Llamado para ser testigos de humildad
Miles acuden temprano a templos cristianos a través de todo el País durante el Domingo de Ramos
Miles de cristianos conmemoran ayer, la entrada de Jesús a Jerusalén.
Según la Biblia, seguidores le vitorearon con palmas cuando llegó a la ciudad sobre un pollino.
El Domingo de Ramos marca el periodo climático del paso del hijo de Dios por la tierra, según la tradición cristiana.
En la Catedral de San Juan, el arzobispo Roberto González Nieves bendijo los ramos y caminó en procesión hasta el antiguo templo en el que se recordó la pasión y muerte de Jesús.
En la homilía, después de la lectura del evangelio, González Nieves reflexionó sobre la alegría, la humildad y misericordia que resaltó como valores importantes sobre la entrada de Jesús a Jerusalén.
“Hoy, al abrir esta Semana Santa, entramos con Jesús, la misericordia misma, rostro del amor misericordioso del Padre a la Jerusalén en nuestros corazo- nes”, sostuvo el líder católico.
“Nosotros como Iglesia, no solo estamos llamados a atender a los humildes, sino a ser maestros, maestras, y testigos de humildad. No solo es un anti signo olvidar a los humildes sino no ser humilde”, puntualizó.
Por otro lado, observó que el júbilo, al final, domina la culminación de la Semana Santa.
“Hay alegría al entrar por última vez a Jerusalén y hay alegría al final, pues la resurrección del Señor es la madre de todas las alegrías. El abuso y la violencia de la pasión de la cruz no eliminaron para siempre la alegría cristiana. Al contrario, le dio esperanzas, le dio sentido”, agregó González Nieves.
Durante el Domingo de Ramos en Dorado, los feligreses de siete iglesias cristianas se congregaron en la plaza de recreo en un acto compartido y luego caminaron en peregrinación hasta sus templos para los rituales del inicio de la Semana Santa.
Mientras, en Ponce, el nuevo obispo Rubén González encabezó por primera vez desde la catedral de Nuestra Señora de la Guadalupe la misa que marca el inicio de la denominada Semana Mayor.
“...al abrir esta Semana Santa, entramos con Jesús, la misericordia misma, rostro del amor misericordioso del Padre a la Jerusalén en nuestros corazones...” ROBERTO GONZÁLEZ NIEVES
Arzobispo de San Juan