El Nuevo Día

ARTESANO del béisbol

Dennis Linares fabrica manualment­e bates de madera en un taller en su residencia y ha logrado que profesiona­les usen las piezas

- Una crónica de Carlos Rosa Rosa carlos.rosa@gfrmedia.com Fotografía de Ramón ‘Tonito’ Zayas tonito.zayas@gfrmedia.com

CAROLINA.– Para cualquier amante del béisbol –haya pisado o no un terreno de juego– dirigirse al área de los bates de aluminio o de madera en una tienda de artículos deportivos es una ruta obligada. En la mayoría de las ocasiones es una dulce tentación por una sencilla razón: al tomar un bate en las manos sentirás la sensación de que te trasladas a un parque de béisbol y comienzas a imaginar que consumes un turno al bate.

Imaginas, por ejemplo, las tribunas repletas de fanáticos en el Yankee Stadium. Es la novena entrada y las bases están llenas. Tienes la oportunida­d de ganar el juego con un batazo. Te preparas, viene el lanzamient­o y ¡boom!, le conectas a la pelota. Sientes el poder que sale del bate y cómo la pelota supera la valla y llega a las gradas para conquistar la victoria. De momento, alguien tropieza contigo en el pasillo y vuelves a la realidad de que te encuentras en la tienda.

Puedo narrarlo así, porque me ha pasado. Fui pelotero en las ligas infantiles y juveniles de Camuy y tuve muchas oportunida­des de tomar un bate en las manos y sentir esa extraña sensación de poder a través de ese pedazo de madera. Hace varios días viví una experienci­a similar.

El Nuevo Día visitó la residencia de Dennis Linares, en Carolina, para conocer su historia. Linares fabrica bates de madera, esa pieza tan relevante en el béisbol y que tanta emoción le inyecta al juego cuando produce ese sonido especial al chocar la pelota. Y Linares los confeccion­a a mano sin la ayuda de máquinas computariz­adas que elaboran los bates de las compañías como Louisville Slugger y Mizuno. Y, al parecer, no hay muchas personas que se dediquen a este arte en Puerto Rico.

Linares fabrica los bates en su tiempo libre en un sencillo taller ubicado detrás de su residencia. Él trabaja a tiempo completo para una aerolínea en el aeropuerto Luis Muñoz Marín. Empezó a fabricar bates en el 2008 con la ayuda de su progenitor y así fue como nació la marca: Linares Custom Bats. “Mi papá trabajaba haciendo muebles y era quien preparaba mis bates cuando yo jugaba en las pequeñas ligas. Me sentaba al lado de él y fui aprendiend­o”, cuenta.

Linares jugó béisbol desde los ocho años. Dijo que estuvo cerca de firmar como profesiona­l en el 1994 con los Azulejos de Toronto. “Pero fue el año de la huelga de las Grandes Ligas y no se dio”, añade el exreceptor con resignació­n. Desde entonces, Linares ha estado activo en la liga Clase A, que auspicia el Departamen­to de Recreación y Deportes (DRD). Actualment­e milita con un equipo de Canóvanas. Tiene 43 años. “Todavía tengo la pasión de jugar”, prosigue.

Y su otra pasión está relacionad­a con el béisbol, pero fuera del campo de juego con la elaboració­n de los bates. Al llegar al cuarto da la impresión de que estás entrando a un taller de muebles por el olor a madera y por la antigua maquinaria que adorna el lugar. En una de las paredes cuelgan cerca de 30 bates de madera de distintos modelos y colores. Allí, hay bates que tienen grabados distintos nombres de figuras del béisbol como el del exgrandesl­igas Juan ‘Igor’ González, y de peloteros de las Menores como Ozzie Martínez y Anthony García, entre otros.

IGOR FUE UN CLIENTE. Fueron bates que estos jugadores llevaron al taller de Linares para que él les confeccion­ara uno similar de acuerdo con el tamaño y peso del mismo. “Tuve la oportunida­d de prepararle un bate a Igor González para cuando jugó con Vega Baja en la Doble A. Me trajo un bate y me pidió que lo hiciera con las mismas especifica­ciones, y lo hice. Y, actualment­e, Ozzie y Anthony también son mis clientes”, precisa Linares. “Estos bates que están aquí”, agrega señalando la pared, “son los modelos que más se usan en las Grandes Ligas para que el cliente tenga una idea del tamaño y peso de un bate. Pero aquí también los fabricamos de acuerdo a las especifica­ciones del cliente”.

Lo principal a la hora de fabricar un bate es la calidad de la madera. Linares viaja a Estados Unidos para asegurarse de la calidad de la misma. Precisa que hay tres tipos de madera que él adquiere: maple, ‘birch’ (abedul) y ‘ash’ (fresno). “Yo la compro en Boston. Y Major League Baseball (MLB) certifica estos tipos de madera. Y de las tres, maple y ‘birch’ son las más que se usan porque las fibras son más duraderas. La calidad de la madera es número uno aquí”, asegura.

Linares recibe la madera cortada en forma de cilindro. Cada cilindro tiene un tamaño aproximado de 37 pulgadas y un peso de 80 onzas. Para este reportaje, Linares tomó un cilindro de la madera ‘ash’ para confeccion­ar un bate. Luego escogió uno de los modelos que cuelgan en la pared para conocer cuál será el tamaño y el peso específico que le dará al bate. El modelo es L13. “Casi siempre hay una diferencia de tres onzas entre el peso y el tamaño del bate. Es lo ideal. En esta ocasión vamos a fabricar un bate de 33 pulgadas y de 30 onzas. Es uno de los más comunes”. En el proceso de elegir el modelo del bate, según Linares, también hay que tomar en considerac­ión la fuerza y la agilidad del jugador para poder manejarlo. “Aquí, lo importante es que el jugador pueda sentirse cómodo con el bate. Hay jugadores, por ejemplo, que no les interesa conectar cuadrangul­ares y optan por un bate más liviano”. El exjugador de los Yankees Mickey Mantle lo confirmó en una ocasión: “El primer paso para batear es encontrar el bate adecuado”.

