DISEÑOS ORIGINALES
Los tesoros de la tienda Placard
En el corazón del Viejo San Juan, entre las calles Cristo y San Francisco, se esconde un pequeño y acogedor espacio que sirve de plataforma para el talento local. Se trata de la tienda Placard, propiedad de la diseñadora y artista Marien Vélez, donde el público puede encontrar creaciones diferentes, con un alto nivel de diseño, confeccionadas por artistas puertorriqueños.
Tan pronto uno entra a la tienda, los ojos se van hacia los detalles. La primera obra que uno se topa al llegar, es el propio diseño del local, donde lo colonial se funde con lo contemporáneo. Una pared en ladrillos rojizos, por ejemplo, conversa con un diseño minimalista, mientras que la luz natural se acentúa con algunos destellos de luz artificial.
Luego están todas las piezas de diseñadores y diseñadoras locales, como la creativa línea de accesorios Snou Joyas, de Lucía Nieves, o las sortijas y pantallas hechas en cuero, plata y bronce de López de Victoria. También están las hermosas, ingeniosas y diversas creaciones de Tropical Depression, las libretas originales de Alterfolio, los collares y correas (“leash”) para perros de Lasso y los productos para el cuidado de la piel Cocó Scrub y Taí, entre muchos otros objetos únicos.
Todo está perfectamente presentado y acomodado, haciendo que el ejercicio de mirar -y comprar-, se conviertan en un deleite. Placard tiene esa dualidad que logran pocos espacios, ser tienda y lugar de exhibición. La responsable de esa armonía y del alto sentido estético que impera en la tienda, es Marien Vélez, una puertorriqueña que luego de vivir 20 años en la ciudad de Nueva York, apostó por un cambio de vida en su país.
“Estuve muchos años trabajando en Midtown en 'merchandising' y con compradores, sobre todo, en lo que tenía que ver con accesorios y trends, porque hice una MFA en Rhode Island (Institute of Design), donde me especialicé en joyería y orfebrería. Pero luego de un tiempo en Nueva York, quería volver a mi país y conectar con mis padres, con mi gente. Y me dije ‘si no me voy ahora a Puerto Rico, no me voy nunca’. Tenía dinero ahorrado, tenía el tiempo, y decidí venir y tantear qué había acá. Y cuando llegué, me impresionó tanto lo que estaba pasando con todas estas industrias (creativas), que me quedé”, agregó.
TESOROS LOCALES. Vélez encontró artistas trabajando con diversos materiales de una forma original, creando diseños originales, que si bien dialogaban con las corrientes contemporáneas internacionales, a la vez mantenían un alto grado de individualidad. Luego de observar el mercado y crear relaciones con varios artistas y diseñadores locales, Marien ideó crear Placard, como un espacio de venta y de exhibición de piezas de alto diseño y de productos confeccionados localmente.
“Tengo desde diseñadores jóvenes hasta mayores que le perdieron el miedo a crear cosas y a averiguar cómo se hacen y ellos 'just do things'. La calidad de sus piezas es muy, muy buena. Son gente que sabe lo que está
haciendo, con mucho 'drive', y me puedo imaginar cualquiera de estos productos en cualquier tiendita en Nueva York”, dijo.
“Aquí no encontrarás nada copiado, todo es original. Y precisamente eso es lo que viene buscando la gente que entra aquí, algo nuevo, contemporáneo, pero hecho aquí”, manifestó Vélez. La diseñadora, quien vende en el local su propia línea de accesorios, Masoka d’Sado, compartió que desde que abrió la tienda en octubre del año pasado, ha recibido la visita de muchos turistas, sobre todo europeos y estadounidenses, que llegan buscando algo diferente, hecho en Puerto Rico. También tiene clientes fijos que visitan la tienda, donde se pueden conseguir piezas desde $20 en adelante.
Marien Vélez explicó que ella selecciona a los artistas que venden sus piezas en la tienda, basándose en el diseño de las obras, las cuales deben contar con una estética contemporánea. Si son productos de belleza, indicó, deben estar confeccionados con ingredientes locales y naturales.
Al preguntarle por qué Placard, destacó que es una palabra que tiene varios significados. En Francia y varios países de Latinoamérica se trata de un armario, mientras que en Estados Unidos la palabra hace referencia a una pancarta. “Me gustó que era una palabra que representa bien el concepto de la tienda, que es un espacio para que los diseñadores tengan voz, tengan exposición, pero a la vez es un lugar que puede servir para actividades, para exhibiciones, que sea un espacio de reflexión… Todo lo que sea creativo, aquí es bienvenido”, dijo.
Al repasar el camino andado, es inevitable preguntarle a Marien si la mudanza ha valido la pena. “Claro que ha valido la pena. Creo que todos los nuevos proyectos que están surgiendo en medio de esta crisis que vive el país es la respuesta del valiente. Es como si dijeran ‘¿no hay?, pues me voy a crear mi propia empresa, mi propio trabajo, y voy a hacerlo'. Se trata de no tenerle miedo”, concluyó.