Todos causaron la crisis fiscal
Si ha habido consenso en medio de esta aterradora crisis fiscal es que todos los que gobernaron tienen su gran dosis de culpa. Todos andaban a cuesta con una legión de amigos, corredores de campaña, donantes, a quienes favorecían, por medio de salarios de lujos para un país pobre, contratos millonarios innecesarios y, otros, bajo el manto del muy mal llevado concepto de empleados de confianza. Así, esquilmaron el presupuesto. Cogieron prestado para distribuírselos, excepción de algunas obras faraónicas, monumentos a la nada, legado al país como recordatorio de la ineficiencia a la cuarta potencia.
Hoy, esos mismos que gobernaron con imprudencia, perdonando el eufemismo por no decir otra cosa, se nos presentan a los medios para ofrecer su receta de cómo salir de la crisis. Repugna y avergüenza que los mismos verdugos del pueblo se presenten como libertadores.
Ante esta desfachatez, a esos que se aferran a sus escoltas y oficinas vacías de ideas, la mejor condena que se les puede imponer, sería enmudecerlos. Sabido que no pueden responder criminalmente, condenarlos al silencio, que no pueda decir una sola palabra de cómo gobernar, de cómo manejar finanzas. Juan Antonio Candelaria
Arecibo