A FLOTE LAS DIFERENCIAS ENTRE OBAMA Y CASTRO
Castro y Obama sostuvieron ayer un encuentro en el que salieron a reducir sus diferencias, pero también la voluntad de continuar dialogando
LA HABANA, Cuba.- Un sólido estrechón de manos entre sus dos presidentes envió un contundente mensaje de que el camino que Cuba y Estados Unidos comenzaron a recorrer para reparar sus maltrechas relaciones va en serio y es irreversible.
Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro tuvieron ayer su primer encuentro de carácter oficial cuando el mandatario estadounidense se convirtió en el primer dirigente de Estados Unidos en visitar el Palacio de la Revolución de Cuba, sede del gobierno cubano.
En esencia, fue un intercambio en el cual las diferencias de criterio y de modo de ver el mundo entre ambos países salieron a flote, pero permeó igualmente la voluntad de los dos pre- sidentes de “encontrarse en las diferencias”.
PRIMEROS PASOS. “Lo importante es que hemos comenzado a dar pasos, a construir una relación de nuevo tipo como la que nunca ha existido entre Cuba y Estados Unidos. Destruir un puente es fácil y lleva muy poco tiempo. Reconstruirlo sólidamente es una tarea mucho más larga y difícil”, dijo Castro al referirse a la tortuosa relación con Estados Unidos, inexistente desde principios de la década del 60, y al proceso en el cual su país se ha embarcado con su antiguo enemigo. Obama tuvo palabras similares. “El respeto mutuo es necesario para que podamos trabajar bien y mejorar las vidas de nuestros pueblos, hay que hablar de las diferencias de manera directa… Podemos avanzar a pesar de las diferencias”, sostuvo.
No todo, claro está, fue miel sobre hojuelas.
Cuando salieron a flote los temas de los derechos humanos y el embargo o bloqueo, el encuentro se puso tenso.
Cuando a Obama se le planteó qué pensaba de los derechos humanos en Cuba, dijo que “tenemos sistemas diferentes… En Estados Unidos seguiremos hablando de la democracia… En Estados Unidos creemos en la democracia”.
CUBA NO ES UNA AMENAZA. El Mandatario, de visita en Cuba desde el domingo, recordó que Washington tiene excelente relaciones con países donde, como en Cuba, no hay sistemas políticos pluripartidistas, como China y Vietnam, por lo que enfatizó en que “no vemos a Cuba como una amenaza a Estados Unidos”.
Cuando se le hizo el mismo planteamiento a Castro increpando sobre la existencia de presos políticos en la isla, se produjo un momento un tanto incómodo para el presidente cubano, que no entendía bien lo que el periodista le decía y se confundía con el sistema de traducción.
Al final, le señaló cortante al reportero de origen cubano-americano: “dame una lista de los pesos políticos con nombre y apellido para soltarlos.
Los soltamos esta misma noche”.
El tema del bloqueo o embargo fue protagonista. Castro reclamó directamente su fin de manera contundente y sin titubeos, mientras Obama recurría el juego de pies y señalaba que “el embargo caerá, ¿cuándo?, no estoy completamente seguro”.
El Mandatario, sin embargo, sí lo amarró al tema de los derechos humanos. “Cuán rápido caiga el embar- go va a depender de cuánto avancemos en el tema de los derechos humanos”, indicó Obama, quien recordó que el embargo es una ley que debe ser derogada por el Congreso.
LOS CUBANOS DECIDIRÁN. Castro tam- bién exigió respeto a la soberanía de Cuba y condicionó el progreso del proceso a esa exigencia, a lo cual Obama replicó que “el destino de Cuba no va a ser decidido ni por Estados Unidos ni por otro país, el futuro de Cuba es soberano y será decidido por los cubanos y por nadie más… Queda claro que Estados Unidos seguirá defendiendo la democracia y el derecho de los cubanos a defender su futuro”.
Fue un encuentro lleno de contrastes ideológicos, de ensalzamiento de los dos sistemas políticos que Cuba y Estados Unidos defienden, de momentos de tensión y hasta bromas de los dos lados.
CAMINA POR LA HABANA. Lo que es innegable es que un presidente de Estados Unidos, el primero negro de su historia, llegó a Cuba y se tomó fotos frente a la imagen del Che Gue- vara, se reunió con emprendedores cubanos a los que invitó a ver a su país como “un socio”, caminó por las calles de La Habana y hoy se dirigirá al país en vivo por televisión, además de acudir a un partido de béisbol entre cubanos y los Rays de Tampa de las Grandes Ligas.
Para bien o para mal esta rueda ha comenzado a rodar y gana velocidad. ¿Cuán lejos llegará? Eso dependerá de cuán rápido sea eliminado el bloqueo o embargo, un tema medular en el cual ambos presidentes, el de Cuba y el de Estados Unidos, están de acuerdo y así fue refrendado en La Habana.
“Destruir un puente es fácil y lleva muy poco tiempo. Reconstruirlo sólidamente es una tarea mucho más larga y difícil”
RAÚL CASTRO
Presidente de Cuba