Proveedores dejan sus casos
A causa de la falta de pagos, varias empresas no han podido pagar a sus empleados
A Leslynette Ramos le tomó varios días reunirse con las 49 familias de los niños de Educación Especial que eran servidos en el Centro Educare en Dorado.
La sicóloga se comunicó con cada una para informarles que, a raíz de la deuda que el Gobierno ha acumulado con el centro de terapias, estos ya no podrían atender a sus niños.
“El semestre pasado no recibimos pago hasta finales de noviembre. Agosto, septiembre, octubre y noviembre tuvimos que subsistir con ahorros y la línea de crédito, pero ya se agotaron todos los recursos que teníamos. En diciembre ya no te- níamos como pagar, se agotaron todos los fondos y en diciembre los terapeutas se quedaron sin cobrar”, expresó Ramos, directora del Centro Educare.
Al momento, la institución no ha cobrado por los servicios que ofreció desde octubre hasta ahora, pero estas facturas no han podido ser remitidas al Departamento de Educación por los problemas que han enfrentado con la nueva plataforma computadorizada que implementó la agencia para los servicios que se ofrecen mediante el mecanismo de Remedio Provisional, indicó la especialista.
“Nuestra mayor ansiedad es que tengo a las empleadas sin trabajo y los nenes llevan toda la Navidad, todo enero y febrero sin terapias”, señaló Ramos.
De seis a siete corporaciones que brindaban servicios a niños mediante Remedio Provisional ya han dejado de atender a esta población, detalló ayer la portavoz de la Asociación de Profesionales y Proveedores de Servicios de Terapia, Ilsia Lara.
La situación complica el panorama para las familias de estudiantes de Educación Especial, ya que son pocos los especialistas que quedan y no necesariamente tienen espacios disponibles para atender a los menores que se han quedado sin sus terapias a mitad del año escolar, apuntó Lara.
María Campis, quien dirige un centro de terapias en Cabo Rojo, estuvo a punto de tomar la decisión de dejar de servir estudiantes de Educación Especial, pero el dinero que se le adeudaba llegó en enero.
Aun así, en el Campis Therapy Center ahora solo quedan tres especialistas -ella, su hija y su sobrinapues el semestre pasado tuvo que despedir a dos profesionales por la falta de dinero y no prevé tener los recursos para contratarlos.