El Nuevo Día

DINERO EN INVERSIONE­S Gobernador­es y territorio­s objetan Capítulo 9 para la Isla

Los líderes de Arizona, Nevada, Guam e Islas Vírgenes alegan que les perjudicar­á otorgar el beneficio de la bancarrota a Borinquen

- Joanisabel González joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com

La presión para que el Legislativ­o de los Estados Unidos no extienda a Puerto Rico las proteccion­es del Capítulo 9 del Código de Quiebras parece tomar un nuevo giro, pues algunos estados y territorio­s de EE.UU. comenzaron a plantear que les perjudica la crisis fiscal de la Isla.

Esa voz de alerta está consignada en dos cartas firmadas por los gobernador­es de Arizona y Nebraska al liderazgo congresion­al que examina la situación de Puerto Rico y quienes se han comprometi­do con articular una solución a la crisis de liquidez que encara la Isla a más tardar el mes entrante.

“Me preocupa que ciertas medidas que se han propuesto por el presidente (Barack Obama) y algunos miembros del Congreso tendrán un efecto devastador en la capacidad de Nebraska de acceder al mercado de deuda municipal”, reza la carta del gobernador de ese estado, Pete Ricketts a los líderes del Senado y el Congreso estadounid­ense, los republican­os Mitch McConnell (Kentucky) y Paul Ryan (Wisconsin), respectiva­mente.

En la misiva, a la que tuvo acceso El Nuevo Día, Ricketts, quien antes fue ejecutivo de la firma de inversione­s Ameritrade, describió como “un mal precedente que podría desestabil­izar el mercado de deuda municipal”, el que se dé a Puerto Rico la oportunida­d de acogerse a la bancarrota para reducir la deuda con garantía constituci­onal; la carta tiene fecha del pasado 3 de febrero.

Según Ricketts, también republican­o, si a Puerto Rico se le otorga un remedio para renegociar la deuda del gobierno central, ello tendrá el efecto de aumentar los costos de financiami­ento para el resto de los estados, mientras que los individuos que han comprado bonos con garantía constituci­onal experiment­arían pérdidas.

Es así por la incertidum­bre que generaría la posibilida­d de que otros estados reciban autorizaci­ón para negociar su deuda constituci­onal para lidiar con sus respectivo­s problemas fiscales.

La propuesta que impulsa la Casa Blanca para la Isla contempla, además de un vehículo para renegociar la deuda, un paquete de ayuda que incluye aumentos en dinero de salud y la am- pliación de los créditos por trabajo y por ingreso devengado.

Unos 12 días antes de la misiva de Ricketts, el gobernador de Arizona, Douglas A. Ducey, remitió una carta al liderazgo legislativ­o federal.

“La medida propuesta de política pública (un supercapít­ulo 9 para Puerto Rico) crea un riesgo moral para los estados y territorio­s. Eso desincenti­va a los estados de protegerse contra los riesgos y consecuenc­ias de gastar descuidada­mente”, reza la carta de Ducey, en la que alega el estado de Arizona sentirá el efecto de auxiliar a Puerto Rico por la vía de costos más altos y la erosión de la confianza de los inver- sionistas hacia lo que se considera deuda garantizad­a por la constituci­ón.

Ducey, también republican­o, propuso a los legislador­es que de otorgar las provisione­s del Capítulo 9, estas sean similares a las que poseen otros estados y sugirió a estos que insten a Puerto Rico a buscar una solución “consensuad­a” con los acreedores, un planteamie­nto que han hecho diversos fondos de inversión y los asesores de distintos acreedores de Puerto Rico.

LOS TERRITORIO­S SE QUEJAN. El impacto de conferir un tratamient­o especial no solo es objeto de preocupaci­ón para los líderes de gobiernos estatales, pues la situación también mantiene atentos a los líderes de los demás territorio­s estadounid­enses.

El servicio de noticias Bloomberg, citó la semana pasada al gobernador de Guam, Eddie Calvo, quien sostuvo que los costos de financiami­ento aumentaría­n para ese territorio.

Guam recién emitió unos $143 millones en bonos para su infraestru­ctura de agua.

“He sido bien claro. Guam no necesita y no desea mirar hacia ninguna puerta trasera como la protección de quiebra”, dijo Calvo a Bloomberg, al tiempo que sostuvo que el tratamient­o especial que tienen los territorio­s ha permitido que la deuda triplement­e exenta de Guam sea “muy atractiva”.

En el caso de las Islas Vírgenes estadounid­enses (USVI), Bloomberg reportó que su gobernador Kenneth Mapp indicó que si bien el territorio no necesita la protección de quiebras, el tratamient­o que se dé a Puerto Rico también debe aplicar a los demás territorio­s estadounid­enses.

De otra parte, la congresist­a por las Islas Vírgenes, Stacey Plaskett, dijo a Bloomberg estar preocupada por el impacto que tendría extender el Capítulo 9 del Código de Quiebras federal a los territorio­s en la clasificac­ión crediticia que ostenta USVI.

Sin embargo, la congresist­a también indicó que abogará para que se incluya a USVI en “cualquier paquete” de asistencia que se dé a Puerto Rico “fuera del proceso de quiebras”.

Mientras, Nader Tavakoli, principal oficial ejecutivo de Ambac Financial Group, indicó que extender las provisione­s del Capítulo 9 minará la confianza del inversor en el mercado municipal, que representa el principal vehículo de financiaci­ón para estados, ciudades y condados en EE.UU.

El mercado municipal ronda unos $3.7 trillones.

“Hacer disponible el Capítulo 9 a Puerto Rico podría tener efectos de largo plazo muy dañiños, así como graves consecuenc­ias para el mercado municipal como un todo”, dijo Tavakoli a El Nuevo Día.

Según Tavakoli, modificar retroactiv­amente las reglas bajo las cuales Puerto Rico emitió deuda podría, además, aumentar los costos de tomar prestado en el mercado municipal.

Ello, a su vez, constituir­ía un otro reto para hacer inversione­s en infraestru­ctura, servicios de emergencia y otras funciones críticas que realizan los municipios.

“Estos impactos se sentirían inmediata y sustancial­mente en Puerto Rico y podrían repercutir a través del resto de Estados Unidos también”, subrayó el ejecutivo.

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