Crónica de un tubo roto y una injusticia
Es una viejita, vive viendo Fatmagül y una que otra españolada por cable, bebe té , cuenta sus chavitos, su pensión de viuda. Una mañana, sus ojos se abrieron ante una cuenta de agua de $900 y pico. De esas cosas que uno se dice “no puede ser real”.
Traté de tranquilizarla. Miré los alrededores. De la esquina de la casa que da al contador salía un chorrito que se derramaba hacia la acera del vecino. ¡Ni un año de esto puede valer semejante barbaridad ! Y $450 en gasto de alcantarilla decía la cuenta.
Llamé a Acueductos. Luego de un aguacero de mensajes grabados y par de llamadas caídas, cada persona me dijo algo distinto. Que ella tendría que pagarlo todo. Que no tendría que pagar nada. AAA responde por roturas en el “comitado” o algo así, el tubo que va del contador a la casa. Que es sólo por los primeros tres pies. Que es el investigador quien decide. Que Acueductos arregla el tubo, pero cobra. Que no arregla ningún tubo. Que si no estamos conformes con “la orientación”, basta pedir “la investigación” y atenerse a lo que dispongan. Que ellos no recomiendan plomero.
El plomero insistió en que él certificara primero, que Acueductos “dice lo que le da la gana y después uno no puede defenderse”. Que “sólo costaría $60, deducible del eventual arreglo”.
Me parece todo esto una injusticia. Cuando consumo de $20 al mes se explota en las Cataratas del Niágara, se le debe una protección, algún aviso al usuario. ¿Qué cuesta ponerle un timbrecito al contador? Nadie me diga que tal dispositivo no existe. O alguién que llame. En este caso ni el imbécil que leyó el contador se molestó -¿qué le costaba?- se limitaron a mandar la cuenta. Y ¿por qué les permiten a los plomeros usar esos tubos finitos de cobre endeble, para economizarse unos pesos?
Nuestros líderes, que embrollan bonistas por billones para desperdiciar e irse a Las Vegas, deben al menos tener consideración para nosotros, el pueblo.
La plomería podría costar hasta $500. Total de $1,400 algo, que la señora tardará hasta un año en reunir. Ofrecí pasarle una manguera por los $20 al mes que ella paga, pero no se atreve, tendríamos que pasarla por otra casa, veamos cuando se enferme por no poder bañarse.
Emilio Santiago San Juan