí, que estén incómodos, pero les cree un sentido de familiaridad que digan ‘esa puede ser mi abuela’, ‘me acuerdo de la primera boda’ y ‘me acuerdo de mi hermana que se casó embarazada o de la hija que despierta a su mamá a las 5:00 de la mañana’”, comentó sobre escenas que se aprecian en su trabajo.
“Yo busqué temas universales en mi obra para invitar a la audiencia a que se queden en mi mundo y quieran compartir ese mundo, quieran explorarlo”, dijo.
Borrero, quien cultiva un estilo neofigurativo y quien fabrica los pigmentos que usa en sus piezas, señaló que las 12 piezas que forman parte de “Relato” son pequeñas narraciones que hablan de ese universo que lo recorre.
“Casi toda la pintura es autobiográfica de una manera u otra y en el caso de mi pintura debo decir que sí lo es, es una reflexión de aspectos de mi vida disfrazados como poesía, disfrazados como ficción”, concluyó este narrador de luces y sombras.