A mal tiempo buena cara
A mal tiempo, buena cara. No puedo pensar en un refrán más oportuno y pertinente. La situación precaria en que se encuentra el Gobierno de Puerto Rico, producto de décadas de irresponsabilidad fiscal y un modelo de desarrollo económico obsoleto, toca a todos.
Escasean las oportunidades para empresarios y para ciudadanos en general. Sin una perspectiva optimista, se desalienta cualquiera. Sin embargo, el refrán se queda corto.
Una frase más precisa, aunque horriblemente larga, sería: “a mal tiempo, mirada periférica, olfato sensitivo, oído en tierra, mente activa, acción ágil y buena cara”. De acuerdo, con esta modificación, el refrán pierde toda su belleza poética. Pero los cambios sugeridos presentan una receta más apropiada para los tiempos.
Antes de presentar la lógica de esta procesión de consejos, dejemos algo claro. Las cosas en Puerto Rico están difíciles. La orden del día, para muchos dueños de negocio, estriba en recortar gastos y posponer inversiones. Sentimos y respetamos las dificultades que cada empresario confronta. No subestimamos el tamaño del reto. ¿Pero, qué tal si en lugar de enumerar medidas de control y reducción de gastos, hablamos de crecimiento? Cuando repasamos la relación entre la creatividad, la innovación y escenarios restrictivos, la idea resulta no ser tan descabellada. Lejos de ser un enemigo de la creatividad, restricciones pueden servir de estímulo para la misma. Es decir, siempre y cuando su postura ante la restricción sea una de transformación.
Cuando adoptamos una postura de víctima, le cedemos a la restricción el poder de reducir nuestra expectativa. Terminamos prisioneros de la restricción, ajustando nuestra aspiración a los parámetros de la misma.
Como opción, podríamos asumir la postura de neutralizador. Esta postura, contrario a la de víctima, se niega a ceder a la restricción y busca formas alternas de lograr su objetivo.
Mantiene su aspiración ante las peores circunstancias, explorando opciones y alternativas creativas.
La tercera postura, la de transformación, encuentra cómo usar la restricción como una oportunidad para elevar su aspiración. La restricción se convierte en el factor catalítico que impulsa y hace posible la persecución de metas más altas y objetivos previamente ignorados.
Aún en las peores circunstancias, usted tiene a su alcance la postura de transformación. Recuerde, a mal tiempo, mirada periférica, olfato sensitivo, oído en tierra, mente activa, acción ágil y buena cara.
La invitación a visitar la periferia de su industria y de su mercado parte de una premisa fundamental: aun en tiempos de dificultad económica, hay necesidades que satisfacer y oportunidades que perseguir. Las mismas, sin embargo, no se ven a simple vista.
A manera de experimento, lleve a cabo el siguiente ejercicio: Haga un listado de hasta dónde llega su negocio. ¿Hasta dónde llega en cuanto a extensión geográfica? ¿Hasta dónde llega en el ciclo de vida del cliente? ¿Sus ofrecimientos se hacen irrelevante una vez su cliente contrae matrimonio, o una vez tiene hijos, o una vez se jubila? ¿Qué parte de la experiencia del cliente cubre su ofrecimiento? ¿Por ejemplo, si usted vende cortadoras de grama, también ofrece servicios de limpieza, mantenimiento o almacenaje para las cortadoras?
Un listado de fronteras define el alcance de su pantalla de radar actual y los límites, reales o supuestos, de su modelo de negocio. Llevar a cabo este inventario es el primer paso en reconocer y prestarle atención a oportunidades en la periferia.
Pero no basta con mirar hacia la frontera. Para identificar oportunidades subyacentes usted tendrá que apagar su piloto automático y prestar atención a las señales escondidas del mercado. Las tácticas de olfato sensitivo y oído en tierra apuntan a un aumento en nuestra agudeza sensorial. ¿Qué patrones globales pueden arropar la Isla próximamente? ¿Qué patrón común observó en este segmento de clientes? ¿Qué necesidades emergentes habrá que atender? ¿Qué preocupaciones nuevas mantendrán a mi cliente despierto por la noche? Preste atención y comenzará a ver oportunidades.
Las próximas dos tácticas de nuestro refrán editado – mente activa y acción ágil – nos invitan a explorar, a experimentar y a ensayar posibles soluciones y ofrecimientos nuevos. Creatividad no es otra cosa que la conexión de ideas y conceptos que previamente estaban desconectados. Pero la bombilla, rara vez se enciende por sí sola. Genialidad, según Tomás Edison, es 1% inspiración y 99% sudor y trabajo.
No permita que el fantasma de la recesión apague sus deseos de explorar y experimentar. Aprenda a formular preguntas que combinen aspiraciones con restricciones. ¿Cómo podemos aumentar ventas con una cartera más pequeña de clientes? ¿Cómo podemos atraer clientes más jóvenes sin aumentar nuestro presupuesto de mercadeo? ¿Cómo podemos producir más volumen sin invertir en una máquina nueva?
Cuando termine de leer este artículo, haga el siguiente ejercicio. Escriba su pregunta transformativa en la parte superior de una hoja y propóngase enumerar 30 respuestas a la misma. No se detenga hasta que haya escrito las 30 respuestas. No sea supercrítico. Dése permiso para escribir respuestas descabelladas, con poca o ninguna viabilidad. Permita que sus neuronas jueguen con la pregunta. Al día siguiente, repita el proceso, identificando 30 respuestas más. Hágale la pregunta a sus empleados. Hágasele a sus amigos. Se sorprenderá del poder detrás de una pregunta trasformativa. Mente activa y acción ágil significa un enfoque obsesivo en pensar y poner a prueba soluciones a los problemas más difíciles.
Las posturas de víctima, neutralizador y transformador no son ni atributos ni cualidades personales. Una misma persona, ante circunstancias diferentes, puede adoptar cualquiera de las tres posturas. Por otro lado, no es inusual que, ante un mismo reto o desafío, la misma persona evolucione, a través del tiempo, de una postura de víctima, a una postura de neutralizador o a una de transformador.
Decida transformar las restricciones que encara en oportunidades. Hágalo por usted, por su empresa, por Puerto Rico. Ponga en práctica las disciplinas de mirada periférica, olfato sensitivo, oído en tierra, mente activa y acción ágil. Y nos veremos, por ahí, con buena cara.