Escuela de Arquitectura PUCPR desde una nueva perspectiva
En el mismo Distrito Histórico de la Señorial Ciudad de Ponce, justo frente al antiguo Parque de Bombas, está localizada la más joven de las Escuelas de Arquitectura del Caribe y una de las más jóvenes entre todas las 54 jurisdicciones de los Estados Unidos.
Establecida en el 2009, este año la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR) completó de manera sobresaliente su proceso de acreditación de la “National Architectural Accrediting Board” (NAAB). En el proceso se cumplió a cabalidad con 31 del total de 32 SPC (parámetros de evaluación según establecidos por la NAAB) incluyendo el haber cumplido de manera sobresaliente con nueve de las condiciones para la acreditación.
Un antiguo y noble edificio del 1926, que una vez albergó una reconocida tienda por departamentos ponceña, localizado en el corazón de la ciudad, alberga hoy esta es- pectacular escuela. Esta es la alternativa para aquellos que aprecian los contrastes entre “historia y vanguardia”, y entre “tradición e innovación”.
Si hay algo claro en nuestras mentes es que no existimos para meramente ser una escuela más. Tanto en Puerto Rico como en el paisaje académico de la región, estamos labrando nuestro espacio en la excelencia. Vivimos bajo el precepto que nuestros talentos deben ser utilizados al máximo en la bús- queda de la armonía, lo correcto, lo sostenible y lo bello.
La Escuela de Arquitectura de la PUCPR no es únicamente la más reciente oferta académica en arquitectura en Puerto Rico, sino que también tecnológicamente avanzada. Desde la conceptualización de nuestro proyecto académico, establecimos, como parte de nuestro perfil institucional, ocupar la vacante que existía para una plataforma digital de última generación. Nuestra escuela no se con- forma con tener una gran oferta tecnológica, sino que promueve la formación de arquitectos empresarios, diestros con capacidad de asumir un rol activo en la sociedad contemporánea. Nuestro programa académico, se basa en la visión de producir un profesional redondeado, multifacético, capaz de afrontar exitosamente la variedad de retos que Puerto Rico y el mundo tienen ante sí.
En nuestro programa hemos sabido identificar aquellos tópicos esenciales que todo arquitecto contemporáneo debe poseer y los hemos organizado bajo nueve Unidades Académicas Experimentales (departamentos) cada cual concentrada en uno de estos temas profesional esenciales. Esta novel propuesta garantiza que todos nuestros egresados al concluir su carrera estarán entrenados en cada uno de estos aspectos de forma estructurada, en un ambiente de avanzada, bajo la tutela de profesionales conocedores de cada uno de los tópicos proveyéndoles de una gama más amplia de participación profesional.
Las estrategias pedagógicas mencionadas no estarían completas si no incluyéramos otros dos aspectos de nuestra a innovadora propuesta académica. El que nuestra escuela se encuentre en el corazón de la zona histórica de Ponce, sazona la experiencia educativa con un ambiente urbano, que refuerza la relación colaborativa entre arquitecto y su entorno. El estar en el mismo centro urbano de la ciudad, propicia el que nuestra comunidad académica establezca de manera constante y consistente un intercambio cultural con la ciudad, con sus necesidades y con la gama de posibilidades que ella propicia.
Desde el día que abrimos nuestra escuela, Ponce se ha convertido en socio inseparable del proceso creativo y el receptor de nuestras mejores propuestas de diseño.
Por último, es imperativo reseñar como fundamento de nuestra escuela, la fibra moral y ética que nos define y distingue. El ambiente de nuestra Escuela no es solamente uno intelectualmente estimulante, profesionalmente robusto y sin parangón en la aplicación de herramientas digitales, sino que además por principio apoya a todos los miembros de nuestra comunidad, muy en especial a nuestros estudiantes. Nuestro quehacer diario está regido y dirigido por los más altos principios cristianos.
Creemos en que nuestros estudiantes se conviertan en arquitectos diestros y talentosos capaces de resolver los retos y problemas de diseño, pero aspiramos de igual forma contribuir a nuestra sociedad con la formación de ciudadanos conscientes y responsables que responderán de manera impecable a sus responsabilidades cívicas.
Esta es la alternativa para aquellos que aprecian los contrastes entre “historia y vanguardia”, y entre “tradición e innovación”.