El Nuevo Día

Hay que proteger a Tiburones

- Profesor UPR-Humacao Raúl A. Pérez-Rivera

El Caño Tiburones se encuentra ubicado entre Arecibo y Barcelonet­a, particular­mente entre el Río Grande de Arecibo y el Río Grande de Manatí. En la actualidad es el humedal más grande y diverso de Puerto Rico y ocupa un área de alrededor de 7,000 cuerdas.

En Tiburones podemos encontrar desde hierbazale­s secos, hasta manglares y lagunas de diferentes tamaños y profundida­d. Esto lo hace el hábitat ideal, para una amplia gama de organismos, en particular aves de las cuales se han informado más de 200 especies. Además habitan en el lugar una amplia diversidad de anfibios, reptiles y cerca de 40 especies de peces, muchas de gran valor comercial.

En el siglo 19, se comenzó el drenaje de éste y muchos otros humedales de Puerto Rico porque se creía que estos hábitats eran un foco de mosquitos y de enfermedad­es como la malaria y la fiebre amarilla. El drenaje y relleno permitiero­n entonces que estos lugares se utilizaran para la agricultur­a, particular­mente para la ganadería.

En 1998, el Departamen­to de Recursos Naturales y Ambientale­s de Puerto Rico (DRNA), designó a Tiburones como una reserva natural por su riqueza ecológica y en aras de proteger especies raras o en peligro de extinción como el pelícano pardo, el pato chorizo, la chirriría nativa, el gallinazo nativo y la tigua, entre otros.

Además, Tiburones es el único lugar en Puerto Rico que alberga colonias saludables de cigüeñas o ibis blancos y lustrosos.

Sin embargo, se protegiero­n menos de 4,000 cuerdas y las 3,000 restantes siguen bajo la administra­ción de la Autoridad de Tierras.

Tiburones ha sido pobremente manejado y la vigilancia no es efectiva. A tales efectos, se permite la caza en un lugar en donde existen las únicas poblacione­s “saludables” de algunas especies en peligro de extinción. Como la vigilancia no es eficiente, hay cazadores que rebasan los límites permitidos e inclusive cazan especies vedadas. Lo mismo se puede decir de la pesca, sobre la que hay muy poco control.

Además, se estableció un vertedero en sus márgenes y cada vez que tenemos fuertes lluvias los contaminan­tes son lavados a las aguas del anegado. Finalmente y no menos importante, hay sobre la mesa permisos para extraer grandes cantidades de agua, para la propuesta planta para producir energía del procesamie­nto de basura. Todo esto ha puesto en peligro la rica biodiversi­dad de dicho humedal.

En años recientes, se han designado grandes extensione­s de bosques como reservas naturales, como lo son el Corredor Ecológico del Noreste y la protección de grandes extensione­s del karso. Sin lugar a dudas, esfuerzos loables.

Sin embargo, los hábitats más escasos y que menos protección han tenido en Puerto Rico, lo son los humedales y anegados. Hay una mayor cantidad de especies raras y amenazadas obligadas a los anegados que en cualquier otro tipo de hábitat en Puerto Rico. Tiburones hay que protegerlo y el resto de las 3,000 cuerdas en manos de la Autoridad de Tierras debe pasar a formar parte de este refugio.

No tan solo esto es importante, si no que hay que diseñar un plan de manejo, que permita el uso y disfrute del anegado y a su vez la conservaci­ón de su fauna y flora.

“Tiburones hay que protegerlo y el resto de las 3,000 cuerdas en manos de la Autoridad de Tierras debe pasar a formar parte de este refugio”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico