Majestuosa.
Este inmenso complejo abarca distintos edificios y está ubicada en el centro de Praga.
La Biblioteca Clementinum sorprende por su elegante y lujosa decoración.
Mientras los fuegos de la Inquisición todavía ardían, en Praga y en el siglo XVI, los jesuitas construyeron la biblioteca más hermosa del mundo. No hay discusión, habrá más grandes o con más valiosos tesoros bibliófilos, pero linda como esta, no hay ninguna.
En realidad, el Clementinum es un complejo académico que domina la formidable biblioteca y su Torre de Astronomía, aunque en sus inicios la construcción albergó únicamente al colegio jesuita de la ciudad. En 1773, en lo que hoy es la República Checa, la orden también fue disuelta y el complejo le fue dando prioridad a la biblioteca, sin abandonar su finalidad educativa.
Aquí trabajaron figuras cumbres de la astronomía como Tycho Brahe y su alumno Johannes Kepler, quienes utilizaron para sus investigaciones, la Torre Astronómica de este complejo. Tiene 223 pies de altura y en su punto más alto puede verse la figura del Atlas transportando a una esfera celeste. PRAGA TE CAMBIARÁ TU VISIÓN DEL MUNDO
Ahora, ten cuidado de que esta torre y la otra atracción del complejo, la Capilla de los Espejos, te quiten tiempo como para ir a asombrarte en la Bibioteca del Clementinum, que está medio escondida por esta capilla. La sala de lectura, que está en la planta baja, era inicialmente el comedor del colegio de los jesuitas.
Te invito a que explores, a que mires con religioso respeto a los volúmenes incunables y que te animes a solicitar un ejemplar, pues contra toda lógica, confiando solo en la cultura de la gente, no hay que ser estudiante del complejo, ni ciudadano de la República Checa, para solicitar un libro para su lectura en esta sala, basta con ser mayor de 18 años.
Una extraordinaria curiosidad la puedes encontrar en la Sala Meridian, donde un pequeño orificio permite entrar un rayo concentrado de luz solar, que va recorriendo las paredes y el piso, hasta en- contrarse en el exacto mediodía astronómico de Praga, con una cadena que lo divide en dos partes iguales. Hasta 1918, cuando eso ocurría, en el Clementinum izaban una bandera a cuya vista, los artilleros del Castillo de Praga disparaban un cañón para decirle a los vecinos que eran exactamente las doce del mediodía. Para información sobre este destino, consulta a tu agente de viajes.