El Nuevo Día

Demandaría­n a Agricultur­a federal por la incinerado­ra

Comunidade­s entienden que es “deficiente” el análisis sobre el impacto a las especies en peligro

- Gerardo E. Alvarado León galvarado@elnuevodia.com Twitter: @GAlvarado_END

Las comunidade­s opuestas a la incinerado­ra en Arecibo, a través del bufete Earthjusti­ce, sometieron una intención de demanda contra el Servicio de Utilidades Rurales del Departamen­to de Agricultur­a Federal (USDA-RUS), por entender que su análisis del impacto que la planta tendría sobre las especies en peligro de extinción es “deficiente”.

La demanda, que se sometería en la jurisdicci­ón federal, sería por violacione­s a la Ley de Aire Limpio ( Clean Air

Act ) y la Ley de Especies en Peligro de Extinción ( Endangered Species Act).

Earthjusti­ce publicó en su blog que la incinerado­ra “representa una amenaza para la biodiversi­dad de Arecibo”, donde coexisten el Bosque Estatal

de Río Abajo y la Reserva Natural Caño Tiburones.

Ambos ecosistema­s, agregó el bufete, albergan al menos diez especies amenazadas o en peligro de extinción, incluyendo la cotorra puertorriq­ueña, el sapo concho y la boa puertorriq­ueña, entre otras.

Según Earthjusti­ce, cuando Energy Answers preparó la Declaració­n de Impacto Ambiental Federal como parte de su solicitud de financiami­ento al USDA-RUS, “no consideró” el impacto de la incinerado­ra sobre las especies que viven fuera del perímetro inmediato del proyecto.

“Pero emisiones tóxicas viajarían mucho más allá de la huella inmediata de la incinerado­ra y supondrían un riesgo para la vida silvestre en los bosques y áreas de conservaci­ón en la región”, planteó el bufete.

Advirtió, además, que la intención de Energy Answers de extraer 2.1 millones de galones de agua diarios del Caño Tiburones “causaría daños irreversib­les al humedal por alterar su equilibrio natural”.

Jonathan Smith, abogado de Ear-

thjustice, dijo en el blog que el USDA-RUS “no ha mirado de manera adecuada” el impacto de la incinerado­ra a las especies, por lo que urgió a la agencia a realizar una nueva consulta “que cumpla con todos los requisitos de la ley”.

Sobre este asunto, Mark Green, gerente de la incinerado­ra, se limitó ayer a decir por escrito que “estamos confiados en que hemos seguido y cumplido con todas las reglas y reglamenta­ciones aplicables”.

“FRAGILIDAD”. De otra parte, los portavoces de la Coalición de Organizaci­ones Anti-Incineraci­ón celebraron la declaració­n de nulidad del permiso de construcci­ón de la incinerado­ra que Energy Answers pretende construir en el área de Fairfield en Baltimore, Maryland.

El pasado 17 de marzo, el Departamen­to del Medio Ambiente de Maryland determinó que el permiso ya no era válido y había expirado, porque no había habido ninguna actividad de construcci­ón desde octubre de 2013, según reportaron los diarios The Bal

timore Sun y Capital Gazette. “El hecho de que Energy Answers no pudiera empezar la construcci­ón en Baltimore a pesar de tener todos los endosos, revela la fragilidad financiera de la compañía. Esa misma fragilidad ha quedado demostrada aquí, pues en principio dijeron que el proyecto sería financiado privadamen­te y luego sometieron una solicitud de ayuda económica ante el USDA-RUS”, indicó Ángel González.

“Esto también nos revela la capacidad de mentir que tiene la compañía. Así como engañaron al estado de Maryland pueden estar engañando al gobierno de Puerto Rico”, agregó, por su parte, Myrna Conty.

La gerencia de la incinerado­ra de Arecibo refirió la reacción de este tema a las oficinas de Energy Answers en los Estados Unidos.

“Esto es una victoria bien grande para las comunidade­s, tanto en Baltimore como aquí en la Isla”

MYRNA CONTY Portavoz de la Coalición de Organizaci­ones Anti-Incineraci­ón

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