Incierto el panorama de ASES
Tras suspender las negociaciones con los inversionistas, depende totalmente del Gobierno para operar la Reforma
Q La Administración de Seguros de Salud (ASES) suspendió hace unos días las negociaciones que tenía con unos inversionistas privados interesados en brindarle la línea de crédito que la corporación pública urge, por lo que depende completamente de las asignaciones del fondo general, dinero que actualmente peligra.
“Con la situación (fiscal gubernamental) que hay no preveíamos una contestación afirmativa (de los inversionistas). Hemos puesto eso en ‘hold’ (suspenso). Ahora mismo hay mucha incertidumbre (de lo que pueda pasar en el Gobierno)”, le informó a este diario Ricardo Rivera, director ejecutivo de la ASES.
La corporación pública había anunciado insistentemente que se encontraba negociando con varios inversionistas privados interesados en brindarle la línea de crédito que necesitan, uno de ellos, incluso, de origen árabe. La línea de crédito garantiza la operación del Plan de Salud del Gobierno (PSG).
La ASES se quedó sin línea de crédito en noviembre de 2014, cuando la banca privada no le renovó una línea de crédito de $100 millones. El Banco Gubernamental de Fomento (BGF) le brindó una línea de crédito hasta marzo del año pasado, cuando le suspendió la ayuda debido al grave problema de liquidez que enfrenta el Gobierno.
Ante este panorama, la corporación pública se mantiene atenta a las promesas que ha hecho el Gobierno de continuar su aportación a la Reforma de Salud ya que, si no cumple, causaría un efecto devastador de dejar sin plan médico a más de la mitad de la población.
Rivera recordó que $900 millones que recibe la ASES para nutrir al PSG provienen del Gobierno central, lo que les genera gran inseguridad.
El funcionario reiteró que fallar un mes en los pagos que mantienen la rueda de la Reforma de Salud corriendo causaría un caos. El gasto mensual de la Tarjeta de Salud, dijo, es de unos $230 a $250 millones.
Comentó que en gestiones de cabildeo en Washington D.C. ya ha advertido que los recaudos principales del PSG son del Gobierno y sin esa aportación no se podría ofrecer esta cubierta.
“Eso crearía una condición humanitaria totalmente desproporcionada, una que a la larga va a costar mucho más”, puntualizó.
PAREO DE FONDOS. La importancia de que se mantengan las asignaciones monetarias a la Tarjeta de Salud del Gobierno es que, de su presupuesto de $2,800 millones, un 45% se nutre de fondos locales, pero un 55% proviene de fondos federales.
“Sin esos fondos (locales) no tendríamos acceso a ese dinero federal que nos llega por reembolso. Si eso no fluye, el Plan de Salud del Gobierno se quedaría sin fondos”, advirtió.
La Reforma de Salud fue creada en 1993, bajo la entonces administración del gobernador Pedro Rosselló, como una reforma al sistema de salud público mediante la cual el sector privado administrara un seguro de salud para personas médico indigentes.
Actualmente cobija a 1.6 millones de beneficiarios, lo que constituye un 60% de la población, considerando que unas 300,000 personas en el País carecen de seguro médico.
La precaria situación fiscal que atraviesa el Gobierno amenaza la continuidad de servicios públicos en diversas áreas. Los dos pagos que el Gobierno tiene pendiente realizarles a los bonistas en mayo y julio mantienen la incertidumbre sobre cuál será el panorama fiscal del Gobierno y su posibilidad de cumplir con sus compromisos económicos.
Aunque hay una propuesta de una junta federal de control fiscal que podría atender este tema, el proyecto se encuentra detenido en el Congreso de Estados Unidos y se desconoce si será aprobado.
“Hasta el momento, los fondos de (el Departamento de) Hacienda y el CRIM (Centro de Recaudación de Ingresos Municipales) están fluyendo, pero estamos súper pendientes (de lo que ocurra). El gobernador ( Alejandro García Padilla) está consciente de la importancia de que ese dinero siga fluyendo”, manifestó Rivera.
Según explicó, semanalmente la ASES recibe unos $18 millones de Hacienda, mientras anualmente le llegan unos $150 millones del CRIM y otros $140 millones de “rebates” o descuentes de farmacia.
Con ese dinero, agregó, la ASES ha podido pagarles a las cinco compañías que administran Mi Salud (First Medical, Triple-S, MMM, PMC y Molina Healthcare), además de ir abonando a la deuda millonaria que tenían con proveedores de salud por servicios brindados en marzo del año pasado que no habían podido ser completamente liquidados.
La semana pasada la ASES pudo emitir un décimo abono a esta deuda, para un total de $330 millones en un año, informó Rivera, quien advirtió que aún falta liquidar una porción de reclamaciones que se tramitaron a través del proceso de apelación.
“Sería mejor (hacer los pagos) con una línea de crédito, pero tenemos un panorama donde no se ve eso a corto plazo”, sostuvo el ingeniero.
Rivera insistió en que urge que se le dé paridad a Puerto Rico en las asignaciones que recibe de los programas Medicare y Medicaid.
“Sin paridad de Medicaid, a finales de 2017 van a haber graves problemas. El Gobierno central no tiene dinero y ellos (el gobierno federal) nos tratan distinto (a los estados)”, recalcó.
Por su parte, el doctor Víctor Ramos, presidente del Colegio Médico, comentó que dejar a 60% de la población sin seguro médico sería una crisis que afectaría no solo a pacientes sino a proveedores de salud.
“Si se cae la Reforma habría cierre masivo de oficinas médicas, hospitales, laboratorios y farmacias”, sostuvo.
Agregó que si colapsa el programa Medicaid, también colapsaría la parte Medicare y la de cubierta médica comercial, lo que calificó un “efecto en cadena devastador”.
“Hasta el momento los fondos de Hacienda y el CRIM están fluyendo, pero estamos súper pendientes (de lo que ocurra)” RICARDO RIVERA Director de la ASES