Frenazo a la fiscalización del combustible
Los auditores dijeron que nunca habían sentido tanta resistencia a una auditoría dentro de la AEE
La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) no solo detuvo en 2011 la auditoría que investigaba los procesos de compra de combustible, sino también les quitó a los químicos de su laboratorio interno la tarea de inspeccionar a los laboratorios privados que contratan para que garanticen la calidad del petróleo que reciben.
Los auditores Raquel Alicea y José Gandía testificaron ayer en el Senado que tras regresar del receso navideño de 2010, el gerente de la oficina de auditoría interna, Luis Román, les informó la suspensión de la auditoría.
Alicea fue, además, apercibida sobre las sanciones a las que se exponía por insubordinación si insistía en que el perito del comité, Abraham Ortiz, evaluara unos documentos recibidos por el laboratorio Alchem, según declaró la auditora.
Asimismo, en ese memorando titulado “de exhortación”, Román le recordó a su empleada que se había extralimitado de funciones cuando hizo requerimientos al laboratorio Alchem sobre el manejo y conservación de muestras de la AEE.
“En todo momento tratamos de poner el trabajo por encima y que ellos (la gerencia) supieran que lo más im- portante era que se continuara la auditoría”, dijo Alicea.
Alicea y Gandía declararon que Román les pidió que firmaran el informe que la oficina de auditoría le presentaría a la Junta de Gobierno. Los dos rechazaron endosarlo porque tenían diferencias con el borrador del documento en contenido, conclusiones y sobre el alcance de la auditoría. DURO REPROCHE CONTRA TESTIGO. En tanto, Lavinia Lebrón, directora del laboratorio interno de la AEE, aunque hizo fuertes declaraciones contra Ortiz Charriez, su testimonio corroboró algunas de las revelaciones de este químico e impugnó parte del testimonio de Rudy Gordián, gerente general del laboratorio Inspectorate.
Lebrón explicó que su laboratorio solo inspecciona el combustible que está depositado en los tanques de reserva para certificar su calidad antes de que se transfieran a los tanques de servicio en las plantas generatrices.
En muchas ocasiones este combustible no cumple con los parámetros, afirmó, y lo adjudicó a que se recibió un petróleo de menor calidad, no se hizo la mezcla correctamente o se afectó su composición con residuos de combustible en las tuberías.
Lebrón opinó que sería más barato para la Autoridad si el laboratorio de la corporación pública manejara las pruebas que ahora se les encomienda a los laboratorios privados.
La funcionaria dijo también que desde el 2010, se le instruyó para que no volviera a inspeccionar a los laboratorios que contrata la AEE.
La licenciada en química pidió un turno de exposición para leer un documento oficial que criticaba el desempeño de Ortiz cuando dirigió el laboratorio de control ambiental de la AEE. También dijo que concurría con un informe encomendado por la AEE a químicos externos que concluyó que no era confiable la conclusión del comité de auditoría que sostenía que el combustible descargado por la barcaza Tennessee era alto en azufre.
De igual manera, la funcionaria recomendó que se investigara al químico retirado por posible conflicto de intereses y corrupción gubernamental.
A preguntas del investigador de la Comisión, César López, Lebrón reconoció que ese estudio sobre el embarque Tennessee se presentó 15 días después de que se instituyó la comisión especial del Senado para investigar esta compra en la AEE.
Por otro lado, Luis Alberto Morales Hernández, un exempleado de la empresa Alchem, dijo que, contrario a lo testificado por Gordián, el instrumento para analizar el azufre debe ser calibrado cada seis meses por recomendación del fabricante. Además, sostuvo que la AEE tenía una marcada preferencia por los laboratorios Saybolt.