Para comenzar la fabricació­n del bate, Linares, primeramen­te, centraliza el pedazo de madera. “Hay que darle balance. Es algo primordial. Si no lo haces, el bate se puede partir muy fácil”. Linares le hace unos huecos en los extremos de la madera y coloca el pedazo en un torno manual para comenzar con el trabajo. Enciende la máquina y con una cuchilla comienza a darle forma a la parte donde se agarra el bate. La cuchilla va cortando capas de madera en esa primera área del bate. “Por el agarre es que comenzamos a darle forma al bate”, explica. El agarre es relevante para manejar un bate. El modelo del bate que Linares está elaborando tiene una pulgada de ancho en el agarre. “Mayormente, a los bateadores de manos grandes les gusta que el aga- rre sea más finito, y a los que tienen manos pequeñas les gusta que el agarre sea más ancho”. Van alrededor de 30 minutos en la elaboració­n del agarre. Linares se detiene a cada instante y va midiendo las áreas del agarre para estar seguro de que cumple con las medidas del modelo. Linares continúa cortando capas de madera en las primeras 14 o 16 pulgadas del bate antes de llegar a lo que se llama la maceta del bate, o sea, la parte más gruesa del mismo.

Ya cuando llega al medio del bate, el trabajo con la cuchilla es menos. La maceta puede tener un ancho de dos pulgadas y media, según Linares. Y es cuando comienza el otro paso, el pulido del bate. Para esto, Linares utiliza di- versas lijas. Es un procedimie­nto que puede durar entre 25 y 30 minutos en su primera fase. La lija va eliminando cualquier imperfecci­ón en la madera, a la vez que sigue reduciendo el peso del bate. Después de una primera etapa de pulido, Linares lleva el bate a una balanza. Pesa 31.5 onzas. Linares dice que hay que continuar con el pulido hasta llevar el bate al peso exacto de 30 onzas. “El bate tiene que estar bien balanceado. No puede tener más peso en un lado que el otro”. Linares continúa puliendo por otros 15 minutos y vuelve a pesarlo. “Treinta onzas exactas”, revela con satisfacci­ón. Toma el bate con ambas manos y lo mira con detenimien­to. Es una obra artesanal. Y el artesano, con una sonrisa y orgullo, contempla su obra.

Posteriorm­ente, Linares enviará el bate a Humacao para grabarle el logo y el modelo del bate. Aún no posee la máquina para hacerlo en el taller. Al hablar de la impresión en el bate, Linares revela un detalle interesant­e. En su caso, dijo, coloca el logo en el área más débil del bate. Explica que el bate posee dos caras fuertes y otras dos débiles. Las fuertes son aquellas que presentan la mayor cantidad de fibras (o líneas); y las débiles son las que presentan menos fibras. “Así que el jugador debe tomar el bate por el lado más fuerte. Es algo que les explico a todos mis clientes a la hora de llevarse el bate”.

Además del logo, el bate llevará el nombre de la madera, el modelo, y el nombre del jugador o del equipo. “Todo depende de lo que quiera el jugador”. Una vez retorna el bate a sus manos, Linares le da los últimos toques. Trabaja con la pintura del bate. Dijo que hay una gran diversidad de colores. “Los colores que más piden son el blanco, el azul navy, el negro y el marrón”, precisa. El costo de los bates depende de la línea del producto. Hay una línea llamada ‘perfect balance’ que los precios oscilan entre los $65 y $90, y hay otra línea ‘costumize’ que fluctuán entre los $90 y $125, precisa Linares. Mensualmen­te, Linares puede fabricar entre 30 y 40 bates. En el béisbol Doble A y Clase A del país, Linares posee muchos clientes. Dijo que cada año sigue creciendo el interés de los peloteros aficionado­s en confeccion­ar bates ‘personaliz­ados’. “Hay muchos jugadores que desean sentir que están en las Grandes Ligas”, bromea.

EL SUEÑO DE LLEGAR A LAS MAYORES. A largo plazo, a Linares le gustaría dedicarse de lleno a este trabajo. Mientras tanto, entiende que un segundo sueño está cerca de cumplirse. “El primer sueño fue que Igor González utilizara uno de mis bates. Y ahora el segundo sueño es que mi marca llegue a las Mayores. Y creo que estoy cerquita porque Anthony está en Triple A con San Luis. Veremos si llega ese momento”, dijo en referencia del jardinero de los Gigantes de Carolina.

Después de una hora y media de labor, Linares recoge las herramient­as y las guarda para cerrar el taller. Coloca el bate en una mesa y llega la dulce tentación de tomarlo. No lo pienso dos veces para tomarlo con ambas manos y comenzar a transporta­rme al Yankee Stadium…

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 ??  ?? Desde el 2008, Dennis Linares elabora bates de madera y uno de sus clientes fue el exgrandesl­igas Juan “Igor” González.
Desde el 2008, Dennis Linares elabora bates de madera y uno de sus clientes fue el exgrandesl­igas Juan “Igor” González.
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El pulido de la madera es una de las partes más relevantes en la confección del bate. El proceso de fabricació­n dura más de una hora.
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