Trastornos del aprendizaje
Una experta discutirá sobre la neurobiología y el neurodesarrollo detrás de estos problemas
En general, todos los niños deben tener un seguimiento de su desarrollo de acuerdo a los parámetros establecidos y con lo que se espera en cada edad. Y como padres, es muy importante estar alertas de que todo va bien con su crecimiento. Más que nada, porque cualquier intervención temprana va a ser mucho más efectiva.
Así lo enfatiza la neuróloga infantil y neuropsicóloga María Teresa Acosta, experta en neurodesarrollo, profesora asociada de pediatría y neurología en George Washington University y del Children’s National Health Systems.
Un ejemplo que pone la experta es el desarrollo del cerebro de un niño, donde hay un proceso activo que, aunque tiene un rango de variabilidad “hay unos estándares establecidos muy conocidos” de cómo debe ser.
“Durante el desarrollo de un niño, su cerebro está cambiando y modificándose, pero las influencias ambientales pueden producir un impacto muy grande, tanto positivo como negativo. De ahí la importancia de estar alertas a que todo vaya bien porque las intervenciones tempranas son mucho más efectivas que si se trata de solucionar un problema tardíamente”, explica Acosta, quien ofrecerá una conferencia sobre este tema en un taller educativo organizado por el Multisensory Reading Centers of Puerto Rico, que se llevará a cabo el 22 de abril en la Universidad del Sagrado Corazón.
Por eso, enfatiza la especialista, cualquier inquietud que tengan los padres respecto al comportamiento de sus hijos, siempre se debe consultar con el pediatra. Y aunque normalmente se indica que no se debe comparar el desarrollo de un niño con el de otro, dice que siempre se hace “y en general no es tan malo si no vamos a áreas muy específicas”.
Un ejemplo que pone la neuróloga es cuando una madre o padre visita a su hijo en el centro de cuido y al verlo en el área de juego nota que no hace lo mismo que otros niños de su edad, como subir las escaleras que dan a una chorrera. “Es válido preguntarle al pediatra si eso es normal y pedir asesoría”.
“Todos los pediatras tienen estándares de valoración al respecto y determinan si el comportamiento que tiene el niño o niña solo necesita observación o se debe buscar una evaluación especial. Por eso una buena comunicación con él es importante”, aconseja.
DISCUSIÓN MÁS COMPLEJA. Cuando hay otros problemas, como déficit de atención e hiperactividad, la neuróloga dice que la discusión es muy similar, aunque un poco más compleja. Pero en este renglón también es muy importante observar lo que otros niños hacen y entender si realmente los problemas son reales o están relacionados con expectativas erróneas.
“Eso es muy importante porque de la misma manera en que se notó que el niño no era capaz de subir unas escaleras cuando otros de su misma edad sí lo hacían, la misma pregunta tiene que hacerse con la atención. ¿Tiene mi niño o niña la atención adecuada o es que yo espero que él o ella sea capaz de hacerlo mejor?”, argumenta Acosta. Pero también está de acuerdo en que todos los niños se mueven bastante y sus periodos de atención
van aumentando con la edad.
En ese sentido, enfatiza en la importancia de estar seguros de que la observación o críticas a las capacidades del niño estén enmarcadas en expectativas reales. En este aspecto dice que las mamás y las maestras son muy buenas en detectar este problema en la mayoría de los casos.
“La maestra que tiene 20 niños en un salón rápidamente es capaz de identificar aquel que se mueve demasiado o que presta menos atención que los otros. Algunas veces los padres se molestan por eso, pero lo que siempre les digo es que en lugar de molestarse se mire como algo que le llamó la atención a la maestra y que vale la pena investigar. Es posible que con su experiencia esté viendo algo que es más complicado de lo que parece”, afirma la doctora Acosta, pero también está de acuerdo en que cabe la posibilidad de que la maestra no tenga suficiente paciencia.
Aún así, resalta la importancia de la intervención temprana en caso de que se confirme que el niño o niña tiene estos problemas de inatención e hiperactividad
“Muchos de estos problemas en niños pequeños pueden ser manejados solo con cambios ambientales, pautas claras y establecimiento de una rutina”, indica la experta.
Sin embargo, dice que muchas veces los mismo padres no quieren decir que sus hijos tienen este tipo de problemas por temor a que sean medicados. Y aunque esto es una posibilidad, Acosta dice que no siempre es así y que mucho de lo que se hace con ellos no incluye medicinas.
Para que los padres estén más seguros de qué esperar y dependiendo de la edad, la especialista señala que hay unas características que siempre se deben tener en cuenta. Es lo que ella define como pilares del desarrollo.
El primero tiene que ver con el lenguaje, con las habilidades que tiene el niño para entender y comunicarse. “No estoy hablando de hablar, es que pueda comunicarse. El lenguaje hablado puede ser muy variado pero la capacidad de comunicarse es muy importante”, explica.
El segundo tiene que ver con el desarrollo motor del niño, que sea capaz de adquirir las habilidades motoras de acuerdo a su edad y a lo que se espera. Un ejemplo que pone Acosta tiene que ver con las habilidades de autoayuda, como comer solo y uso de utensilios o el control de esfínteres, entre otros.
Y, finalmente, las habilidades de interacción social, de cómo se relaciona con otros niños de su edad y si en realidad trata de establecer algún tipo de interacción.
“Es estar pendientes de si gatea cuando se espera que lo haga, si camina, si de acuerdo a su edad es capaz de comunicarse, decirme qué siente, si repite palabras, si entiende lo que le digo”, elabora Acosta, quien dice que hablará en la conferencia de los problemas del neurodesarrollo y la parte neurobiológica. Por ejemplo, qué pasa a nivel del cerebro en el desarrollo del niño y cómo esto se manifiesta en la actitud y comportamiento.
“Es un poco establecer y entender qué es normal y cuáles son las expectativas. Por ejemplo, tengo padres quejándose de que tienen problemas de conducta de sus hijos adolescentes. Pero si todos entendemos que los adolescentes son irreverentes y rebeldes, que eso es parte de la cultura, uno puede entender el porqué de sus comportamientos y que es parte del desarrollo. En lugar de atacarlos, entiendes que la mejor posición es darles el soporte y la ayuda para poder enfocarse en las cosas que son difíciles para ellos”, propone Acosta, quien también hablará sobre los temas de déficit de atención, algunos aspectos de autismo y problemas de aprendizaje.
“Son pautas generales de qué puedo hacer en el ámbito familiar para ayudar a mi hijo y entender que una terapia, una vez a la semana, no va a ser significativa pero una modificación del ambiente de la casa sobre estructura, reglas y rutinas van a ser mucho más valiosas a largo plazo”, señala.
De la misma forma, la especialista indica que no hay datos claros que correlacionen directamente las vacunas o la alimentación con un problema específico de desarrollo. Sin embargo, destaca que una alimentación saludable y balanceada es muy beneficiosa.
“Comer y dormir bien, tener periodos de recreación y disminuir el estrés es claramente beneficioso. No solo hay estudios que indican sus beneficios para el desarrollo del cerebro, sino también desde el punto de vista inmunológico y del crecimiento, entre otros”, sostiene la experta, mientras destaca que “mi punto es que uno no puede culpabilizar cierta comida o cierto mecanismo por los problemas que tiene pero sí es importante entender que una dieta saludable y un estilo de vida sano es muy útil para el desarrollo de cualquier bebé y de cualquier ser humano”.