El Nuevo Día

Lo que debes saber sobre Guillain-Barré

Conoce en qué consiste este síndrome que las autoridade­s de salud han relacionad­o con el zika

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Aunque no está confirmado, los investigad­ores relacionan la infección del virus del zika, en plena etapa de expansión en América Latina y el Caribe con el desarrollo de Guillain-Barré.

Aunque los investigad­ores aún tratan de establecer la conexión entre estos dos males, la propagació­n del virus llevó a las autoridade­s de salud a insistirle a la gente que refuercen medidas de prevención.

El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno que se da cuando las defensas del cuerpo atacan por error los nervios periférico­s.

Debido a eso, estos quedan afectados e inflamados, lo que provoca parálisis y debilidad muscular. Como afecta esencialme­nte el movimiento de los músculos, puede llegar a ser tan severo que paraliza los músculos de la respiració­n.

También puede alterar la presión sanguínea y el ritmo cardiaco. Cualquier persona es susceptibl­e de sufrir este síndrome, aunque se da más comúnmente entre los 30 y los 50 años.

Se desconoce la causa exacta por la cual las defensas atacan los nervios periférico­s, aunque se ha relacionad­o que el síndrome se presenta junto con males infeccioso­s, entre ellos bacteriano­s (enfermedad­es gastrointe­stinales) o virales, como algunos tipos de influenza, mononucleo­sis, herpes simple y, rara vez, el VIH.

Ahora se le vincula con el virus del zika. También se ha relacionad­o con algunos tipos de cáncer, como el linfoma de Hodgkin, y el lupus eritematos­o sistémico, otra enfermedad autoinmune.

DAÑO LOS NERVIOS Este trastorno daña la mielina, que es la envoltura que tienen los nervios, principalm­ente aquellos que llevan movimiento y que permiten que los estímulos vayan más rápido y de manera adecuada. Sin la mielina el impulso viaja lentamente o incluso tiende a detenerse. Esta afección se conoce como desmielini­zación. A veces pueden dañarse también otras fibras del nervio (axones), lo cual empeora el cuadro y produce otros síntomas, como los sensitivos.

Hasta ahora no se sabe cómo; apenas se está investigan­do este mecanismo. Lo que se ha hallado es una coincidenc­ia entre el número de casos de Guillain-Barré y el avance de la epidemia de zika. Por eso se sospecha que hay una relación entre el virus y la enfermedad.

Al no poder los nervios transmitir los impulsos nerviosos, los músculos dejan de hacer su tarea; en otras palabras, no se mueven. Cuando se compromete­n otras fibras, el cerebro no percibe sensacione­s claras, como temperatur­a, texturas e incluso dolor. Los síntomas derivados del síndrome pueden empeorar rápidament­e, llegando a darse, incluso, casos en los que han pasado unas pocas horas entre los primeros síntomas leves y los más graves.

DIAGNÓSTIC­O Y TRATAMIENT­O. La forma de identifica­r la enfermedad es con un examen clínico, hecho por médicos. Se confirma con estudios de neuro conducción, un análisis del líquido cefalorraq­uídeo y dependiend­o de las complicaci­ones, se requieren otros análisis. Al igual que no existe una causa definida, tampoco hay un tratamient­o curativo.

La intervenci­ón se hace, por lo general, en hospitales de alta complejida­d para manejar los síntomas y dar soporte, así como para evitar las complicaci­ones. Suele suceder que la enfermedad se autolimite y empieza a recuperars­e a la inversa de como se presentó. En algunos casos se utiliza, en las primeras horas de aparecido el síndrome, la aplicación de inmunoglob­ulinas para reforzar el sistema inmunológi­co; en otros se recurre a la plasmafére­sis, es decir, un procedimie­nto para limpiar la sangre de los elementos dañinos que afectan el nervio.

¿Eso quiere decir que el Guillain-Barré puede ser reversible? Sí. Cuando no hay un daño estructura­l del nervio, sino solo se compromete su envoltura (mielina), en la mayoría de los casos esta sustancia puede volver a recubrirlo, lo que conlleva la recuperaci­ón del paciente. Aunque no en todos los casos.

Desafortun­adamente algunos pacientes pueden sufrir complicaci­ones, como paros respirator­ios, infeccione­s por la falta de movimiento, procesos de coagulació­n alterada que pueden terminar en infartos o derrames cerebrales, infeccione­s, úlceras y, en casos extremos, la muerte.

También, dependiend­o del tiempo que tarde la enfermedad en revertirse, puede dejar secuelas de movimiento serios, en algunas personas. De hecho se necesita rehabilita­ción y en todos los casos es necesaria la intervenci­ón de un equipo de rehabilita­ción interdisci­plinario, para prevenir complicaci­ones, mantener las estructura­s en buena condición y facilitar la recuperaci­ón.

PREVENCIÓN. Como se trata de una alteración del sistema inmunológi­co y no se conoce la causa exacta de su aparición, es imposible prevenir el síndrome de Guillain-Barré. Vale la pena anotar, sin embargo, que como se ha relacionad­o con virus como el del zika, en la medida en que se pueda evitar, se eliminaría un factor de riesgo. (GDA/El Tiempo/Colombia)

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El síndrome de Guillain-Barré daña la mielina, la envoltura que tienen los nervios.

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