Anfibios amenazados por epidemia
La clave está en evitar la propagación del hongo Bsa por el planeta
Una epidemia mundial amenaza a los anfibios, pero un grupo de científicos de Estados Unidos confía en salvarlos con una estrategia de contención, según informaron en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por su sigla en inglés).
“La contención de la epidemia es prioritaria para defender a los anfibios”, explicó la doctora Karen Lips, que presentó su plan contra el hongo quítrido causante de este mal, en el evento de la AAAS.
El hongo culpable de la nueva epidemia, llamado Batrachochytrium sa- lamandrivorans (Bsal), es muy similar al Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), que un equipo mixto de investigadores de la Universidad de Maryland y de la Universidad de Puerto Rico lleva dos décadas investigando.
Por eso, ahora esperan aplicar las lecciones aprendidas y evitar la propagación del nuevo hongo identificado en Holanda en 2013, adonde había llegado en salamandras importadas desde Asia, anunció Lips, que lidera la investigación de ambas epidemias.
Más de 168 especies de anfibios se han extinguido en las últimas décadas y de las 7,000 especies que se calcula que aún viven, el 33 % está en peligro de extinción y el 41 % experimenta una disminución considerable de po- blación.
La clave está en la coordinación internacional para evitar la propagación de este hongo por todo el planeta, indicó Lips.
Gracias a la alerta de sus colegas belgas, este grupo de científicos pudo poner en marcha un protocolo de prevención y presionar al Gobierno de Estados Unidos para que protegiera a las especies autóctonas de la llegada del hongo.
Fue así como más de 200 especies de salamandras vieron prohibida su entrada a territorio estadounidense por una orden sin precedentes del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos emitida el 12 de enero.
La bacteria Bsal aún no ha llegado a Estados Unidos y los científicos y legisladores tratan de posponer ese momento, al menos hasta que se sepa más sobre la enfermedad.
“Nuestros colegas europeos nos han advertido de que causaría muchos problemas y mataría a muchas de nuestras especies”, anunció Lips, quien no ocultó su “preocupación”.
Asimismo, ahora los científicos belgas se apoyan en el ejemplo de Estados Unidos para presionar a que Europa “legisle de forma más protectora” para evitar su propagación.
Lo que hace ser más optimistas a estos científicos es que del estudio del hongo Bd “descubrieron mucho sobre las interacciones con el clima, el entorno y entre las especies de anfibios”, recordó Lips, que participó de ese primer hallazgo en 1998.
“Tras años estudiando cómo funciona el hongo Bd, ahora estemos en un punto en el que podemos aplicar lo que hemos aprendido y defendernos de Bsal”, enfatizó Lips.
Los científicos saben ahora que, mientras que algunas especies concretas de salamandras son inmunes a esta bacteria, las europeas y norteamericanas son, al parecer, más susceptibles de enfermar, ya que no han evolucionado con el hongo.
Se trata de una estrategia para “ganar tiempo” ya que “cuando se empieza a extender un hongo, ya no hay nada que hacer”, admitió Joseph Mendelson, del Instituto de Georgia, Atlanta, que también forma parte del equipo investigador
Su colega Vance Vredenburg, de la Universidad estatal de San Francisco, dijo que no se podían imaginar que la situación debido a este hongo “fuera a ser tan grave”.
Por eso, los investigadores siguen desplazándose sobre el terreno. Esta semana, Patricia Burrowes, de la Universidad de Puerto Rico, viaja a Bolivia, para reunirse con otros investigadores y estudiar el efecto del cambio climático, la humedad y las altas temperaturas en la región andina y el efecto sobre los anfibios.