Súbita partida de Prince, ícono de la música
El cantautor estadounidense Prince falleció ayer a los 57 años dejando una huella musical profunda y única
Histriónico, teatral, seductor, sensual... genial, Prince Rogers Nelson falleció ayer a los 57 años en su estudio de Paisley Park, en la localidad de Chanhassen (Minesota).
Después de casi 40 años revolucionando la escena musical, Prince deja este mundo como Príncipe, sin la etiqueta de “rey”, pero con un reino propio que deja en generosa herencia a miles de melómanos de todo el planeta.
El cantante sufrió una emergencia médica el pasado día 15 que obligó a su avión privado a realizar un aterrizaje de emergencia en Illinois.
Sin embargo, el artista apareció en un concierto al día siguiente para tranquilizar a sus admiradores.
En 1978 lanzó “For You”, su primer álbum que si bien no tuvo muchas ventas -ni éxito- presentaba su clásica etiqueta que apareció en toda su carrera: “Produced, arranged, composed and performed by Prince” (Producido, arreglado, compuesto y realizado por Prince).
Y es que Prince era un artista total a la manera que se entendía en el Renacimiento. Cantante, compositor, arreglista e instrumentista, dirigió su carrera de forma férrea y combativa.
No hay que olvidar que en los años 90, Prince cambió su nombre por “un símbolo del amor” y se tatuó la palabra “esclavo” para denunciar las condiciones comerciales de Warner, su antes querida compañía discográfica.
De aquella batalla quedó aquella herida tan rara que decía que había que llamarle TAFKAP “The artist formerly known as Prince” o “el artista antes conocido como Prince”. Cosas de genios incomprendidos.
Frente a estas anécdotas de mercado, en los años ochenta Prince demostró que era uno de los renovadores de la música sin etiquetas.
Su trabajo más popular, “Purple Rain”(1984), banda sonora de la película homónima, le convirtió en un icono mundial y catapultó su estilo personal y visual a las primeras páginas de la prensa global.
Capaz de unir el funk, el rock y el R&B sin aspavientos, componía éxitos mundiales como “Little Red Corvette”, “Let's Go Crazy” y “When Doves Cry”.
El estilo Prince infectó el mundo del pop. Sin miedo y con descaro, introdujo el sexo explícito y enseñó que ser generoso es la mejor fórmula para la creatividad.
Así lo pueden confirmar los artistas Sinéad O’Connor (“Nothing Compares 2 U”), Tom Jones (“Kiss”), Mariah Carey (“The Beautiful Ones”), Alicia Keys (“How Come You Don’t Call Me”) o The Bangles (“Manic Monday”), que interpretaron sus composiciones y fueron regalados con éxitos de número uno.
Un total de 39 álbumes, muchos de ellos imprescindibles como “1999”, “Sign O Times” o “Diamonds and Pearls”, encumbraron la carrera de este artista de ego gigante, alimentación vegetariana y ritmo de trabajo incansable.
Reconciliado con Warner Music, en 2014 publicó “Art Official Age”, un disco que resucitó el interés por los sonidos calientes, el funk brillante, el ritmo sincopado y le devolvió al olimpo del pop.
Amigos y compañeros de Prince en la industria musical lamentaron ayer su partida. Incluso el presidente Barack Obama se manifestó y destacó que no hubo alma “más fuerte, creativa o audaz” que la de Prince.