Honrando a Velda González
La noticia de la muerte súbita de Velda González me ha sacudido y entristecido. No estaba frágil de salud y la encontrábamos en actividades con su vitalidad característica. Siempre cariñosa, siempre tratando de hacer aportaciones, siempre generosa con su tiempo y energía. Tal vez por ello acepto que no estaba preparada para su partida. Pero, ante esta realidad ineludible, lo que corresponde es no olvidarla sino reconocerle sus valientes defensas de tantas causas, todas de valor supremo: la cultura puertorriqueña, las artes y la clase artística, la niñez, las mujeres golpeadas y humilladas, la comunidad LGBTT, la paz en Vieques.
Velda González fue desde el Senado la voz valiente y consistente de los reclamos por los derechos humanos de las mujeres. Me constan las luchas que dio en el caucus legislativo, en el hemiciclo, así como en los foros públicos, para la aprobación de piezas legislativas que hoy día se reconocen como las más importantes aprobadas en Puerto Rico en defensa de los derechos humanos de las mujeres en las últimas cuatro décadas.
Velda fue instrumental en la aprobación del Día de No más Violencia contra las Mujeres, de la Ley contra el Hostigamiento Sexual en el Empleo y fue la legisladora que primero radicó un proyecto de ley para penalizar la violencia en las relaciones de pareja. Sin su intervención, esas piezas legislativas cruciales quizás no se hubieran aprobado. En ese proceso se tuvo que enfrentar a burlas y comentarios ofensivos de algunos legisladores.
Sin embargo, su fuerza interior y su compromiso le permitían superar esos amargos momentos. Como estratega natural que era, medía sus movidas y, con paciencia e insistencia, lograba sus cometidos.
Sus cometidos eran nuestros derechos. Lograr mayor justicia para para quienes no tienen el poder para lograr la adopción de instrumentos que los defiendan de las inequidades de un sistema basado en privilegios de clase o de género.
Cuando estas noticias llegan así, sin esperarlas, evaluamos si mientras las tuvimos cerca les dijimos cuanto le queríamos y cuanto le agradecíamos. Velda sabía que le agradecimos todo lo que hizo.
Por iniciativa de Velda se instauró hace años en el Senado la Medalla Capetillo-Roqué para distinguir a mujeres que se hubieran destacado en la defensa de los derechos humanos de las mujeres. Velda hace tiempo la merece. Invito a que se le conceda póstumamente. Nadie la merece más.