Peligrosa ruta al retroceso colonial
No debe de haber dudas de que la figura política más relevante en el Puerto Rico del siglo XX fue don José Luis Alberto Muñoz Marín. Ello va más allá de la fundación del Partido Popular Democrático en 1938 y en convertirse en nuestro primer gobernador electo en 1948. La obra de El Vate que más trascendencia cobró, al igual que la de su padre, fue imponerse en la vertiente ideológica del autonomismo y desde ésta, construir un proyecto político para adelantar las causas y aspiraciones de un Puerto Rico abatido por la pobreza, el analfabetismo, la falta de salud y la escasez de asistencia social. Ante esos hechos, el 25 de julio de 1952, se creó el Estado Libre Asociado, en una confección de status político que en sí mismo existe y existió para superar las deficiencias sociales y económicas que nuestro Puerto Rico enfrentaba en aquellos años.
En acuerdo o en desacuerdo con la visión ideológica de Muñoz Marín, podemos afirmar como realidad que los puertorriqueños logramos un concepto de gobierno propio, mediante la Ley-600, al poder de redactar nuestra propia Constitución. Mucho o poco, cierto es que en la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico están explícitamente redactados los poderes y obligaciones que habrán de tener las tres ramas de gobierno del ELA. Dichos poderes y obligaciones establecidos en los Artículos: III, IV y V fueron revisados y avalados por el Congreso de entonces y por el presidente Truman.
Por lo tanto, la imposición de una Junta de Control Fiscal por el Congreso de Estados Unidos sería una afrenta al legado de la agenda inconclusa de don Luis Muñoz Marín. Imponer una Junta de Control Fiscal, cuyos miembros ni usted ni yo podremos elegir y que tenga poderes omnímodos, es un retroceso a los más oscuros años coloniales de nuestra historia política.
En el Partido Popular Democrático existe una diversidad de visiones ideológicas. Yo, como popular, siempre he creído en un desarrollo no territorial y soberano de ese instrumento que creó don Luis en 1952.
No obstante, uno de los más importantes puntos de consensos que existen entre todos los sectores ideológicos que coexisten en el PPD, es el reconocimiento del legado de la gesta Muñoz y la “generación del cuarenta”. Aunque todos aspiramos a una transformación o evolución política del ELA distinta, aceptar que los Estados Unidos nos imponga una Junta de Control Fiscal es desvestir de poderes al ELA y por consiguiente aportar a su desaparición.
Es momento que los populares y los puertorriqueños defendamos lo que tenemos políticamente, que claramente es mejor que lo que teníamos antes de 1952. Existen fundamentos jurídicos que sostienen que lo que quiere hacer EEUU no es legal y, más aún, ante la opinión internacional, los obligan a tener mucho que explicar.