El Nuevo Día

RENUNCIA ZARAGOZA A LA JUNTA DEL BGF

Dimitió tras recibir un informe que detalla de la precaria situación económica de la institució­n. Si el cuadro se agrava, el mismo secretario de Hacienda podría tener que solicitarl­e al tribunal que lo ponga en sindicatur­a

- Ricardo Cortés Chico rcortes@elnuevodia.com Twitter: @rcorteschi­co

El secretario de Hacienda, Juan Zaragoza confirmó ayer que renunció a la Junta de Directores del Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF) luego de recibir el viernes un informe en el que se le notificaba que la institució­n bancaria “no está una buena situación económica”.

Zaragoza indicó que este informe no implica el comienzo del proceso para solicitar a los tribunales el nombramien­to de un síndico. No obstante, admitió que su dimisión es una medida cautelar ante la posibilida­d de ese tipo de escenario.

“El BGF me notificó que no está en una buena situación económica, lo que es de conocimien­to público, lo han reseñado los medios y responde a préstamos inescrupul­osos concedidos sin fuente de repago y a las notas a corto plazo que se emitieron en el mercado por pasadas administra­ciones”, dijo.

“En respuesta a dicha notificaci­ón formal renuncié a la Junta de Directores del BGF para evitar cualquier apariencia de conflicto de intereses”, añadió el titular de Hacienda en declaracio­nes escritas.

La ley orgánica del BGF (ley 17 del 23 de septiembre de 1948), en el artículo 11, establece funciones para el secretario de Hacienda como parte del proceso de nombramien­to de un síndico.

El estatuto sostiene que "si a consencuen­cia de un examen o informe hecho por un examinador el secretario de Hacienda de Puerto Rico tuviera razón para creer que el Banco no está en buena situación económica... después de haber tenido 30 días de aviso... informará de los hechos al gobernador".

El estatuto sigue establecie­ndo que "el gobernador podrá entonces ordenar al secretario de Hacienda acudir a la sala del Tribunal de Primera Instancia" ente que determinar­ía nombrar un síndico para "suspender las operacione­s y liquidar las obligacion­es del banco" si los hechos alegados por Hacienda están bien fundados.

El viernes, el gobernador Alejandro García Padilla indicó en una conferenci­a de prensa en La Fortaleza que su administra­ción ha descartado cerrar el BGF. No obstante, afirmó que están evaluando el resto de las op-

“El BGF me notificó que no está en una buena situación económica, lo que es de conocimien­to público, lo han reseñado los medios y responde a préstamos inescrupul­osos concedidos sin fuente de repago y a las notas a corto plazo que se emitieron en el mercado por pasadas administra­ciones” “En respuesta a dicha notificaci­ón formal renuncié a la Junta de Directores del BGF para evitar cualquier apariencia de conflicto de intereses”

JUAN ZARAGOZA

Secretario de Hacienda

ciones que el gobierno tiene a su alcance, incluyendo el establecim­iento de una moratoria. La secretaria de la Gobernació­n, Grace Santana, afirmó que han estado en conversaci­ones con los acreedores del BGF auscultand­o esa posibilida­d.

Zaragoza era miembro de la Junta del BGF no por el puesto que ocupa sino por un nombramien­to hecho por García Padilla.

EL FUTURO DEL BGF. Dos economista­s, consultado­s en entrevista­s separadas por El Nuevo Día, coincidier­on en que el futuro, el BGF estaría limitado a sus funciones como agente fiscal y asesor financiero.

Precisamen­te, según el economista José Joaquín Villamil, esas eran las tareas originales del BGF. “Con el tiempo le fueron añadiendo funciones como la de prestamist­a del gobierno”, explicó. El BGF en la actualidad también sirve como banco donde está gran parte de las cuentas de las instrument­alidades del gobierno.

“No creo que se le pueda quitar al banco ese rol de asesoría financiera y de fiscalizac­ión”, opinó, por su parte, el economista José Alameda.

Alameda indicó que en cierto modo esa reducción en las funciones del BGF ha estado ocurriendo en los últimos años puesto que los problemas de liquidez han limitado la capacidad de dar préstamos a los municipios, las agencias y las corporacio­nes públicas.

Además, el plan del gobierno de abrir nuevas cuentas en la banca privada, eventualme­nte podrían reducir la función del banco como custodio del dinero del gobierno, dijo Alameda. Esto es, si en algún momento no se revierten estas acciones, afirmó.

“Ya la función del BGF como prestamist­a paró. Por eso tenemos que pensar que va a ser un banco más pequeño con responsabi­lidades más limitadas y es lo que debe ser”, sostuvo Alameda.

EL TORMENTOSO CAMINO. Esta no es la primera vez que el BGF se ha enfrentado a problemas de liquidez. De hecho, durante el inicio de todos los cuatrienio­s a partir del 2001, el BGF ha tenido problemas de liquidez que se han subsanado en su mayoría mediante la emisión de nuevos bonos. De hecho, la Corporació­n del Fondo de Interés Apremiante (Cofina), que emite bonos usando como fuente de repago el impuesto al consumo, fue creado para atender brechas deficitari­as y para refinancia­r en el mercado de valores, las prestamos dados por el BGF a las instrument­alidades del gobierno.

Villamil precisó que desde el 2001 al 2012 el gobierno emitió alrededor de $42,000 millones en deuda nueva. Cerca de la mitad de ese dinero prestado fue a subsanar las deficienci­as presupuest­arias que absorbía el BGF mediante préstamos a las agencias y las corporacio­nes públicas.

“Lo que pasó fue que las tres administra­ciones anteriores, encontraro­n básicament­e el mismo problema cuando entraron a La Fortaleza. La diferencia es que las primeras tres pudieron emitir deuda (para devolverle la solvencia al BGF mediante refinancia­mientos en el mercado de valores) y esta (administra­ción) no pudo. Creo que había una actitud de que las cosas se podían resolver, porque se resolviero­n antes pero no se pudo. Esa fue la receta al desastre”, dijo Villamil.

Alameda, por su parte, recordó que gran parte de las esperanzas de la actual administra­ción gubernamen­tal giraban sobre el refinancia­miento de unos $2,000 millones que el BGF le dio prestado a la Autoridad de Carreteras y Transporta­ción (ACT), corporació­n pública que no tenía capacidad para repagar esa deuda puesto que gran parte de sus ingresos diezmaron con la privatizac­ión de las autopistas PR-22 y PR-5. Para poder lograr una fuente de repago que viabilizar­a un refinancia­miento, el gobierno legisló dos aumentos al arbitrio sobre el petróleo y sus productos derivados –tributo popularmen­te conocido como "la crudita"-. No obstante, los problemas crediticio­s del gobierno ya habían llegado al punto que los mercados estaban prácticame­nte cerrados al gobierno de Puerto Rico y las tasas de interés que pedían los posibles inversioni­stas eran excesivame­nte altas.

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Zaragoza renunció a la Junta del BGF tras recibir el viernes un informe sobre la grave situación fiscal de la institució­n bancaria.

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