La Junta: una puerta cerrada
Por años se han tomado decisiones por parte de los gobiernos federal y estatal que nos han afectado como jóvenes. Muchos de nosotros llegamos a vivir la difícil situación de Puerto Rico sin haber sido partícipes de las determinaciones que nos llevaron a la incertidumbre económica y social.
La asamblea legislativa estadounidense considera un proyecto de ley que nos impondría una junta de control fiscal. Su creación representa una afrenta a los principios propios de una democracia representativa. Si bien es cierto que nuestro sistema político no es perfecto, al menos somos nosotros quienes elegimos a nuestros gobernantes locales cada cuatro años.
La Junta no sería electa por nosotros y tendría la capacidad de administrarnos. Además, acabaría con las aspiraciones de quienes procuramos por un gobierno más transparente y participativo. La capacidad de tomar nuestras propias decisiones estaría limitándose y se les cerraría una puerta a los jóvenes de insertarnos y participar activamente de la gerencia gubernamental.
Todo lo anterior nos debe llevar a la siguiente conclusión: Se tomaron unas malas decisiones que nos han llevado a la precariedad y nos someten a medidas de austeridad para pagar una deuda que nunca fue consultada con nosotros. En vez de darnos las herramientas y las potestades para insertarnos y formar parte de la solución, se nos excluye y nos imponen un organismo antidemocrático para que asumamos la responsabilidad de los errores que no cometimos.
Como si no fuera suficiente, también se propone eximir a Puerto Rico de la ley del salario mínimo federal para que trabajemos por un poco más de cuatro dólares la hora. ¿Acaso no se tiene alguna idea del éxodo de jóvenes que esto causaría? Al parecer, existen personas que han llamado la atención sobre esto último en la capital federal. A pesar de esto, la propuesta sigue siendo una amenaza latente.
Ante esta situación, no es una opción quedarnos de brazos cruzados. Nuestra generación debe alzar nuestra voz e insertarnos en el debate público. Acciones como ir a cabildear en el Congreso --como lo hicieron los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico-- son pasos hacia la dirección correcta.
Debemos ocupar los espacios de discusión y aspirar a que nuestros reclamos sean escuchados y atendidos. Contrario a lo que se representaría la Junta, es imperativo aprovechar el contexto para cerrar las puertas de la unilateralidad y dirigirnos hacia una mayor democratización de nuestro sistema político.