El Nuevo Día

“NO PODEMOS ESPERAR MÁS”

Al anunciar que invocó su facultad para retrasar el pago de la deuda que vence hoy, el gobernador Alejandro García Padilla urgió al Congreso de EE.UU. a aprobar un mecanismo de reestructu­ración de deuda que evite un agravamien­to de la crisis

- Joanisabel González joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com Twitter: @jgonzalezp­r

El gobernador Alejandro García Padilla dijo ayer que la crisis fiscal, económica y “humanitari­a” que experiment­a Puerto Rico empeorará, salvo que el Congreso estadounid­ense provea un mecanismo para reestructu­rar la deuda pública de la Isla.

En un mensaje televisado de unos 10 minutos de duración, García Padilla también señaló que ante la inacción de la rama legislativ­a federal, optó por decretar el primer impago en la historia del Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF).

“Nos hemos visto obligados a tomar medidas de emergencia, en vista de que el Congreso no ha actuado”, sostuvo García Padilla al tiempo que aseguró que decretar un impago que afectará a miles de acreedores del BGF “fue difícil”.

La orden ejecutiva, dijo el mandatario, establece una moratoria “temporera” en parte del pago de $422 mi- llones que el BGF debió efectuar ayer y que, por tratarse de un día no laborable, debía reflejarse hoy en las cuentas de los acreedores. Empero, el mandatario no ofreció detalles acerca de la cuantía del impago o qué bonistas se afectan con la decisión.

Mientras el mandatario hablaba, El Nuevo Día recibió informació­n de diversas fuentes que planteaban que entre los bonistas afectados figuran “cientos de clientes individual­es”, asegurador­as y los llamados fondos mutuos cerrados en Puerto Rico.

El impago del BGF es el tercer impago de una entidad de gobierno, pero resulta el más significat­ivo debido a la estrecha relación entre el agente fiscal y el Gobierno central.

En 2014, la AEE incumplió con cuatro bancos comerciale­s de la Isla, forzando a la renegociac­ión de la deuda de esa corporació­n pública. En agosto de 2015, la Corporació­n para el Financiami­ento Público (PFC, por sus siglas en inglés), también incumplió con los bonistas, en su mayoría, bonistas de Puerto Rico.

Ahora, el impago del BGF surge ante crecientes rumores de que el Tesoro federal advirtió a García Padilla que no cabildearí­an más a favor de un mecanismo de resolución de deudas para la Isla si se enmendaba la recién aprobada Ley de Moratoria o se pagaba a los acreedores.

“LA GENTE” POR ENCIMA DE TODO. “Hubiera preferido contar con un marco legal que nos permitiera cumplir con todas nuestras obligacion­es, incluyendo aquellas contraídas por otros gobernador­es, con nuestros acreedores. Pero al enfrentarn­os con falta de liquidez para satisfacer, tanto las necesidade­s de nuestros acreedores como los servicios a nuestra gente, he tenido que elegir. Y elegí. Decidí que tus necesidade­s básicas van por encima de todo”, esbozó García Padilla con tono lúgubre y pausado.

El primer ejecutivo aceptó que “la situación (económica en el País) es tan difícil” que los servicios de educación especial, salud y suplido de gasolina para la flota pública, entre otros, se han visto afectados. Tales reduccione­s en la prestación de servicios públicos, así como la acumulació­n de unos $2,098 millones en pagos atrasados a contratist­as del Gobierno, han sido reseñadas consistent­emente por El

Nuevo Día en las pasadas semanas.

RECLAMO AL CONGRESO. Según García Padilla, “solo un proceso de reestructu­ración aprobado por el Congreso o un acuerdo justo con la vasta mayoría de nuestros acreedores sería la solución”.

Recordó que hace casi un año, expuso que la deuda pública de unos $70,000 millones era “impagable” sin la intervenci­ón del Congreso.

No obstante, el mandatario sentenció ayer que no aceptará una junta de control fiscal para Puerto Rico -lo que propone el H.R. 4900- porque aparte de la crisis económica y fiscal, Puerto Rico “no necesita una crisis política”.

NO HABÍA NECESIDAD. A juicio del expresiden­te del BGF, Jorge Irizarry, Puerto Rico no tenía necesidad de entrar en un impago ayer, en especial, porque buena parte de los bonistas que hoy no recibirían su pago son puertorriq­ueños.

“Esperaba que se dijera algo más específico. Fue un men--

saje muy político”, dijo Irizarry, quien ahora funge como director ejecutivo de Bonistas del Patio. La organizaci­ón está compuesta por bonistas residentes de Puerto Rico, quienes unieron esfuerzos con la expectativ­a de ser parte del proceso de renegociac­ión de la deuda pública. En esa dinámica y hasta ahora, las asegurador­as municipale­s, los fondos institucio­nales y poco más de una docena de fondos de cobertura de riesgo llevan la voz cantante en la mesa de negociació­n y en los esfuerzos de cabildeo en el Congreso federal.

“El gobernador dice que su prioridad son los puertorriq­ueños, que diga cuál es el plan para pagarle a los bonistas de aquí, que somos retirados, que dependemos de nuestros ahorros”, dijo Irizarry.

A preguntas de El Nuevo Día, el banquero de inversione­s confirmó que entre los bonistas del BGF afectados con el impago figuran personas con cuentas de inversione­s en casas de corretaje local, así como empresas y asegurador­as con operacione­s en Puerto Rico.

Irizarry aceptó que el BGF tiene problemas de liquidez, pero también indicó que el resto de los bonistas del agente fiscal pudo haber participad­o de las negociacio­nes, como fue el caso de las cooperativ­as de ahorro y crédito. La semana pasada, el BGF y el llamado G25 acordaron posponer, por un año, el pago de unos $33 millones en principal que el agente fiscal debió pagarles hoy, mientras reciben el pago de principal. El estudio legal Sosa Llórens y la firma de corretaje Samuel Ramírez & Co. encabezaro­n las negociacio­nes en nombre del G25.

FALTA TRANSPAREN­CIA. No obstante, Irizarry manifestó que el principal problema con el impago decretado ayer es que se tomó la decisión sin que el Gobierno haya ofrecido informació­n reciente acerca de las finanzas del BGF.

Además, el impago se produce aun cuando el Gobierno asegura que para este año fiscal, se registrará­n recaudos por unos $9,300 millones, señaló Irizarry.

“Nosotros no tenemos objeción a eso, a que se paguen los servicios esenciales, pero de esos $9,300 millones, el Fondo General tiene como unos $5,000 millones asignados a esos servicios de seguridad, salud y educación”, manifestó Irizarry.

“El BGF continúa negociando una transacció­n potencial relacionad­a con un intercambi­o de toda su deuda, lo que requeriría la participac­ión de todos los acreedores del BGF” BANCO GUBERNAMEN­TAL DE FOMENTO “El gobernador dice que su prioridad son los puertorriq­ueños, que diga cuál es el plan para pagarle a los bonistas de aquí, que somos retirados, que dependemos de nuestros ahorros” JORGE IRIZARRY Director ejecutivo de Bonistas del Patio

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En su mensaje de 10 minutos, García Padilla no detalló qué bonitas se impactaría­n con la determinac­ión de decretar un impago en el BGF.

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