Le remueven las ayudas
Madre de niño con necesidades especiales lucha por retener asistencia gubernamental
Myrna Díaz ha enfrentado varias batallas en su vida, pero la última de estas no la deja dormir desde hace poco más de dos semanas, cuando una empleada de la Administración de Desarrollo Económico le comunicó que ya no cualificaba para recibir más ayuda del Programa de Ayuda Temporal para Familias Necesitadas (TANF por sus siglas en inglés) ni para el subsidio en su factura de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
El cambio surgió tras la muerte de su esposo, en mayo del año pasado. Desde entonces Díaz, de 42 años, lucha por poder seguir atendiendo las necesidades especiales de su hijo de 15 años, Jesús, quien nació con hidrocefalia, trisomía 18 y otras condiciones de salud que lo mantienen postrado.
La modificación responde a que, tras el fallecimiento de su cónyuge, Jesús y María comenzaron a recibir desde verano del año pasado $1,462 de Seguro Social ($731 cada uno). La suma anual de esa ayuda asciende a $17,544. Esta cantidad sobrepasa por $1,269 la cantidad requerida de $16,275 anuales para ser elegible a esta asistencia gubernamental en base a un 150% del nivel de pobreza.
“Lamentablemente el Gobierno en vez de ayudar, te quita las ayudas. ¿Cómo voy a hacer con Jesús? ¿Cómo voy a costear la luz? Desgraciadamente el Gobierno se ha olvidado de los niños con necesidades especiales”, lamentó Díaz, residente en el pueblo de Gurabo, quien hasta la fecha pagaba unos $50 de luz.
Según explicó, fue ella quien acudió al Departamento de la Familia para notificar que su esposo había fallecido y que había un cambio en la composición familiar de su hogar.
“Mucha gente me ha criticado por haber ido y dicho que mi esposo murió. Fui como buena ciudadana a decirlo y ahí mismo me dijeron que ya no cualificaba (para las ayudas)”, indicó al comentar que en la agencia le indicaron que, lamentablemente, las tablas de elegibilidad no se revisan desde hace más de diez años.
La preocupación principal de Díaz es que, por su cuadro de salud, Jesús necesita tener la consola del aire acondicionado prendida todo el tiempo, así como su purificador de aire y máquina de succión. A esto se suma la máquina de terapia respiratoria, cuando se complica su condición respiratoria.
“Desde que me enteré (de que ya no cualificaba para estas ayudas) dije, ‘vamos a achicar los gastos’, pero son cosas que tengo que pagar, comenzando con $400 de casa, el agua y ahora la luz, que no se de cuanto va a ser la factura teniendo el aire y todas las máquinas de Jesús prendidas todo el tiempo”, dijo.
Además, advirtió que también tiene que comprarle a Jesús pañales desechables y algunas medicinas que la Reforma de Salud no cubren, como las cremas dermatológicas.
Díaz ahora teme que en la revisión anual del Plan de Salud del Gobierno (PSN), que le realizarán en los próximos días, también le quiten la cubierta catastrófica de Jesús.
“En la (verificación de) elegibilidad (de Familia) no me pusieron gastos de medicamentos porque se rigen por el sueldo bruto de la familia, al año. Lamentablemente no miran las condiciones ni las necesidades (adicionales) que uno pueda tener”, sostuvo.
Díaz le cursó cartas a La Fortaleza, el Departamento de la Familia y el Departamento de Agricultura federal, pero aún no ha recibido respuesta, ni siquiera de que leyeron la misiva.
“Ayúdenme de alguna manera en la modificación de esas tablas (de elegibilidad) porque personas como yo no nos beneficiamos en nada. El gobierno no considera a madres como yo con niños con impedimentos”, indica parte de la carta.
Mientras tanto, esta madre, que estudia un curso a larga distancia de enfermería para poder asistir mejor a su hijo, comenzará a recibir su primera factura de luz, sin subsidio, el próximo 24 de abril.