Actualizan los mapas topográficos
Los actuales no reflejan la realidad del relieve isleño, pues son de 1950
Q Los mapas topográficos de Puerto Rico datan de la década de 1950, lo que significa que por años las decisiones sobre usos y modificaciones del suelo se han basado en información obsoleta, es decir, que no refleja la realidad del relieve isleño.
Para corregir eso, la Junta de Planificación (JP) y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, en inglés) iniciaron un proyecto de actualización, en el que ya han confirmado que los mapas topográficos no muestran los cambios del suelo –por causas naturales y antropogénicas (humanas)– de las últimas décadas.
Montañas sustituidas por complejos de apartamentos tipo walk-ups, urbanizaciones en lugar de humedales y dunas desaparecidas por la constante extracción de arena son solo tres ejemplos que los expertos de la JP y el USGS dan sobre las discrepancias entre los mapas topográficos que aún se usan y la realidad in situ.
Luis García Pelatti, presidente de la JP, indicó que una vez culmine la actualización, el País contará con “una herramienta útil” para la toma de decisiones de política pública.
AÑOS DE ESPERA. La actualización de los mapas topográficos lleva ocupando titulares al menos desde 1999, sin que se concretara ninguno de los proyectos anunciados.
Desde entonces, los señalamientos de datos obsoletos, sobre todo los de las áreas costeras, eran latentes. Se advertía, incluso, de predicciones imprecisas sobre los posibles efectos que tendrían en la Isla fenómenos naturales como un tsunami o una marejada ciclónica, entre otros.
García Pelatti dijo ser consciente de esos intentos fallidos, pero de inmediato afirmó que “esta vez será diferente”, ya que unas 15 agencias y corporaciones públicas de infraestructura y servicios firmaron un acuerdo colaborativo para aportar fondos para sufragar el proyecto de actualización. La falta de dinero fue la razón principal para que las iniciativas posteriores fracasaran.
De esta forma, de los $2.2 millones que cuesta el 3D Elevation Program, Puerto Rico Lidar Collection Project, las 15 agencias y corporaciones públicas estatales aportaron $900,000. Los restantes $1.3 millones los aportaron tres agencias federales.
“El primer debate sobre la topografía y los mapas surgió cuando estábamos discutiendo el Plan de Uso de Terrenos (PUT). El USGS nos dijo que la mejor base (de datos) era de 1954 y que Puerto Rico necesitaba una topografía nueva. A partir de ahí empezamos los trabajos para hacer esta colaboración entre agencias estatales y federales, específicamente aquellas que se benefician de la utilización de los mapas”, comentó García Pelatti, tras mencionar, por ejemplo, a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT) y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
El acuerdo colaborativo, que las 15 agencias y corporaciones públicas estatales firmaron el pasado 29 de mayo, reconoce que los actuales mapas topográficos son arcaicos, y detalla que el proyecto tiene el propósito de recopilar y procesar nuevos datos de elevación del territorio.
IMPORTANCIA. Por su parte, Marilyn Santiago, especialista en informática del USGS, sostuvo que el proyecto “es importante” porque mientras más actualizados sean los datos topográficos, mejores serán las decisiones que se tomen sobre riesgos de inundaciones y deslizamientos, por ejemplo.
“Es un proyecto que también ayuda en el manejo y conservación de recursos naturales, así como a mitigar los impactos del cambio climático, entre estos, el aumento en el nivel del mar”, dijo, al aseverar que como la tecnología de los mapas actuales “es vieja”, no atiende esos impactos.
Santiago explicó que el 3D Elevation Program, Puerto Rico Lidar Collection Project “estudia las necesidades de topografía”, y su meta principal es la colección de datos sistemáticos (uniformes) y de alta calidad. La idea, abundó, es que si se colectan datos con la misma tecnología y precisiones, todas las agencias –estatales y federales– puedan compartirlos.
“Otra ventaja del proyecto es que la metodología que se está usando ya ha sido establecida. Se trata de Lidar Base Specification, nivel 2, que provee es- pecificaciones técnicas para la colección de datos y en la que el Gobierno federal invirtió muchos fondos”, expuso Santiago.
De acuerdo con la especialista, Lidar es una tecnología de percepción remota, que utiliza unos sensores para tirar o disparar “pulsos” (rayos láser) que se reflejan en la tierra y calculan la elevación e intensidad. Calculan, a su vez, longitud y latitud, pues hay un sistema de posicionamiento global (GPS, en inglés). Todo el trabajo se hace mediante vuelos de reconocimiento.
“Estos datos son de buena precisión, y se obtiene la cobertura tal y como está en la tierra, incluyendo árboles y edificios. Son procesos costosísimos, pero la tecnología ha ido evaluándose y perfeccionándose”, indicó Santiago.
En el pasado, este tipo de trabajo se hacía mediante procesos de agrimensura, un ejercicio que “ahora no sería práctico”, acotó.
“Aun en el contexto de la crisis, actualizar los mapas es importante porque se trata de buena información”
LUIS GARCÍA PELATTI
Presidente de la JP
HASTA AHORA. La directora de Informática de la JP, Yamira Vallés, precisó, entretanto, que como parte del proyecto de actualización ya se ha sobrevolado un 71% del territorio de Puerto Rico.
El 29% restante, indicó, son zonas del este e interior de la Isla, que irán sobrevolándose en la medida que las
condiciones del tiempo lo permitan. Según explicó, la tecnología Lidar “no funciona” si está lloviendo o hay nubes en el área a evaluar.
Santiago agregó que si el área que se sobrevuela tiene una cubierta forestal muy frondosa, los rayos láser tampoco se reflejan en la tierra.
“La topografía de Puerto Rico ha cambiado muchísimo. Desde la década de 1950 hasta el presente ha habido desarrollo urbano, construcción de carreteras y represas, relleno o remoción de dunas y canalizaciones de ríos, pero también eventos naturales, como inundaciones, que pueden cambiar la topografía. Es por eso que necesitamos un producto más actualizado, que refleje mejor la realidad”, reiteró Santiago.
Mientras, García Pelatti destacó que una vez los nuevos mapas estén listos, los estudios hidrológicos e hidráulicos serán de mejor calidad y “reflejarán la realidad”. Previó, además, un “impacto positivo” para las aseguradoras, particularmente las que proveen pólizas de inundación, pues “se reduce el riesgo” de su negocio.
“A diferencia de ahora, tendremos mapas sin errores grandes y datos más actualizados para evaluar los cambios”, expresó, por último, José Rodríguez Maldonado, hidrólogo supervisor del USGS.
El proyecto, que incluye a Mona, Desecheo y las islas municipio de Vieques y Culebra, debe estar completado en abril de 2017.