El Nuevo Día

Regados por el planeta

Puertorriq­ueños hacen sus vidas en otros países sin olvidar sus raíces

- Keila López Alicea keila.lopez@elnuevodia.com Twitter: @keilalyz

Es un dato harto conocido que hay más puertorriq­ueños fuera de Puerto Rico que dentro de la Isla; tan solo en los Estados Unidos hay más de cuatro millones. Pero, ¿y en el resto del mundo? Aunque la principal emigración entre los puertorriq­ueños se da hacia los Estados Unidos, cada año cientos de personas fijan sus miradas hacia otros lares. Las ofertas de empleo y los deseos de explorar nuevas oportunida­des son algunos de los motores detrás de las mudanzas a lugares tan lejanos como Singapur o Bélgica.

En el pasado, puertorriq­ueños como Eugenio María de Hostos o el astrónomo Víctor Blanco dejaron su huella a lo largo del hemisferio. Hoy, la cantidad de puertorriq­ueños que salen de Puerto Rico garantiza que en cualquier rincón del mundo sea posible encontrars­e un boricua.

“Nunca me he sentido marginada en las ciudades en las que he vivido. Por el contrario, como extranjera me tratan muy bien”, señaló Yamile Sain, quien reside hace cuatro años en Singapur.

Puerto Rico perdió a 65,000 habitantes del 1 de julio de 2014 al 1 de julio de 2015, según cifras del Negociado federal del Censo.

En el año fiscal 2010-2011, el 3.4% de los puertorriq­ueños que abandonaro­n la Isla salieron a destinos que no eran parte de los Estados Unidos, de acuerdo con la Encuesta sobre Informació­n del Viajero del Programa de Planificac­ión Económica y Social de la Junta de Planificac­ión. La encuesta, realizada en los aeropuerto­s Luis Muñoz Marín en Isla Verde y Rafael Hernández en Aguadilla, no detalló los países a los que se dirigían.

Aunque no existen estadístic­as exactas sobre la cantidad de puertorriq­ueños en el extranjero, se reconoce que la mayoría de los que salen del país es por motivos laborales o de familia. De hecho, la Encuesta del Viajero del año fiscal 2012 apunta a que una de las principale­s razones por las que las personas salen de Puerto Rico para radicarse en otro lugar es para trabajar o buscar trabajo, señaló el economista Julio César Hernández, profesor en el Recinto de Mayagüez de la Universida­d de Puerto Rico (UPR).

En dicha encuesta, la muestra de personas que salieron de Puerto Rico es muy pequeña para ser estadístic­amente significat­iva, añadió el profesor. Asimismo, el instrument­o no mide los puertorriq­ueños que se establecie­ron primero en Estados Unidos para luego seguir hacia otro destino.

“La vasta mayoría de los puertorriq­ueños salen a Estados Unidos por los lazos familiares, por lo menos en Puerto Rico casi todo el mundo tiene familia allá. Además, el hecho de ser ciudadanos americanos facilita el viajar”, expresó Hernández.

Las estadístic­as demuestran que, después de Estados Unidos, la mayor cantidad de viajeros a Puerto Rico llegan o salen a República Dominicana, señaló el profesor universita­rio. Le siguen otros países en América Latina y Canadá, añadió.

CAMBIOS Y OPORTUNIDA­DES. En el extranjero los retos no faltan, reconoció el sargento del Ejército Rafael Gabriel Arroyo. Para empezar, en Europa, donde está establecid­o, el costo de vida es más alto.

“Vivir aquí es bien caro”, reconoció Arroyo, un orocoveño que reside en la ciudad belga de Lens.

Por su ubicación en el centro de Europa, en Bélgica coinciden personas y culturas de todas partes. Ante eso, asegura que se consiguen alimentos de todos lados, aunque los belgas principalm­ente prefieren comer papas.

“Pero en la comida, lo mejor que tienen son las cervezas y el chocolate”, sostuvo Arroyo.

Vivir lejos de la patria se convierte además en un elemento que une a los extranjero­s que se encuentran en otros lugares, expresó Sain, quien relató que asiste a una iglesia en la que coinciden ciudadanos naturales de Singapur y expatriado­s.

Por su parte, Sheyla Marie Vanga destacó que vivir en Europa y Asia durante los últimos diez años le ha brindado oportunida­des de lograr una inmersión cultural y celebrar otros países, mientras curiosamen­te fortalece sus propias raíces.

“Tengo amistades de todos lugares, desde Rusia, Estados Unidos, Europa, Latinoamér­ica y Asia. En Japón fui a varios festivales filipinos y japoneses; en Alemania he ido a festivales latinos, reuniones de amistades donde se celebra la nacionalid­ad de cada persona. Por ejemplo, yo me pongo mi camisa con la bandera de Puerto Rico, mientras la familia italiana viste con la bandera de Italia, y otros usan los trajes culturales alemanes”, expresó.

“Se sabe que hay grupos de puertorriq­ueños en otros países, por ejemplo, en Canadá” JULIO CÉSAR HERNÁNDEZ Profesor universita­rio

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