Ala periodística de El Nuevo Día en Cuba
Esta misión periodística se estrena oficialmente con la esperada visita del presidente Barack Obama, quien con su presencia en Cuba corona una etapa crucial del restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba
Por primera vez en la historia del periodismo puertorriqueño, se establece en La Habana una corresponsalía permanente que cubrirá los cambios y las incidencias políticas y sociales de la Mayor de las Antillas, integrando la inmediatez noticiosa, el rigor informativo y el análisis sagaz de los acontecimientos.
Se estrena oficialmente esta misión periodística de El Nuevo Día, con la esperada visita del presidente Barack Obama, quien con su presencia en Cuba corona una etapa crucial del restablecimiento de relaciones entre ambos países, a la vez que abre las puertas a multitud de interrogantes, expectativas y negociaciones trascendentales.
Cuando el avión presidencial se pose en tierra cubana hoy domingo, habrán pasado 88 años desde la última visita de un presidente estadounidense en activo.
El significado y las circunstancias de este momento tienen una repercusión increíble- mente mayor que las que rodearon la visita del presidente Calvin Coolidge en 1928. En aquella época, no había que subsanar las consecuencias de la ruptura entre las dos naciones, ni había tampoco por el medio casi seis décadas de pugnas y confrontaciones.
Desde que el 17 de diciembre de 2014, el presidente Obama anunció que el bloqueo económico había fracasado, y que se iniciaba un proceso de restablecimiento de relaciones entre Washington y La Habana, se atisbaba ya la posibilidad de una visita del mandatario a Cuba, y una normalización que tomaría entre dos y tres años para aspectos económicos puntuales de inversión económica y apertura empresarial, y mucho más tiempo en el terreno un poco más sutil de las alianzas y los reajustes geopolíticos.
Puerto Rico, que ya empieza a explorar las oportunidades de intercambio económico que se abren en el marco de la apertura cubana, debe perseverar en el acercamiento a una sociedad que puede acompañarnos a emprender caminos de fructífera colaboración en muchos terrenos. Con una población de casi 12 millones de habitantes y un crecimiento dinámico de los sectores agrícolas y de construcción, el despegue turístico de Cuba, que contabilizó más de tres millones y medio de visitantes en 2015, sugiere un escenario en el que la gran experiencia y habilidad de los puertorriqueños podría encontrar un excelente nicho.
El Nuevo Día estará presente en lo que representa un hito en el marco de la visita del presidente Obama: la alocución que dirigirá el próximo martes al pueblo cubano desde el Gran Teatro de La Habana, y su posterior reunión con representantes de la oposición al gobierno de Cuba. Una reunión, esta última, indispensable para que cualquier proceso de normalización tenga suficiente credibilidad: escuchar a la disidencia es un deber moral del presidente y de todos los que nos acercamos a Cuba con respeto por su pueblo.
Antes que finalice el martes, y como un gesto simbólico del entusiasmo que resulta de esta histórica visita, el mandatario asistirá al juego de pelota en el que se enfrentarán la Selección Nacional de Cuba y el equipo Devil Rays de Tampa Bay.
Estamos convencidos de que informando con verticalidad y rigor, ponemos también nuestro granito de arena en la construcción de un eje caribeño vigoroso, con sólidas raíces culturales y el irreductible deseo de sacar adelante a nuestros respectivos países. Asumiendo nuestro deber con la historia, El
Nuevo Día establece su presencia formal en Cuba para servir de enlace de comunicación entre estos dos pueblos hermanos. La corresponsalía se sitúa como canal para el intercambio cultural y económico entre las Antillas, y es foro para entrelazar lazos entre San Juan y La Habana, en el marco del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Esa apertura diplomática es la gran oportunidad para el inicio de conversaciones que conduzcan a la democratización de la prometedora antilla hermana.
Parafraseando a Lola Rodríguez de Tió, el “ala periodística” de Puerto Rico sale al reencuentro de su contraparte: ¡ alza vuelo un pájaro con mucho futuro!