Castro con alto tono autocrítico
El 7mo Congreso del Partido Comunista Cubano inició ayer con la agenda centrada en la transformación económica
LA HABANA, Cuba.- El presidente de Cuba, Raúl Castro, inauguró ayer el Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) con un mensaje de fuerte contenido autocrítico, en el cual llamó a mantener la transformación económica que ha iniciado en el país, pero con mayores controles, y preparó el terreno para su salida del liderazgo político en el 2018, como había anunciado.
El Séptimo Congreso sesionará hasta el próximo día 19 y abrió ayer con el informe general de Castro, quien es el primer secretario del PCC, único regente político del país.
En su alocución, el tema económico cobró especial importancia y Castro se refirió con total franqueza a los mil delegados y 280 invitados que trabajarán en el congreso, de donde saldrá la hoja de ruta del país por los próximos cinco años.
Indicó que hay quien ha mirado atrás, hacia los tiempos en que la Unión Soviética era el principal socio de Cuba y sostuvo con dureza que ha existido “ausencia de confianza en el futuro y no han faltado sentimientos de nostalgia hacia otros momentos”.
Aseguró el presidente cubano que el obstáculo principal hacia el desarrollo económico ha sido “el lastre de una mentalidad obsoleta que conforma una actitud de inercia”.
Reconoció Castro Ruz que la transformación económica no ha sido un “camino fácil” y que el proceso tomará más tiempo del esperado, pero sin comprometer el componente socialista del modelo político cubano.
Expresó que no debe tener miedo a la inversión extranjera y señaló que la mejoría económica no debe generar inestabilidad ni incertidumbre en la población cubana.
“Las fórmulas neoliberales y sus efectos en los servicios sociales nunca serán aplicadas en el socialismo cubano”, manifestó Castro.
El presidente cubano se refirió al espinoso tema de la sucesión política y abogó por una renovación en los cuadros políticos del país, empezando por él. Reiteró que dejará la presidencia de los consejos de Estado y de Ministros, principales puestos ejecutivos en el país, para ponerlos en manos de nuevos rostros. No se refirió a dejar la primera secretaría del PCC ni a la dirigencia de las Fuerzas Armadas.
Sí explicó que enmendará la constitución y convocará a un referéndum para establecer la mecánica de ese proceso de renovación del liderazgo político.
Propuso que se establezca como edad máxima para ingresar al Comité Central del PCC la edad de 60 años y que no se pueda tener más de 70 para ocupar cargos en la organización.
“Queremos que eso fluya con naturalidad y debe estar bien precisado en las leyes o regulaciones que se establezcan”, indicó el dirigente ante una sala que sumergió en un silencio sepulcral.
Explicó que su propuesta va en defensa de los más jóvenes, para que puedan acceder a cargos de dirección, “para que los que tengan más edad puedan descansar un poco, y si les quedan fuerzas todavía leer los libros almacenados, llevar a los nietos a la escuela”, dijo en tono de broma para aligerar el ambiente.
“La cuestión es tener un método, un camino, un proyecto, para que las cosas no nos sorprendan y evolucionen como debe ser. Los ingresos serán con menos de esa edad, así que el que tenga 75 no podrá estar en el próximo Congreso”, afirmó, lo cual lo incluye a él, su hermano Fidel y varias de las principales figuras clásicas de la dirigencia del partido.
“Qué silencio ha provocado este tema”, dijo Castro tras su referencia a dar acceso a una nueva generación en el mando del país y al notar cómo la audiencia lo miraba silenciosa.