Conquistas y desafíos en el Mes de la Tierra
Coincidiendo con la celebración del Mes del Planeta Tierra, que se prolonga durante todo abril, se ha dado a conocer el proyecto de actualización del mapa topográfico de Puerto Rico, una herramienta esencial en cualquier proceso de revitalización económic
Los mapas topográficos que se han estado utilizando datan prácticamente de la década de 1950, con algunas actualizaciones parciales que se han incorporado sobre la marcha, pero que no representan una revisión rigurosa en la que se pueda confiar. Establecer con precisión los pormenores de la superficie del País, las características a que deben atenerse los planificadores, y hasta los cambios que se han producido por la actividad del ser humano, es la única manera de proyectar con responsabilidad el crecimiento, y evitar futuros desastres ambientales.
Ha correspondido a la Junta de Planificación (JP) y al Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) colaborar en la confección de ese mapa que debe estar listo el año que viene y que está financiado en buena parte por el gobierno federal, así como por agencias locales.
Si existe una inversión oportuna en tiempos de crisis es ésa: literalmente necesitamos conocer el terreno que estamos pisando, y un mapa topográfico bien hecho, que utiliza la más moderna tecnología disponible, da seguridad al gobierno, a los inversores privados y a las comunidades que proyectan algún tipo de desarrollo. Todo el mundo necesita saber cuán fiable es establecerse en un lugar y qué puede esperar en caso de eventos naturales.
Muchos son los factores que han transformado el perfil topográfico de Puerto Rico a través de las últimas décadas. Un mapa realizado con medios sofisticados capaces de detectar zonas vulnerables o propensas a inundaciones y deslizamientos puede servir, además, para prevenir los incidentes desgraciados sufridos en el pasado.
Probablemente los cambios más dramáticos han ocurrido en las costas, donde el proceso de erosión, producto del alza en el nivel del mar y otros fenómenos, se ha combinado con los destrozos que ha causado la extracción indiscriminada de arena y la destrucción de dunas. En Puerto Rico se ha estado construyendo a pie de playa prácticamente hasta el otro día y ese nuevo mapa demostrará con rigor, no solo la magnitud del daño, sino los proyectos de mitigación que deben emprenderse para que no se extiendan.
El mapa topográfico por si solo es un paso extraordinario, pero lo es también respecto a la cadena de estudios que puede propiciar, especialmente los de carácter hidrológico, un campo que necesita actualizarse de cara a los eventos relacionados con los cuerpos de agua, lo mismo inundaciones que sequías extremas. Documentos como estos ayudan al crecimiento organizado y a la distribución responsable de zonas urbanas y agrícolas.
Al celebrarse hoy el Día del Planeta Tierra, en el marco de todo un mes que dedicamos a la reflexión de nuestros desafíos ambientales, pero también a la celebración de innegables conquistas —como que, por ejemplo, desde 2013 se ha duplicado el porcentaje de terrenos protegidos por ley—, hay que reconocer con igual objetividad lo que queda por andar. Conflictos como el del Caño Tiburones o el depósito de las cenizas en Peñuelas, merecen una pronta solución.
El mapa de la armonía y la defensa de nuestros recursos siguen siendo alta prioridad en el País.