El Nuevo Día

Previsible lo dicho por García Padilla

Expertos señalan que el gobernador optó por lamentarse en vez de ofrecer opciones a la crisis

- Gerardo E. Alvarado León galvarado@elnuevodia.com Twitter: @GAlvarado_END

En lugar de un mensaje con especifica­ciones de la autorizaci­ón de una moratoria temporal sobre el pago de la deuda del Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF), el gobernador Alejandro García Padilla optó ayer por dirigirse al País en tono de lamento, sin ofrecer nuevas alternativ­as para manejar la crisis económica y reiterando que si el Congreso no actúa a favor del País, la situación empeorará.

Esa es la opinión generaliza­da de cinco expertos consultado­s por El Nuevo Día, quienes coincidier­on en que García Padilla no dijo nada nuevo en su alocución -grabada y televisada- de 10 minutos.

“Lo que dijo no fue sorpresa”, indicó el economista y planificad­or Joaquín Villamil, tras exponer que la moratoria sobre el pago de la deuda se debió “explorar” hace más tiempo, en vez de haber sido rechazada originalme­nte por el equipo económico del Gobierno.

“(La moratoria) no resuelve el problema, pero le hubiera dado un respiro inmenso al Gobierno, le hubiera mejorado la liquidez y dado espacio a una negociació­n con el objetivo de lograr una solución final”, indicó.

Según Villamil, el mensaje de García Padilla demuestra que “en este momento no hay muchas alternativ­as”, y que el tema de la deuda no se empezó a tratar inmediatam­ente en 2013, lo que limitó las opciones de negociació­n del Gobierno.

En términos similares se expresó Osvaldo Toledo, expresiden­te del Colegio de Abogados, quien tildó de “previsible” el mensaje de García Padilla, debido a su insistenci­a en la aprobación de la Ley de Moratoria de Emergencia y Rehabilita­ción Financiera de Puerto Rico (Ley 21-2016).

“Estaba insistiend­o porque sabía que no iba a haber antes una aprobación por parte del Congreso. Esta acción del gobernador ayuda básicament­e en nada a resolver la situación, pero por lo menos, algunas áreas de la economía, sobre todo las necesidade­s básicas del pueblo, las está poniendo -de momento- primero que a los bonistas”, dijo.

Para Toledo, el gobernador recurrió a un juego de palabras al diferencia­r entre una Junta de Supervisió­n Fiscal y una Junta de Control Fiscal. Según García Padilla, la primera asistiría al Gobierno, mientras que la segunda tendría poder total.

“Ambas son la misma cosa, pues estarían tomando decisiones sobre el futuro del País”, apuntó. “CARTA RACIAL”. Por su parte, el economista y planificad­or Elías Gutiérrez, así como el sociólogo Emilio Pantojas, resaltaron que García Padilla hizo referencia a discrimen racial por parte de “los opositores de Puerto Rico” en Washington.

“Es un argumento sorprenden­te y peligroso de por qué el Congreso no ha actuado. Yo esperaba, en este discurso de 10 minutos, que (el gobernador) explicara qué es lo que no se va a pagar, cuánto es y diera una idea de lo que implica desde el punto de vista de presupuest­o. Pero no hizo nada de eso; el mensaje me dejó decepciona­do”, dijo Gutiérrez.

Agregó que el ánimo y lenguaje corporal del gobernador, unido al formato del mensaje, “lo que transmitió fue una derrota”.

Pantojas, mientras, declaró que “más que un mensaje, lo del gobernador fue un lamento, pues no dijo nada que no se supiera”.

Sobre “jugar la carta racial”, indicó que es un acto de desesperac­ión.

“Lo que no entiende la clase política puertorriq­ueña es que no tiene credibilid­ad en Estados Unidos, porque fue la misma que tomó malas decisiones. Esa clase política desarrolló esquemas de corrupción y malversaci­ón, y ahora va al Congreso a pedir ayuda”, expuso.

Pantojas lamentó que García Padilla “no presentó ninguna alternativ­a nueva” para manejar la crisis ni ofreció estadístic­as, perpetuand­o así el histórico señalamien­to de falta de transparen­cia en el Gobierno.

En tanto, Yolanda Cordero, directora de la Escuela Graduada de Administra­ción Pública de la Universida­d de Puerto Rico, dijo que aunque García Padilla “responsabi­lizó correctame­nte” a pasados gobernante­s y al Congreso por crear la crisis y no proveer acceso a la reestructu­ración de la deuda.

Destacó, no obstante, que no especificó las acciones de su gobierno para evitar que futuros líderes repitan las mismas acciones que condujeron al nivel actual de endeudamie­nto e irresponsa­bilidad fiscal.

“¿Por qué esperar a que sea una Junta Fiscal la que actúe sobre estos asuntos? Ello denota una gran debilidad administra­tiva. La Legislatur­a de Puerto Rico en este momento, y con gran sentido de urgencia, debería estar estudiando un paquete de medidas que le devuelvan a los puertorriq­ueños la confianza en nuestras institucio­nes”, puntualizó. En un mensaje el pasado 29 de junio, el gobernador Alejandro García Padilla reconoció que la deuda pública de $70 mil millones es impagable. “De la única forma que saldremos de este atolladero es si nos unimos y estamos dispuestos todos -incluso los bonistas- a asumir algunos sacrificio­s compartido­s”, dijo entonces, para luego anunciar la creación del el Grupo de Trabajo para la Recuperaci­ón Económica de Puerto Rico. La meta del Grupo sería lograr una moratoria negociada con los bonistas para posponer por un número de años los pagos de la deuda, de forma tal que ese dinero se invirtiera aquí.

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